Ciudad

Guerra del helado: atacan otro local de la cadena Grido

Es la segunda intimidación en los últimos 15 días. Esta vez rompieron las vidrieras de Pellegrini 3501.

Otro violento episodio atribuido a la llamada “guerra del helado” tuvo lugar ayer, cuando la heladería ubicada en Pellegrini 3501 sufrió la rotura de su vidriera. El ataque incluyó manchas de pintura en lo poco que quedó de vidriera y en las paredes. Descartando desde un principio que haya sido un intento de robo, Marina Echandia, la encargada del local, adjudicó los hechos a los conflictos que se han desarrollado a lo largo del año entre las diferentes firmas de heladerías en la ciudad, siendo esta la segunda intimidación hacia un negocio de la firma Grido en las últimas dos semanas.

Echandia dio cuenta del hecho ayer al mediodía cuando, como hace cotidianamente, fue a abrir el local. Allí se encontró con la vidriera rota por dos piedrazos y diversas manchas de pintura a través de todo el negocio. “Este no fue un intento de robo, porque nadie intentó o quiso entrar. Sufrimos otro tipo de ataque, seguramente relacionado a todo lo que ha pasado en la ciudad con Grido y las heladerías. Desde que empezaron los conflictos nos están atacando, antes no sucedía nada de este tipo”, explicó la encargada, quien ya ha realizado la denuncia en la comisaría 13ª, correspondiente a su jurisdicción.

La heladería que está en la esquina de Cafferata y Pellegrini no es la primera de la ciudad en recibir intimidaciones. A principio de año, la sucursal Grido de Salta al 1700 recibió una amenaza pidiendo que suban el precio del helado; y hace sólo quince días al local de Buenos Aires al 1200 llegó un mensaje advirtiendo que “rajen o les quemamos el negocio”. Cada uno de los casos fue adjudicado, por sus encargados, al conflicto acerca de la regulación de la actividad de las heladerías en la ciudad, ante la “invasión” de heladerías Grido en Rosario que ostentan un precio mucho más económico por kilo y que apunta sus franquicias a emprendimientos familiares y a barrios en los cuales no hay heladerías.

“Llegamos a la conclusión de que no tenemos que callarnos. Cada ataque que se reciba será denunciado. Ahora los medios son nuestra única defensa”, dijo Lucas Santiago, dueño de la firma cordobesa Grido. El mayor referente de estas heladerías restó importancia a estas amenazas, “que no son algo muy grande”, pero sí aclaró que no dejan de generar preocupación; y, a diferencia de los encargados rosarinos, él continúa dudando entre la casualidad o el hecho intencional.

Hace aproximadamente un mes, el Concejo Municipal convirtió en ordenanza un proyecto que regula la actividad de las heladerías en la ciudad. A partir de ahora, las empresas no podrán operar con más de 19 locales cada una. Según Santiago, tras esta resolución, “Grido salió perjudicado”. “Es evidente que no pudimos contrarrestarlos. Ahora estamos asesorándonos para ver si podemos ir a la Justicia o no. Si hay derechos vulnerados, si es una medida injusta, lo reclamaremos cómo y dónde corresponda.”

Esta decisión se tomó después de una prolongada polémica desatada con el desembarco de la marca cordobesa, cuyo modelo expansionista a través del sistema de franquicia propicia la apertura de sucursales en buen número. Además, un dato no menor es que los precios de estas heladerías son muy bajos en comparación al resto de las marcas en Rosario.

Los heladeros rosarinos, agrupados en la Cámara Industrial y Comercial del Helado Artesanal de Rosario (Cicha), pusieron el grito en el cielo por la inminente “invasión” de heladerías Grido y se dedicaron a ejercer una fuerte presión a nivel político para que se regulara la actividad.

Después de un fuerte cruce mediático entre empresarios rosarinos y el cordobés Lucas Santiago, el Concejo estableció que hasta el 30 de junio de 2012 cada una de las cadenas de heladerías que estén o quieran expandirse en la ciudad (de capitales rosarinos o foráneos) no podrán sobrepasar el 10 por ciento de los comercios del rubro que ya están habilitados. Cuando se cumpla ese plazo se evaluarán los resultados y entonces se analizará la situación del mercado.

Haciendo referencia a este conflicto político-mediático, Santiago afirmó haber visto “muy angustiados a los franquiciados, que podrían haber perdido su trabajo. Ahora bien, ellos afirman que abrir los locales cuesta, pero realmente lo vale, ya que los rosarinos apoyan a las heladerías. Hay buen clima para con nosotros y es lo que más valoramos. Será eso lo que genera reacciones de este tipo”.

Por otro lado, Valeria Ortiz, encargada de la sucursal de Buenos Aires al 1200, informó que los dueños de heladerías de la ciudad están en constante comunicación. “Como pensábamos que esto no iba a pasar de nuevo, nuestro principal problema eran las habilitaciones restantes. Algunas ya han sido inspeccionadas y aprobadas, otras continúan siendo evaluadas por el Ejecutivo. Pero ahora veremos cómo actuar frente a esta nueva situación”.

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