El sistema de salud de la ciudad se ha visto alterado por la mayor demanda dadas las bajas temperaturas, pero a pesar de las denuncias de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), el Estado provincial aclaró que “no ha colapsado”. Desde Amra habían denunciado un desborde en la atención pública y privada, pero si bien se pudo constatar que algunas guardias están muy cerca de su límite, no escapa al trabajo exhaustivo típico de cada invierno. El ministro Miguel Ángel Capiello aseguró: “Con estas mentiras quieren asustar a la gente”.
Según un comunicado de la delegación local de Amra, el sistema de salud colapsó en la noche del miércoles debido a la alta demanda de internaciones. Eduardo Taboada, secretario general del gremio, declaró ayer por la mañana que sus afiliados “decían anoche que no había camas ni en los hospitales públicos ni en los sanatorios de toda la ciudad, y que el número de camas es insuficiente. Tal es así que se tuvieron que derivar pacientes a ciudades periféricas, incluso se hablaba de llevar pacientes a Firmat. Ante esta denuncia, las respuestas municipales, provinciales y desde la Asociación de Clínicas no se hicieron esperar. Informaron que el servicio está a pleno por la época del año, pero restaron el dramatismo que Amra le impuso.
El ministro de Salud Miguel Ángel Cappiello reconoció la alta demanda pero pidió que no se alarme a la gente con acusaciones de este tipo: “Necesitamos que la gente esté tranquila, que sepa que, el Estado va dar respuesta aunque sea con dificultades”.
Taboada sostuvo: “Tenemos que estar preparados para el pico, no sólo en camas sino también en cantidad de personal. Esto estructuralmente es un déficit. Se quiso superar esta situación con algún convenio con el sector privado que también se vio superado por la demanda. Tampoco sabemos si los privados conservan sus camas para sus pacientes. Esto demuestra que el sistema de salud está mal diseñado en cuanto a la capacidad de camas. Se han disminuido y ahora estamos pagando las culpas”.
El secretario de Salud municipal, Leonardo Caruana, detalló que cada año, a partir de la segunda quincena de junio los equipos médicos se refuerzan, “particularmente en los hospitales de niños, tanto el Vilela como el Zona Norte, y en los centros de salud por patologías respiratorias en su mayoría. Para eso diseñamos toda la salud Pública con mecanismos de soporte para afrontar la alta demanda respiratoria, esto es internación abreviada, refuerzos de médicos, de kinesiólogos y enfermeros en distintos lugares. La internación abreviada es un tratamiento intensivo de dos horas de un niño para que pueda evitarse la internación definitiva y el aumento de camas en los diferentes lugares”.
Por su parte, Eduardo Javkin, presidente de la Asociación de Clínicas, se unió a la negativa y declaró que el sector de clínicas y sanatorios privados de la ciudad, “cuenta con la cantidad de camas e infraestructura operativa necesaria para contener un eventual incremento de la demanda de servicios de salud, extremo que por lo demás no ha acontecido. Además no se redujo la oferta, sino que por el contrario, se incrementó, tanto en internación general como en internación crítica y atención ambulatoria, facilitando la accesibilidad en todo tiempo y dentro de los márgenes lógicos, de los que la necesitan”.
El Ciudadano pudo constatar que existen casos críticos en la atención médica, pero no ponen en riesgo el sistema de salud. Desde el sanatorio Plaza confirmaron que su guardia está muy complicada y la falta de espacio físico hace la tarea de la atención médica un poco más difícil. “Todos los inviernos pasa lo mismo, pero estos días son complicados. De todas maneras la semana pasada fue peor, hemos llegado a atender unas 160 consultas diarias cuando el pico suele ser de 120”, comentó Guillermo, uno de los residentes. Asimismo, explicó que las esperas de internación en guardia llegaron a las 7 horas y que deben atender a los pacientes sobre sus camillas “porque no contamos con espacio físico mayor, ésa sería la solución a esta demanda de invierno”.
Por su parte, dijo que el cuerpo médico no se altera en materia de refuerzos: “Somos los mismos que estamos en la guardia programada, pero bueno, de estar atendiendo unas 60 personas diarias a tener 80 consultas te desgasta”.
La guardia del Sanatorio de Niños estaba ayer al rojo vivo. Si bien desde la guardia del nosocomio pediátrico no dan información a la prensa, personal del lugar confirmó a este medio que estaba abarrotada entre el lunes y la noche del miércoles.
Por su parte, el hospital de Niños Vilela, reforzó el equipo de médicos, kinesiólogos, mucamas y enfermeros como hace cada invierno y tiene un promedio de 350 consultas diarias, aunque el lunes pasado recibió 441. “Estamos trabajando mucho más que el mes pasado, pero no escapa de lo previsto en esta época. El lunes tuvimos un pico de atención, pero igual estamos aún un poquito tranquilos”, dijo Silvia Giorgi, jefa del Servicio de Guardia del Vilela. Además recordó momentos críticos en la guardia pediátrica: “Por supuesto, hemos tenido en 2007 y 2009 años que se llegó a picos de más de 600 consultas, pero fue un día crítico ese invierno y nada más”.
Otro refuerzo médico fue el que se puso en el servicio del Sies. Su director, Federico Cornier, informó que la demanda creció en términos normales ante las bajas temperaturas y “se agregó un refuerzo móvil de 12 horas en el servicio de pediatría, pero no hemos tenido que modificar ningún otro punto del servicio”, aclaró.