Por Diego Leone (*)
El hábitat es un derecho que trasciende el acceso a la vivienda. Su producción social es una herramienta clave para hacer de las ciudades y los pueblos mejores lugares donde vivir.
Las Naciones Unidas designaron el primer lunes de octubre de cada año como Día Mundial del Hábitat. Una efemérides que es mucho más que una celebración global, es una oportunidad para visibilizar las cuentas pendientes en la materia, analizar la complejidad que supone el concepto de hábitat, atacar las problemáticas urgentes, avanzar con acciones para la inclusión social y urbana de más familias y asumir los desafíos venideros.
Dada la importancia de esta fecha, es menester realizar un breve diagnóstico para comprender mejor la situación del hábitat en Santa Fe.
El 9 de diciembre culminará una gestión provincial cuyo signo distintivo ha sido garantizar el acceso al hábitat y la vivienda. El federalismo se traduce en números. El gobierno provincial llegó con obras de vivienda, mejoramientos barriales e infraestructura urbana a más de 280 localidades, brindó soluciones habitacionales concretas a 52.000 familias santafesinas y puso en marcha otras 23.000 a lo largo y ancho del vasto territorio.
En materia de vivienda, la gestión que encabeza el gobernador Miguel Lifschitz finalizará con 3.500 unidades entregadas mediante un sistema de adjudicación transparente, modelo en el país. Los planes provinciales constituyen la única opción para que una familia de trabajadores sin acceso a crédito llegue a tener una casa propia. Es un hecho que se viene incrementando con los vaivenes de la economía nacional y la constante pérdida de valor adquisitivo de los trabajadores. En la actualidad, opciones como el crédito Procrear o un crédito UVA, resultan inalcanzables.
En Argentina el acceso a la casa propia sigue siendo una deuda pendiente. Varios indicadores estiman que en el país existe, en términos habitacionales, una escasez que supera las 3 millones de viviendas. La necesidad de revertir esta situación que no es ajena a la provincia de Santa Fe, nos llevó a desplegar un amplio abanico de programas y operatorias que permitió sumar a las 3.500 viviendas ya entregadas otras 3.500 que actualmente están en ejecución
Sin embargo, el hábitat es un concepto mucho más amplio que trasciende el acceso a la vivienda. Por eso, en Santa Fe, asumimos la decisión política de priorizar la inversión social a través del Plan Abre, una herramienta fundamental para tender la mano del Estado a quienes más lo necesitan.
Hoy esta política social, la más innovadora en toda Latinoamérica, brilla por su escala, e integralidad: está presente en 66 barrios de cinco ciudades y permitió abordar 20 asentamientos irregulares: trabajar sobre la titularidad del suelo, llevar a cabo experiencias exitosas de relocalización de familias, realizar obras de infraestructura urbana, avanzar con la regularización de servicios y con la creación de nuevos espacios públicos.
Otro de los ejes del Abre fue la recuperación y puesta en valor de grandes complejos de viviendas Fonavi. Se concretaron obras de mejoramiento en 11.000 unidades. Dichas mejoras fueron acompañadas de una batería de acciones sociales que permitieron avanzar con la conformación de consorcios y la regularización dominial de los edificios.
Desde 2011, año en que se creó la Secretaría de Estado del Hábitat, las políticas públicas implementadas por la cartera han tenido una misma dirección y un único objetivo: garantizar a las familias el derecho a un hábitat digno y de calidad, priorizando a los sectores más vulnerables y desprotegidos.
Así, el hábitat, como política pública, es una prioridad que nos obliga a trabajar en una agenda común con el eje puesto en la integración socio-urbana de los más de 300 barrios populares de Santa Fe, la imperiosa necesidad de realizar obras de infraestructura urbana y desarrollo humano, la multiplicación de espacios públicos de calidad y la participación ciudadana en el diseño de políticas públicas que garanticen un hábitat digno y seguro.
Los desafíos que vendrán requieren redoblar nuestros esfuerzos. Urge la necesidad de planificar e implementar acciones coordinadas que involucren a todos los niveles del Estado, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía. Debemos avanzar con soluciones conjuntas capaces de revertir los procesos migratorios a los grandes centros urbanos, fomentar el desarrollo y crecimiento de pequeños pueblos rurales, incentivar proyectos de articulación público privada, fijar una agenda sustentable con visión de futuro y hacer de las ciudades mejores lugares para vivir.
(*) Secretario de Estado del Hábitat de la provincia de Santa Fe