La comunidad teatral argentina en su totalidad, pero el sector independiente en particular, atraviesa uno de los momentos más complejos de su historia en términos económicos desde mediados de marzo, con el aislamiento preventivo y obligatorio y la cuarentena que determinaron el cierre de todas las salas del país y el levantamiento de todas las funciones.
Mientras a lo lejos (todo indica que entre agosto y septiembre) se vislumbra una posible reapertura paulatina de las salas, y en medio de esta circunstancia tan particular, el Instituto Nacional del Teatro (INT) salió a dar respuesta con ayudas económicas para tratar de sostener a uno de los sectores que, también, atravesó serias dificultades durante el gobierno macrista.
«Me encontré con el Instituto en medio de una parálisis muy grande y con una serie de enfrentamientos, profundas diferencias entre los distintos integrantes de los espacios políticos y también de gestión», expresó el mendocino Gustavo Uano, director ejecutivo del INT, quien asumió a comienzos de febrero y sucedió en la gestión al rafaelino Marcelo Allasino.
“Desde el comienzo recibí bastante aliento y el acompañamiento de la gran mayoría cuando propuse que hiciéramos una tregua y nos concentráramos en trabajar, que era lo más importante, y en primer lugar buscáramos las coincidencias por sobre las diferencias para poder salir adelante. En poco tiempo, casi un mes, logramos cambios, más allá de que luego apareció la pandemia, la cuarentena y en principio esos quince días o tres semanas del inicio nos trajeron hasta acá», evaluó Uano, referente de la escena mendocina con vasta experiencia en gestión, licenciado, interprete y profesor de arte dramático egresado de la Universidad Nacional de Cuyo, quien desde 1995 se capacitó en varias áreas relacionadas con las artes escénicas como actuación, dirección, dramaturgia, investigación, técnica de clown, producción, gestión cultural y curaduría.
Para enfrentar esta contingencia, de inmediato, el INT armó un comité de crisis. «Junto a los directores de las distintas áreas del organismo y el Consejo de Dirección, armamos un comité de crisis para generar acciones inmediatas y perfilando lo que ahora ya es un plan de emergencia, que denominamos Plan Podestá, pensando en ese nombre que para el teatro es tan significativo porque nos remonta a la épica y a la historia del teatro por los Podestá, la primera familia trashumante de teatro-circo de la Argentina. Pero para nosotros, además, es la sigla de un programa que denominamos Preservación Operativa de Elencos, Salas y Teatristas Argentinos. De este modo, abordamos un montón de herramientas dentro de un contexto de preservación con acciones que fueran a contener de inmediato el lucro cesante por el cierre de la actividad teatral», detalló Uano acerca de este beneficio que la última semana de abril puso en marcha su segunda etapa.
El proyecto, que por estos días implementará su tercera etapa, tiene como objetivo asistir económicamente a aquellos sectores de las artes escénicas nacionales que no fueron alcanzados en la primera y la segunda edición del Podestá. Fue así que se incluyeron cambios excepcionales en los procesos de tramitación de subsidios y nuevas líneas de ayuda a partir de las necesidades específicas de cada región teatral del país (http://www.inteatro.gob.ar/consultas-tramites/formulario).
Enfrentar la crisis
“Esta situación es compleja para todos los argentinos y nos genera mucha incertidumbre, pero particularmente para el teatro es aún más difícil porque tenemos una forma de trabajar que parte del encuentro con otros; el teatro es una actividad que sucede en el compartir, en un espacio denominado convivio, y estamos imposibilitados de hacerlo. Fuimos una de las primeras actividades que se suspendió y seguramente seremos una de las últimas en volver a desarrollarse con normalidad”, dijo Uano, quien expresó que apenas conocida la avanzada de la pandemia recibió un alerta del Ministerio de Cultura de la Nación, órbita dentro de la cual se encuentra el INT, acerca de lo que podía suceder con las salas y las funciones.
“De este modo ganamos cierto tiempo; nos pusimos a trabajar en este plan al mismo tiempo que continuamos todos trabajando desde nuestras casas por esta contingencia. Somos 240 agentes que nos organizamos para encontrarnos a través de la tecnología, haciendo las tramitaciones casi con normalidad pero desde nuestros hogares, pensado particularmente que el teatro argentino es muy heterogéneo y muy vasto, cada sector o región con sus problemáticas, por eso estamos tratando de llegar a la mayor cantidad posible de integrantes de la comunidad lo que nos enfrenta a un desafío muy difícil», detalló el teatrista y funcionario.
El director, que adelantó que durante este mes, tras la reunión del Consejo de Dirección se buscará implementar una tercera etapa del Plan Podestá y que ya está abierta la inscripción al Concurso Nacional de Actividades Performáticas en Entornos Virtuales, detalló algunos números: “Empezamos por los colectivos, que agrupan distintos espacios y hacedores del quehacer teatral. En las dos etapas del Plan Podestá, hubo una primera más nacional y la más reciente que pone más atención en lo regional, pero abarcamos la cantidad de salas que tenemos dentro del sistema. En principio, fueron 242 espacios y en la segunda etapa son más de 250, independientemente que sabemos que no están todas las salas incluidas, algunas de esas salas no están registradas o censadas y por el momento no le podemos dar respuesta».
Y algo parecido pasa con los elencos: «En principio, fueron 78 colectivos que estaban dentro del Catálogo del INT, con espectáculos que están propuestos para girar o participar de eventos y festivales; 29 de esos elencos participan de la Fiesta Nacional del Teatro, y después hay otro 620 espectáculos más, desde 2018 a la fecha, que habían pedido colaboración al INT. En la segunda etapa, hay otros 800 espectáculos que se agregan a los anteriores, de todo el país. De todos modos, esto no alcanza a cubrir la totalidad del teatro independiente argentino».
Finalmente, y en relación con la vuelta a los teatros tras el incierto final de la cuarentena, Uano expresó: «Trato de entusiasmarme con la vuelta al teatro; de todos modos, como le está pasando a la comunidad teatral, el horizonte se vuelve de algún modo una utopía. Para eso vamos a tener que potenciar la resiliencia que caracteriza al sector desde siempre; esa épica que le es propia al teatro independiente para volver y cuidarnos mucho, porque será difícil la vuelta al teatro. En principio, porque más allá del encuentro en el teatro, la gente tendrá antes otras necesidades, quizás también de encuentro pero en otros espacios. También, otras necesidades económicas y de reconstrucción de proyectos que en este momento han quedado detenidos. Sabemos que, lamentablemente, el teatro no va a ser una prioridad para mucha gente, pero vamos a buscar la manera de ir al encuentro del público”.