Para todo futbolista la oportunidad llega en algún momento, sólo hay que esperarla y saber aprovecharla. Y vaya que Nahuel Guzmán lo hizo. Después de estar varios torneos en el banco de suplentes, incluso de haber buscado otros horizontes yéndose a Independiente Rivadavia de Mendoza, el Patón se afianzó en el arco rojinegro y mucho tuvo que ver la confianza que le brindó Gerardo Martino.
La inclusión de Guzmán fue una de las decisiones más fuertes que tomó el Tata en su paso por Newell’s. Al entrenador no le tembló el pulso para mandar a un referente como Sebastián Peratta al banco de suplentes buscando un arquero que se adapte más a su forma de jugar.
Con un particular estilo, mucha personalidad y un gran dominio del área, Guzmán fue una pieza fundamental para lograr el campeonato.
La premisa de salir jugando desde el fondo, algo que siempre le pidió Martino, trajo consigo algo de resistencia por parte del público, pero el Patón no se achicó y respetó a rajatabla la idea del entrenador, por lo que los murmullos se transformaron en aplausos cada vez que el arquero rojinegro metía una buena pelota para alguno de los jugadores de campo.
Si luego del torneo Inicial quedaban algunas dudas de que Guzmán debía ser el arquero para este esquema, en el Final ya nadie se atrevió a ponerlo en duda. Fue la apuesta más fuerte del Tata y el Patón estuvo a la altura de las circunstancias.