«Como actor es el sueño de mi vida que haya cine de autor, que haya chicos jóvenes, poder ayudarlos, pero tiene que haber un equilibrio para todo. ¿Cómo alguien va a negar la posibilidad de que siga existiendo el cine de autor? ¿Quién dijo que sólo debe haber películas que den ganancias? ¿Cuántas dan ganancias por año? ¿Dos? En las plataformas también han filmado cada bodrio que no se puede creer», dijo Francella en una entrevista con la agencia de noticias Télam.
«Hay que encontrar el equilibrio –insistió– de saber tener el ojo y apuntar a producciones que aunque sean chiquititas, ameriten que pueda tener un sustento detrás. Que puedan viajar, que puedan generar. Se ha filmado cada cosa que no sabés cómo le dieron un subsidio a eso».
El intérprete se encuentra en plena campaña de prensa de La Extorsión, película que empezó a trabajar junto a Martino Zaidelis hace bastante tiempo. Detrás de esta producción, que más tarde irá a la plataforma de HBO, se encuentran Juan José Campanella y Axel Kutchevasky, la fórmula que, junto a Francella, ganó el Oscar en 2010 con El secreto de sus ojos.
«Argentina, 1985 generó algo distinto y por el conflicto con las plataformas no se exhibió. Se estrenó en pocas salas y así y todo fue masiva la concurrencia. Pero no se generó una afluencia de público. Y las películas del Oscar tampoco llevaron a nadie: la de (Steven) Spielberg (Los Fabelman), la de Colin Farrell (Los espíritus de la isla), La Ballena… estoy viendo los números y no llenaron», sostuvo, consultado por si la nominación de la cinta de Santiago Mitre podría aportar público al cine nacional.
Francella le tiene fe a La Extorsión. La relación con el director comenzó con la serie El hombre de tu vida en 2011, y continuó con el largometraje Re loca, en 2018. «A Martino siempre lo vi como muy inquieto, con muchas ganas de hacer cosas, muy preocupado. Me encantaba su accionar y le dije que el día que hiciera un largo lo quería acompañar, porque me gustaba la pasión que le ponía», recordó Francella.
Así, el actor comenzó un ida y vuelta con el guion junto al director y al guionista Emanuel Diez. Fue nutriendo la historia y la historia lo fue nutriendo a él, con el condimento de representar un thriller, un género que al protagonista la atrapa y deseaba interpretar. «Me encantó el guion. Los thrillers tienen eso de que hay que llenarlos de preguntas: por qué esto, por qué aquello, viste que a veces estás viendo una película y no sabés de dónde entró», comentó.
«Lo que le pasa a Petrosián –ahondó sobre el personaje–, le puede pasar a cualquiera; una circunstancia inesperada y fortuita que te cambia tu mundo en un segundo. Mucho no tiene que ver su personalidad, su forma de vivir, su forma de ser, sino que se le presentó algo muy puntual que sustancialmente le cambia todo. Su vínculo, su vida de relación, peligra su vida. Le pasa todo porque no tuvo un buen accionar en un momento, pero nunca imaginaba que iba a tener ese revuelo y todo lo que pasó. Por eso lo presionan, teniéndolo bien agarrado».
«Los elementos de la realidad son la profesión de Alejandro Petrosián (piloto comercial), el mundo de los aviones, el mundo aeronáutico, el mundo de la policía, el mundo de los servicios, el mundo de las relaciones humanas. Hubo muchos elementos de la cotidianeidad, pero no hay algo puntual. Es un mortal que atraviesa una circunstancia fortuita y las consecuencias que trae. Es como un testigo indiscreto, vos salís de acá, ves algo en la otra habitación y desde ahí te cambia todo», señaló.
Respecto de su personaje, un hombre que empieza inocente, ajeno al mundo de los espías y termina pensando como ellos, Francella esgrimió: «Es que no le queda otra alternativa porque sino se iba su vida ahí. Era un tipo inteligente y encontró un artilugio para poder demolerlos. Es muy interesante el trabajo del guion, eso me atrajo. Después si tenés un gran guion pero no está filmado como tiene que estar filmado, a la película le resta, pero cuando hay una buena historia detrás, está bien filmada, está interpretada con solidez y que sea homogéneo… la búsqueda del tono en esta película fue vital, los ensayos que tuvimos con Pablo, con Portaluppi, con (Alberto) Ajaka, con Frigerio, han sido fundamentales».
El actor habló también del presente del cine frente al crecimiento que tuvo en la pospandemia el teatro o los shows musicales: «Mucho tuvo que ver el tema plataformas y la comodidad. Fueron dos años de pandemia y el entretenimiento fue uno de los mayores atractivos que hubo para los que nos quedamos en casa, viendo películas, viendo series y sobre todo en plataformas. Esa comodidad quitó esta convocatoria masiva en los cines que teníamos, porque la habíamos tenido. Lamentablemente es así. No ocurre con las películas de Marvel, ¿no? Si estás disfrazado, la convocatoria es mayoritaria. Si es una película de personajes humanos la convocatoria es mínima, todas las semanas vemos los números y lo testeamos».
Francella participó de una película que ganó el Oscar. Apelando a su experiencia, habló de lo que implica una nominación semejante y el ruido que se generó con Argentina, 1985 y de si eso puede hacer que los reflectores de la industria mundial apunten a la Argentina: «Ojalá, Dios quiera. Nosotros hemos tenido muchas películas nominadas al Oscar como El hijo de la novia, Relatos salvajes, Tango, no me dejes nunca y Argentina,1985 (también fueron nominadas Camila y La tregua), y tuvimos la suerte con La historia oficial y El secreto de sus ojos. También películas que ganaron festivales como Venecia, como El Clan. Siempre es muy respetado nuestro cine en el mundo. Siempre soñamos y las plataformas vinieron para acá. A veces fue manteca al techo, no se han controlado los contenidos y se filmaba lo que sea y cuando se midió el costo-beneficio, el drenaje financiero fue catastrófico. Hay que ver qué se filma, de qué modo, qué contenidos. Fuentes de trabajo va a haber, pero no sé si va a haber contenidos que generen ganancias».