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Habitado por los que no se ven

El actor Severo Callaci protagoniza “El ángel de la valija”, un ejercicio poético que lleva años de trabajo junto al creador Sergio Mercurio, más conocido como El Titiritero de Banfield.

“De alguna manera, los personajes que habitan nuestros universos creativos, tienen que ver con personas que están muy invisibilizadas; es gente a la que buscamos homenajear, y no lo hacemos desde el panfleto, sino desde un costado natural y orgánico porque son esas cosas que vamos encontrando y nos van quedando de andar recorriendo caminos con el teatro”. Así resume el talentoso actor rosarino Severo Callaci los bordes de su vínculo con las artes escénicas, a partir de una sensibilidad desbordante evidenciada en trabajos anteriores, como un recordado Hamlet, dirigido por Aldo El-Jatib, o uno de los entrañables hermanos Taboloni en La canción del camino viejo, dirigido por Miguel Franchi.

Ahora, Callaci se carga sobre los hombros diez personajes que, como tomados de la mano, asoman de una valija. A partir de un fructífero y desafiante encuentro con el no menos talentoso Sergio Mercurio, conocido como El Titiritero de Banfield, que aquí se ocupó de la dirección, y con quien se cruzó en el trabajo hace poco más de una década. Ambos estrenan El ángel de la valija.

Es un montaje que abreva en una serie de espesuras poéticas a lo que sumaron, en la recta final, algunos aspectos que toca la filosofía de Baruch Spinoza (filósofo holandés del siglo XVII), que entre sus ideas, plantea que “uno es todos, que Dios son todas las cosas, que todos somos parte de algo mucho mayor a nosotros”.

Ezequiel Sanguinetti, el protagonista de El ángel de la valija, es una persona común y corriente que vive en una pequeña comunidad. “Un día es designado para un trabajo muy peculiar: ser un ángel. Para tal fin, debe despojarse de todo, pero él no quiere deshacerse de su valija”, dice el avance de esta obra, un material que busca visibilizar algunos personajes a los que el sistema, por lo general, oculta o les pisa la cabeza.

El encuentro

“Esta unión con Severo tiene poco más de diez años; nos encontramos en el trabajo y así empezó un acercamiento que terminó en amistad”, dijo Mercurio. “Luego, en uno de mis talleres-retiro, donde convoco a artistas de distintos ámbitos como actores, músicos, artistas plásticos y cineastas, nos juntamos en el interior de la provincia de Buenos Aires, y allí surgió la génesis de este trabajo. Es un encuentro de una semana y lo que trato es que cada artista pueda encontrar su propia poética”, detalló Mercurio. Y rememoró: “Severo vino al primer taller y este año es el noveno. Ya ahí llegó con una valija que había encontrado en la calle, con la intención de hacer un trabajo que lo represente totalmente. En esos primeros días, empezó a desarrollar un vínculo con esa valija a partir de su búsqueda personal. Al final del taller, me propuso que yo lo dirija. Hubo un par de versiones de ese montaje hasta llegar a este estreno donde, después de dos años y medio de recorrido final, sentimos que encontramos lo que buscábamos”.

Los personajes

“Severo hace diez personajes en escena. El protagonista de esta historia es Ezequiel Sanguinetti, un cuidacoches de un barrio de Rosario al que un día convocan para un trabajo: le ofrecen ser un ángel. Con esta posibilidad que tiene Severo de desdoblarse en escena, aparece una serie de personajes que son los desvalijados de la tierra, además de algunos del cielo que intentarán que el mundo funcione un poco mejor. Ezequiel no es cualquier personaje, independientemente de que es un pibe común, que perdió a sus padres, se resiste a dejar su valija porque allí está todo lo que entiende que tiene que permanecer con él”, reveló Mercurio. Y completó: “Al llegar al cielo, le dicen que no puede ingresar con la valija, que debe despojarse de todo; eso genera un debate que lleva a que podamos ver en escena a todos los demás personajes de su comunidad y qué cosas vinculan a Ezequiel con cada uno de ellos. Y a medida que el espectáculo avanza, la valija, como gran metáfora, va adquiriendo más importancia; deja en algún momento de ser la valija de Ezequiel y pasa a ser una valija que tiene cosas para cada uno de los que miran”.

Política y memoria

“Los hombres, y en particular los artistas, somos seres políticos, más allá de que esta obra no está apuntando a algo del momento, sino que está ligada a algo más universal, que tiene que ver con el lugar que ocupamos cada uno de nosotros en el mundo, como seres humanos”, dijo Mercurio. Y completó: “De algún modo, por este motivo, Severo es todos estos personajes a la vez; de hecho, tomamos prestada una idea de Borges y nos gusta pensar que «somos todos los personajes que fueron y los que vendrán». Tímidamente, más allá del tema, intentamos que sea una obra divertida y poética con la que el espectador pueda hacer un viaje y se cuestione cuáles son las cosas importantes y cuáles aquellas que debe o no dejar de lado en su recorrido”.

“Ahora, la memoria y la identidad no tienen que ver con algo que sucedió en otra época, sino que hoy en día siguen desapareciendo personas; no sabemos dónde está Santiago Maldonado, y como él, los personajes que transitamos en ésta como en otras obras, son fáciles de desaparecer, son personajes invisibles, incluso, para su propia comunidad”, detalló Callaci. Y agregó finalmente: “Hace un tiempo, en un bar, me puse a leer un diario donde, en una pequeña nota, contaban que habían matado a un cuidacoches frente al McDonald’s de Santa Fe e Iriondo, que además es el barrio donde nací. Y pensaba: «Mirá…la vida de este tipo en una nota tan chiquita, en la parte de Policiales; dicen su nombre, lo encontró un taxista que fue hasta la seccional a avisar que había un tipo tirado, y que un vecino había escuchado dos tiros. Son las cosas que pasan ahora: es lo mismo que lo de Santiago, con la diferencia que en este caso hay una comunidad detrás que está atenta. De hecho, creo que es el momento de estar muy atentos, mirándonos a los ojos; tenemos que estar cerca para que no pueda desaparecer nadie más, para que rápidamente podamos darnos cuenta si falta uno de nosotros”.

El ángel de la valija, que se conocerá este sábado a las 21, en el Cultural de Abajo, de Entre Ríos 579, seguirá en cartel en esa sala todos los sábados de octubre y noviembre.

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