Francia declaró ayer la “guerra a la yihad”, “al terrorismo” y anunció que impulsará medidas de seguridad “excepcionales” en respuesta al atentado islamista de la semana pasada contra el semanario Charlie Hebdo, que hoy sacará a la venta tres millones de ejemplares de un nuevo número que satiriza tanto a Mahoma como a la Iglesia católica.
El presidente François Hollande comenzó la jornada participando en la Prefectura de París de un último homenaje a los tres policías asesinados la semana pasada.
Los agentes Franck Brinsolaro y Ahmed Merabet fueron asesinados el miércoles de la semana pasada por los hermanos Kouachi, los hombres sindicados por las autoridades francesas como los dos islamistas radicales que ese mismo día irrumpieron y masacraron a otras 10 personas en las oficinas de Charlie Hebdo, en particular caricaturistas sindicados de izquierda, en París.
Un día después, Clarissa Jean-Philippe fue acribillada por un hombre que había compartido tiempo en la cárcel con uno de los hermanos Kouachi.
Ese mismo atacante encabezó 24 horas después, el viernes pasado, una toma de rehenes en un supermercado en París, que terminó con él y cuatro franceses judíos muertos. Ese mismo día, la policía mató a los dos hermanos Kouachi, que se habían atrincherado en una imprenta al noreste de París.
“Nuestra gran y bella Francia nunca se romperá, nunca cederá, nunca se doblegará” ante las amenazas del islamismo radical que “aún está ahí, dentro y fuera del país”, aseguró el mandatario, rodeado por los familiares de las tres víctimas y por un grupo nutrido de policías.
Más tarde, el primer ministro Manuel Valls aprovechó la primera sesión de la Cámara de Diputados desde el atentado contra el semanario para hacer una declaración de guerra.
“Francia está en guerra con el terrorismo, el yihadismo y el islamismo radical”, aseguró el premier ante una Asamblea Nacional que estalló en aplausos y entonó la Marsellesa, algo que, según medios franceses, se trató de un hecho insólito desde la instauración de la V República en 1958.
Otros medios franceses señalan, de acuerdo con fuentes parlamentarias, que la última vez que los diputados cantaron al unísono el himno nacional en la sede de la Asamblea fue hace casi un siglo, concretamente el 11 de noviembre de 1918, día en que se firmó el Armisticio de la Primera Guerra Mundial.
“Francia no está en guerra con una religión. Francia no está en guerra con el islam”, aclaró el dirigente, que en el pasado fue acusado por la izquierda y organismos de derechos humanos de impulsar políticas de mano dura contra los inmigrantes.
Ante una cámara parlamentaria inusualmente unida y complaciente, Valls explicó que el gobierno “debe responder a esta situación excepcional con medidas excepcionales” y destacó la necesidad de crear espacios separados para yihadistas en las cárceles, “un refuerzo regular” de los servicios de espionaje y un mayor control sobre internet.
La unidad de los aplausos se convirtió poco después en un consenso político casi unánime, cuando los diputados franceses aprobaron por 488 votos a 1 la prolongación de la campaña de bombardeos aéreos, junto a Estados Unidos y a otras potencias como el Reino Unido, contra las posiciones de la milicia extremista Estado Islámico (EI) en el norte y el oeste de Irak.
Durante su discurso, Valls informó que unos 1.400 franceses viajaron a Medio Oriente o planean hacerlo para unirse a grupos yihadistas. Desde Londres, en tanto, Europol, la oficina europea de policía, alertó que entre 3.000 y 5.000 ciudadanos comunitarios ya viajaron a esa región para convertirse en combatientes.
“Todos somos Alemania”
Líderes políticos y religiosos alemanes hicieron ayer un llamado conjunto a la tolerancia y la unidad tras los atentados islamistas de la semana pasada en Francia, en un intento de contrarrestar tanto el extremismo religioso como un creciente movimiento islamófobo en Alemania. La élite política y religiosa germana respondió en bloque a la convocatoria del Consejo Central de los Musulmanes de Alemania para condenar en Berlín los atentados yihadistas de París desde la emblemática Puerta de Brandeburgo, iluminada con los colores de la bandera francesa. “Todos somos Alemania”, subrayó el presidente alemán, Joachim Guack.
Arrestan a un francés
El tribunal regional de Haskovo, ciudad al sur de Bulgaria, decidirá el 20 de este mes sobre la extradición a Francia de un ciudadano de esa nacionalidad detenido por “terrorismo y vinculado a los hermanos Kouachi”, anunció ayer una vocera judicial. Se trata de Fritz-Joly Joachin, de 29 años, detenido el pasado 1º de enero en un punto fronterizo cuando pretendía cruzar a Turquía. La prensa local aseguró que el detenido declaró que no es combatiente yihadista. Esta es la segunda orden de arresto a Joachim, ya que había sido acusado de secuestro por su madre, que supuestamente el detenido quería llevar con él a Siria.