Por Federico Trofelli- Tiempo Argentino
Hay una ciudad que hoy en día es un reflejo de la Argentina del ‘sálvese quien pueda’, de los esquemas Ponzi y la creencia de discursos casi metafísicos donde el dinero fácil lo es todo. El programador Maximiliano Firtman se convirtió en un protagonista involuntario de la posible megaestafa que está en curso en San Pedro -bajo la plataforma Rainbow Exchange y la Fundación Knight Consortium– y que mantiene en vilo a gran parte de esta localidad bonaerense de unos 70 mil habitantes.
El desarrollador y conferencista, acostumbrado al abordaje de diferentes esquemas ponzis que utilizan a las redes sociales y la virtualidad para expandirse, se interesó por este fenómeno y logró despabilar a varios inversores a través de sus denuncias públicas sobre el caso y, sobre todo, por haber desnudado la verdadera identidad de los supuestos directivos de la empresa que resultaron ser actores polacos.
-¿Cómo descubriste la maniobra?
–La gente me empezó a avisar porque yo venía siguiendo otras estafas como Generación Zoé o estafas en redes sociales, y un montón de sampedrinos me empezaron a escribir por esto. Me acuerdo una frase que me quedó que fue como el aleteo de la mariposa. Puse en Twitter “me cuentan que en San Pedro hasta el carnicero está metido en un Ponzi”.
Y eso despertó un montón de mensajes diciendo que era verdad, anécdotas de gente que estaba renunciando a sus trabajos, de gente que compraba campos y empecé a investigar cómo funcionaba, de qué se trataba. Ese tuit se viralizó en San Pedro y eso derivó en una nota, hasta que el 21 de septiembre hubo un evento en Buenos Aires, que era la primera vez que aparecía alguien de carne y hueso de esta supuesta empresa.
San Pedro, las estafas y los simuladores
-¿Qué descubriste ahí?
–Empecé a averiguar quiénes eran y descubro que eran dos actores polacos contratados. Eso lo escribí en una nota que salió en Clarín, donde cuento un poco la historia de cómo logré hablar con los polacos y una crónica del evento. No fue una nota hablando del ponzi, sino del evento donde ya queda claro que es una estafa.
-¿Cuál era el papel de los polacos?
–El rol de ellos fue dar la cara como directivos de la empresa durante media hora, por primera vez, porque nunca nadie había dado la cara por la empresa. Simularon la llegada del exterior del gerente de operaciones y el gerente de marketing. Les dieron premios a los líderes, incluyendo a Luis Pardo, de San Pedro a quien le entregaron el premio al Caballero Sin Nombre, con una placa, que Pardo la publica luego en su página, muy orgulloso. Parecía que hasta Luis Pardo se creyó de que eran realmente ejecutivos.
En ese evento ellos dieron un discurso y se fueron. Los echaron, de hecho, para que no socialicen mucho. Logré dar con uno de los polacos y hablar con él, por eso salió la nota, y ellos ahora se sienten estafados por la misma empresa. Ellos no hablaban de la operatoria ni sabían a qué se dedicaba la empresa. Tenían un discurso corporativo genérico que hablaban de “lo bueno de los últimos años, la gran comunidad que tenemos”. No decían nada, no era un discurso de venta.
Encuentro el perfil y que era actor polaco. Era como muy lejano. Sigo buscando al segundo, y me sale lo mismo, actor polaco, coincide con quien habló en español en el evento de Buenos Aires, y resulta que había estudiado teatro en Madrid y trabaja en series en España, así que cerró completamente todo. Era un guión de película de estafadores. Luego, logré convencer a uno para hablar conmigo. En principio les creo, por supuesto que pueden estar mintiendo. Dicen que no estaban enterados de nada y como que fueron engañados.
-¿Por qué hicieron el evento?
–Supongo que con esto le daba un poco más de seriedad y los líderes se creerían aún más que esto existía y que incluso iba a crecer. Hablaban que el siguiente evento iba a ser en Nueva York y que ellos iban a poder ir. En general muchos de estos líderes son personas sin estudios, obreros de fábricas. Están casi todos los empleados de Papel Prensa metidos en esto, de hecho Pardo salió de ahí. Es gente que a lo mejor no tiene un nivel de estudios para saber cómo es la categoría de las finanzas y más allá de su posible responsabilidad penal, no parecen ser los ideólogos intelectuales de la estafa con la aplicación, las criptos y todo eso.
El esquema Ponzi
-¿En qué consiste esta maniobra?
-En principio, la estafa funciona así: la gente se cree que está haciendo trading de criptomonedas, sin necesidad de saber nada. Hay una supuesta mujer de origen chino, que es un usuario de Telegram, que te manda todos los días una señal donde básicamente te dice que tenés que comprar y vender adentro de la app, que es una app trucha, que te bajás fuera de la tienda. Básicamente vos fondeás esa cuenta, le ponés plata en la cueva de San Pedro o en la ciudad donde estés o de cualquier otra manera.
Ahí te aparece a vos una plata, y vos vas comprando y vendiendo lo que la mujer te dice. El tema está en que esas criptomonedas que ella te dice que compres y vendas no existen. Es todo una simulación. Hacen creer que vos estás ganando una plata y en el fondo es un ponzi. Es simplemente una clásica estafa ponzi, como la de Cositorto solo con la excusa de las criptomonedas.
-Muchos usuarios defienden la plataforma…
–La gente está creída de que está haciendo algo todos los días, y que gracias a lo que están haciendo están ganando un 2% de rendimiento diario en dólares. Diario. Lo que significa que vos en 45 días duplicaste el capital. Claro, al principio funciona, entre comillas. Vos ves virtualmente la plata y al principio si la retirás, te la dan. Pero ese dinero no sale de las criptomonedas, sino de lo que ya pusiste o lo que puso uno después. A la vez, eso te da más publicidad, porque vos decís esto me funcionó, me compré un auto y la gente va y pone más plata. Hasta que un día desaparecen. Y ese día ya empezó.
-¿Cuál es el rol de Luis Pardo?
–Este sistema tiene líderes en cada ciudad. Y en San Pedro, Luis Pardo dice ser él. Habrá que probarlo, pero él se autoprocibe y se dice ser el líder, el primero que llevó este sistema a Argentina y a San Pedro. Él dice no ser de la empresa, sino un inversor más, el primero. El que está arriba en la cadena, en la pirámide. Él dice «yo no soy de la empresa, a mí no me digan nada». «Le pregunto a soporte técnico», responde cuando alguien le dice algo.
En Argentina no hay nadie que dijera yo soy de la empresa. Se separa la empresa de las comunidades, hacen muchos eventos comunitarios. Le llevan ropa a los pobres, comida a los comedores y todo eso lo hacen con la plata ficticia que se genera de esto. La gente cree que están haciendo cosas buenas para la comunidad. Eso le agrega otro tinte más perverso. La gente cree que esta mujer china es mágica y que tiene el secreto para hacer plata, y que ellos son los tocados por la varita de «La China» para recibir esa plata.
-¿Recibiste amenazas?
-Hay gente que se enoja con nosotros porque creen que esto se termina porque nosotros estamos hablando y no porque no existe. Hay quienes me dicen, “yo saqué un plazo fijo que tenía de cuatro millones de pesos, que no me daba nada y ahora con esto tengo tres sueldos mínimos todos los meses”. Pero no existe ese tipo de rendimiento en dólares. Está fuera de todos los rangos. Sí recibí muchos insultos de distintos tipos, aunque no lo pueda determinar como amenaza.
Hay personas de buena fe que están enojadas de verdad. Entiendo que los estafadores finales, que no se sabe si son argentinos. De hecho todo indica que son asiáticos, ya saben que esto pasa. No suelen culpar a los que hablan, porque siempre pasa, la juntan toda y se van. Es parte de la planificación.
-¿La justicia está actuando a tiempo?
–Evidentemente, está actuando tarde porque lo hizo después de que salió mi nota en Clarín y en todos los medios. Esto no tendría que haberme llegado a mí, tendría que haber actuado la AFIP, la CNV, la UIF, no sé Inteligencia, el Estado, la justicia. Hablamos de más de 100.000 personas que pueden estar metidas en estos ponzis porque no es uno, son muchos. Se cayeron todos ahora porque la gente se está dando cuenta.
Hablamos del manejo de decenas de millones de dólares, de flujos que entran y salen. No puede ser que el Estado no haga nada. Y que lo haga cuando ya es tarde, cuando salgo yo, que soy una persona desde mi computadora, sin equipos, sin medios, sin nada, haciendo una investigación de unos actores polacos. Un delirio.