Gustavo Móndolo lo tiene bastante claro. Sabe que las intenciones y objetivos de los clubes que llegan a esta temporada atípica del Torneo Federal son diferentes, que cada uno persigue su “zanahoria” de acuerdo a potencial económico, ansia de competencia o necesidad de trascendencia; pero quiere dejar muy en claro cuáles son los motivos y las razones de Náutico: “Queremos seguir mejorando, dar un paso más en el crecimiento de la institución y de los jugadores, que sea un premio a la gran temporada realizada en la Liga Provincial de Santa Fe pero que a su vez sirva para participar y consolidarnos, porque estar un año nada más no sirve”.
La palabra de Móndolo encuentra total correspondencia en la dirigencia, con Pablo Creolani a la cabeza. Quién lo pensó primero o quién convenció a quién quedará para la anécdota, porque el deseo fue mutuo y vieron que la base estaba dada para buscar algo más. “Tenemos claro que va a ser una competencia difícil, pero en la Copa Santa Fe el panorama era similar y el equipo estuvo a la altura y sorprendió. Pero tenemos claro que los objetivos de Náutico pasan por otro lado, no tienen que ver con un resultado, nadie se va a volver loco por eso, es un paso más desde la institución y de la subcomisión de básquet. Se trabaja con seriedad, con compromiso”, explica el entrenador.
Náutico vio en el último tiempo como jugadores de sus inferiores partieron a equipos de las diferentes categorías del básquet argentino y del exterior, y de esta manera quizás puedan retenerlos un tiempo más en el club. “Los jugadores jóvenes siempre le dieron muchas alegrías al club, y de esta manera pueden seguir su desarrollo en Náutico y recién partir a la Liga cuando es una opción superadora, porque aquí nadie le va a cortar una chance así”, analiza el técnico, quien no contará más con los internos Poratti y Zárate y con el escolta Andrés Gómez, quien tras una Copa Santa Fe impresionante decidió no seguir jugando.
Mientras esperan para conocer detalles importantes como las distancias a recorrer o si se podrá contar con el público en la cancha o no, para reforzar al plantel llegaron dos jugadores con experiencia y jerarquía: Juan Pablo Stegmayer y Ramiro Iglesias. Y claro, rosarinos.
“Ramiro puede jugar en todo el perímetro si es necesario y me da esas buenas opciones de 1, 2 y 3, mientras que la llegada de Juan Pablo es porque necesitábamos sumar gente cerca del aro”, explica.
Móndolo ya trabaja con el plantel en un turno largo, le dan uso a las magníficas instalaciones de gimnasio del club y apuestan a una labor profesional en la que se destacan las ganas también de los más chicos. “De los 15 jugadores con los que trabajamos, 8 son de las inferiores del club”, resalta. La ventaja de seguir entrenando puede ser vital para un equipo joven.
Trabajará junto a Guillermo Carrozzo como asistente y Guido Quiagliardi como preparador físico, mientras que Andrés Píccoli, quien trabaja en las inferiores, será el encargado de trabajar a contraturno con los jugadores que concurran a labores específicas.
Con la idea del desarrollo deportivo e institucional y de avanzar un paso más en su afán mejorar la estructura, Náutico encara su sueño Federal. Ya falta menos.