Estos son, de nuevo, tiempos de reivindicación de la militancia. Mucha hay, sobre todo en el peronismo, pero no toda responde al ideal de entrega a un proyecto político sin pedir vueltos, ética que reconoce su antecedente más cercano en la década de 1970. Una, sin embargo, sí se ajusta a ese paradigma: la de los Putos Peronistas deLa Matanza. Yesta agrupación ya tiene película que exprese su corta pero emblemática historia, con una singularidad: la mirada detrás de la cámara es la del rosarino Rodolfo Cesatti, recibido enla Universidad Nacionalde Rosario en la carrera de Ciencias dela Comunicación, emigrado a Buenos Aires y realizador de “Putos Peronistas, cumbia del sentimiento”, que en la ciudad porteña se estrena justo hoy, el Día dela Lealtad.
Cabecitas negras, descamisados, grasitas. En un extremo se lo puede reducir a un simple recurso de la picardía popular, y en el otro elevar a una hábil estrategia de imagen política, pero lo cierto es que una de las marcas registradas del peronismo fue la capacidad para apropiarse de los adjetivos con los que se pretendió descalificar a su base social, “dar vuelta” su sentido y así incorporarlos a su orgulloso registro de identidad originaria. Del racismo contra los inmigrantes del “interior” y el desprecio de clase se pasó al ataque contra un colectivo que se hizo socialmente visible mucho después: el de los homosexuales y todos aquellos que eligen una sexualidad diferente a la del mezquino modelo varón/mujer.
La historia se repite, con otros nombres.
Hace unos años comenzó a saberse: existen los Putos Peronistas deLa Matanza. Yaunque la mención del populoso partido bonaerense basta para deducir su origen social, a la “Doble P” con la que también se presentaron no le vendría mal agregar una tercera: la de Pobres. Fue un rosarino el que, cámara en mano, imaginó y concretó la película que pretende retratar en imágenes los inicios de esta emergencia política que ya tiene correlatos e imitadores –bien que con el terreno allanado en varios sentidos– en la misma o en otras expresiones partidarias y sociales. “Lo que primero molesta es la pobreza, y después la condición sexual, pero las dos cosas sumadas son revulsivas. A mí me interesó eso de reivindicar el ser puto, pobre y peronista en ese mismo orden. Yo les hacía un chiste, les decía que eran como los Panteras Negras estadounidenses, que tenían la consigna «Soy negro, feo, orgulloso». Ellos lo mismo, no quieren pertenecer a otro lugar, quieren ser aceptados desde lo que son”. Rodolfo Cesatti, recibido enla UNR, cuenta cómo se acercó a ellos cuando casi nadie los conocía, y cómo los convenció de que valía la pena registrar sus primeros pasos. Que fueron difíciles, como serán los próximos si mantienen la postura de “no transar” con aparatos partidarios que ya los tentaron en vano con ofertas de subsidios, planes sociales o chapas de puestos públicos.
Diferentes marginaciones
Cesatti tiene diplomas en esto de retratar las épicas populares. En 2007 filmo “Jurua/Hombres de Hierro”, sobre el reclamo de tierras de la comunidad Mbya Guarani de Misiones. Y es peronista. “Hice varios documentales históricos sobre el peronismo, siempre me interesó eso de las patas en la fuente, me fascinó cómo la gente se movilizó de la nada el 17 de octubre de 1945, desde las provincias o el Gran Buenos Aires hastala Capitalpara manifestarse por Perón, y lo mismo cuando fue el bombardeo a Plaza de Mayo de1955”, se presenta el cineasta.
El proceso de gestación de su nuevo documental no fue sencillo. Supo de los Putos Peronistas durante una investigación para un documental sobre el asesinato del controvertido sindicalista José Ignacio Rucci. “Ahora ellos tienen página web, facebook, pero en aquel momento eran seis pibas y pibes deLa Matanza, y no había datos en internet ni en otro lado. Me llevó varios días enviarles un mensaje por correo electrónico y que me contestaran, pero finalmente se dio y les pedí que me dijeran quiénes son, qué es eso de Putos Peronistas, si era en joda, si tenían intenciones de hacer algo políticamente, y la verdad es que cuando los escuché y percibí la pasión que ponían en la política no solo me interesó hacer el documental por lo raro del nombre, sino porque tenían una militancia muy fuerte. Ahora la militancia se ve mucho, sobre todo después de la muerte de Néstor Kirchner, pero en ese entonces no”.
De Perlongher a La Matanza
El acercamiento, y la confianza, permitieron materializar el proyecto. “Creo que les caí bien y nada más, y por eso me dejaron hacerlo, porque en ese momento no daban notas, no querían salir por la televisión ni la radio. Y yo los convencía diciendo: creo que ustedes no se dan cuenta pero están haciendo historia, y sería importante grabarlos ahora, en los comienzos, aunque sea para tenerlo como material de archivo”. Y les di el ejemplo del antecedente de los PPP: “Del Frente de Liberación Homosexual, que fue el primer movimiento relacionado con la diversidad sexual desde lo político, y que tenía que ver con el peronismo, existen tres fotos, una donde están todos enmascarados, que salió en la revista Somos o Así, otra que se puede rastrear por internet y una tercera en la que aparece el poeta Néstor Perlongher, su referente. Son los únicos registros de una agrupación que duró alrededor de tres años”. Sin quererlo, los PP replicaron la frase que hace casi cuatro décadas habían colgado en carteles los compañeros de Perlongher: “El puto es peronista, el gay es gorila”, que además de jugar con las iniciales expone el privilegio de la condición social y la voluntad política por sobre la identidad de genero.
Para el documental, de una hora y media de duración, Cesatti contó con varios colaboradores, pero el más cercano fue su camarógrafo, Juan García Lewin (también protagonista del filmLa Escuela, sobrela Esma, e hijo de la periodista y ex detenida desaparecida Miriam Lewin). Putos Peronistas, cumbia del sentimiento aún no tiene fecha de estreno en Rosario, pero su director espera que después de las elecciones del próximo domingo pueda presentarla en su ciudad.
Iara, un paradigma
Lo que rescata Cesatti de la agrupación nacida en 2007 enLa Matanzaes la honestidad de su militancia. “Se sale del lugar de la hegemonía de querer ser lo que ya está socialmente aceptado, para decir soy un ser social, político, con un montón de valores pero lo voy a ser desde acá”. Y rescata para esto a la travesti Iara Ibarra, una de las fundadoras del colectivo cuyo inspirador es el militante dela JPe historiador Pablo Ayala, que pese a ser heterosexual declara con orgullo el carácter de Puto peronista honoris causa con que lo homenajearon enLa Matanza.
“Iara estuvo en la ex Esma, hoy Centro Cultural dela Memoria HaroldoConti, hablando sobre la ley de identidad de género. Se emocionaba. Decía que estaba muy contenta de ser puto, pobre y peronista. Y lagrimeaba. Estaba emocionada porque la aceptaban, le abrían la puerta y estaba en un escenario, con un micrófono, hablándole a la gente. Pero en dos o tres horas se volvía a la ruta, enLa Matanza, a trabajar, y se acordaba del frío, de las compañeras que ya no están”, rescata el rosarino sobre esa militancia que no reniega de su origen, y permanece en él. Lo mismo cuando aportaban a las marchas por la ley de matrimonio igualitario, o la nueva ley de medios, para después volver al barrio, a visitar a las y los compañeros enfermos, repartir preservativos…
“Ahora, en el peronismo, surgieron agrupaciones como Negros de Mierda, pero ellos han mantenido la misma convicción, el mismo lineamiento y el mismo lugar. Porque por ahí el nombre es marketinero, los han llamado desde donde se te ocurra, desde el peronismo, desde fuera, de las agrupaciones de diversidad, ofreciéndoles un montón de ventajas que siempre tenían atrás un renunciar a algo de lo que ellos reivindicaban. Y la verdad, es que impecablemente a través de este tiempo siempre se han cagado en esos ofrecimientos, que son de cosas que a ellos no les interesan, plata, planes sociales, etc., para sostener la idea madre. Tienen eso que yo en un momento pensé como inocencia, pero que es pureza y una convicción muy fuerte”, resume Cesatti la admiración que profesa hacia los protagonistas de su “cumbia del sentimiento”.
