El hotel Mercure Rosario (Bv. Rondeau y Av. Alberdi), de la cadena internacional Accor, cortó cintas el mes pasado y se sumó como una nueva opción 4 estrellas para la ciudad. «Todas sus instalaciones fueron pensadas para hacer que sus huéspedes se sientan especiales, sumando a su servicio tecnología de punta, amplios espacios, habitaciones y suites equipadas con muebles de diseño en un ambiente minimalista», afirmaron desde la empresa el día de la inauguración. Pero vale recordar que la apertura se da luego de una larga polémica ya que la megatorre se excedió en los límites de construcción permitidos.
Andrés Astorquiza, gerente general del hotel Mercure, refirió en dialogo con el portal Punto Biz que el nuevo hotel dispone de 137 habitaciones para recibir a los huéspedes «más exigentes», con espacios que van desde salas de conferencias hasta oficinas privadas.
Otra de las apuestas de la mayor cadena de hoteles cuatro estrellas en América Latina viene por el lado de la gastronomía: el restaurante es de «categoría premium» y busca convertirse en un referente de zona norte.
En el piso 18 también se ofrece un servicio de spa premium, con piscina climatizada, sauna seco, gabinetes de masajes para tratamientos faciales y corporales, jacuzzi, rooftop y gimnasio. En tanto, se informó que una habitación doble con cama individuales cuesta 33.500 pesos la noche. Mientras que una matrimonial «de lujo» vale 35.100 pesos.
Una historia polémica
Lo cierto es que la apertura se da en el marco de una larga polémica ya que la megatorre en la que se aloja el hotel marca un contraste con la zona y se autorizó tiempo atrás de forma irregular y llamativa; hubo infracciones a las normas de construcción y denuncias de los inversores por cambios no previstos en el proyecto.
Todo se había iniciado en 2010 cuando Aldic, desarrolladora de los barrios abiertos Tierra de Sueños en Roldán, anunció la construcción de un condo hotel de 25 pisos que arrancó en obras en 2011. Unos 240 departamentos, 100 cocheras, 10 locales comerciales en planta baja, una sala de conferencia, microcine, restaurante, spa, gimnasio, pileta, quincho, solarium, guardería para niños y un bar giratorio en su último piso eran algunas de las amenidades con las que iba a contar el edificio que está en la intersección Rondeau y Avenida Alberdi.
Ya desde el inicio de la construcción hubo fuertes polémicas por la excepción que consiguió para construir a una altura dos veces mayor a la permitida en la vistosa esquina. Una excepción que no pasó por el Concejo.
Pero el edilicio no fue el único conflicto. A una década de empezada la construcción y por la falta de conclusión de las obras, los casi 200 inversores que aportaron al fideicomiso de viviendas empezaron a tomar temperatura porque nunca pudieron acceder a los departamentos, tanto para irse a vivir o buscarle una renta.
Fue ahí que Aldic cambió el proyecto y en vez de combinar viviendas y un condo hotel, como estaba previsto, acordó con la cadena hotelera Accor (marca Mercure) que pase a explotar el inmueble.
Como resarcimiento, Aldic empezó a ofrecer a los inversores que se adherían al cambio (suscribiendo un nuevo fideicomiso, pero ya no de viviendas) un porcentaje de ganancias que deje el hotel o terrenos de sus loteos Tierra de Sueños.
El acuerdo
Finalmente, se resolvió armar un fideicomiso administrado por la fiduciaria del Banco Municipal (BMR Mandatos), en el que Aldic dejó depositada una caución como resguardo en caso de que las denuncias judiciales de los inversores en contra los desarrolladores prosperen.
Una vez constituido el fideicomiso e integradas la garantía, la Municipalidad habilitó la actividad del hotel Mercure. Además, se le cobraron fuertes multas a la desarrolladora por las infracciones en la construcción para obtener el final de obra. El acuerdo también tuvo la aprobación del Concejo.