El miércoles pasado una nueva balacera sacudió el frente del Centro de Justicia Penal. El ataque armado se produjo desde una motocicleta en movimiento pasadas las 23, a dos días del inicio del juicio oral y público a Ariel Máximo Guille Cantero y varios laderos por una seguidillas de balaceras a domicilios que habitaron jueces que intervinieron en el juicio oral y público contra la banda de Los Monos que terminó en abril de 2018 en condena. Los ataques también fueron contra edificios del Poder Judicial. Este lunes Cantero no estuvo en el debate donde enfrenta un pedido de 24 años de cárcel atento a que recibió una visita de su pareja. En esta circunstancia su celda fue allanada y se encontró un telefono fijo.
La investigación de este último ataque quedó en manos del fiscal Franco Carbone, que investiga la hipótesis de una vinculación del jefe de Los Monos, detenido en la cárcel de Marcos Paz, quién podría haber ordenado la balacera desde su lugar de detención, según la pesquisa. En el juicio que actuamente enfrenta está acusado de instigar estos ataques armados que tuvieron lugar durante el año 2018 desde la cárcel y mediante la red social whatsapp. El fiscal solicitó un allanamiento de la celda de Cantero con el objetivo de secuestrar todo tipo de dispositivos electrónicos.
La medida se llevó adelante este lunes y para su sorpresa se topó con la presencia de un teléfono de línea fija en el lugar. El fiscal solicitó un informe sobre las llamadas entrantes y salientes de esa línea, contó una fuente fiscal.
Línea fija 2
Una situación similar ya había ocurrido en 2018 cuando Guille Cantero fue juzgado junto a otros cabecillas de Los Monos por tráfico y comercialización de estupefacientes en la causa que se conoció con el nombre de Los Patrones y que derivó en 34 condenas y cuatro absoluciones y una probation.
En una de las audiencias realizadas en los tribunales federales de Rosario, uno de los sargentos de policía que declaró como testigo recordó ante el tribunal el allanamiento a una celda que a fines de 2015 compartían Guille Cantero y Jorge Emanuel “Ema” Chamarro en la cárcel de Piñero.
En esa oportunidad, el uniformado dijo que en esa celda había un aparato de telefonía fija con un cable blanco que atravesaba varias celdas hasta llegar hasta la sala de los celadores del Servicio Penitenciario. Agregó que al realizar la pesquisa en la celda, Guille Cantero le pidió a Chamorro que le leyera la orden, porque no sabía leer. Y que en ese lugar también secuestró 17 recortes de papel con un listado de números celulares.
