El intendente Pablo Javkin charló con Vale Doble (Radio UNR, Sábados 9 a 11) después de anunciar las restricciones por 14 días, que apuntarán a disminuir la velocidad de reproducción del virus en Rosario. Tras haber sido noticia a nivel nacional por tener cero casos durante varias semanas, la ciudad pasó a tener un promedio de 300 contagios diarios. «Por eso necesitamos disminuir la circulación de las personas lo máximo posible. En algún momento a decisiones hay que tomarlas, priorizando que nadie que contraiga COVID quede sin poder atenderse y hacer también un equilibrio entre la salud, la economía y las libertades”, aseguró el intendente.
—¿Cuáles fueron las primeras reacciones después del anuncio? Porque esta vez, a diferencia del recorte de horario de la semana pasada por el que hubo malestar, hubo más anticipo, con reuniones previas, consultas y hasta un nivel de instalación durante todo el día de que se volvía de fase. Además, veníamos de una semana con muchos más contagios.
—Lo primero, claro, mucha consulta sobre qué está habilitado y qué no. Pero tengo confianza en que hoy está muy clara la necesidad. Porque si preguntabas hace veinte días en Rosario si alguien conocía alguien con covid, muy pocos te decían sí. Y ahora, si preguntás lo mismo, seguro alguien cercano lo tiene o fue contacto estrecho. La sociedad se está dando cuenta de que el virus está en un nivel de circulación muy alto y que es momento de cuidarnos, creo que la enorme mayoría lo va a comprender así.
—¿Qué foto se espera para el 18 de septiembre?
—Que baje la velocidad de reproducción del virus y los contagios. Las medidas tarden entre 9 y 14 días en impactar, pero las podemos ir midiendo con varios índices, uno de ellos el de positividad, que lo estamos viendo todo el tiempo cuando testeamos. Cuando había no más de 20 contagios por día era difícil tomar la decisión de cerrar, más allá de que lo recomendaran los técnicos del Conicet acá para Rosario. Y en este tiempo nos acostumbramos a ver a Pedro Cahn e infectólogos hablando de lo que pasaba en el país, pero sobre todo en Buenos Aires. Una vez que superamos la barrera de los 400 casos diarios y se entendió la necesidad de circular menos en la ciudad
—¿Tendrán más protagonismo los especialistas?
—Siempre lo tuvieron. Siempre funcionó el Comité de Expertos. Pero obviamente el peso en el debate público cuando el virus circula poco, es distinto que cuando tiene el nivel de circulación actual. Nosotros escuchamos a todos, leemos, analizamos, nos asesoramos y la verdad es que hay un momento en el que se deben tomar decisiones. Y el equilibrio es muy corto. Sobre todo, porque las medidas si no son comprendidas por la sociedad, después eso termina influyendo el cumplimiento. Además, para dañar lo menos posible el tejido económico. Y eso hemos venido haciendo. En el punto en el que fue necesario cortar, lo hacemos.
—Dio la sensación que en los anuncios, sobre todo al hablar el gobernador Perotti, se evitó decir la palabra “fase”.
—Las fases cuando se fueron dando, al inicio, se fueron corrigiendo sobre la marcha. Si quieren equiparar ahora lo que decidimos, se podría decir que es como una fase 2, con algún componente de la 3. Pero la gente no tiene en la mente tan rápido qué fue cada una. Lo que quiere saber es qué está habilitado y qué no. Lo más claro es establecer qué actividades pueden continuar. El doctor Ernesto Kofman, científico del Conicet local, ha venido mostrando estudios matemáticos que planteaban que la suba de contagios que se dio, era esperable con el nivel de actividad que se sostuvo.
—Ustedes junto al gobierno provincial en los análisis de situación que fueron haciendo, ¿cómo vieron el crecimiento de la curva en la ciudad y en qué momento decidieron lo que se anunció ayer?
-Lo fuimos viendo con mucha preocupación. Esos informes de Kofman los hemos venido siguiendo y lo que pasó fue que claramente, sostuvimos un nivel de actividad que defendimos, porque era importante en términos económicos y laborales para mucha gente. También teníamos en claro que si la velocidad de los contagios seguía creciendo, había que tomar una decisión como la que se tomó. El objetivo es bajar la velocidad de reproducción del virus y para eso reducimos el nivel de circulación de las personas estos 14 días.
—Después de haber escuchado el anuncio, muchos se preguntan qué se puede hacer y que no, o si deben tramitar algún nuevo permiso.
—Bueno, los permisos de circulación que se habían generado siguen vigentes, nunca caducaron. Se van a realizar controles en base a esa documentación. Y se irán evacuando dudas sobre algunas cuestiones operativas que han consultado, como el personal doméstico por ejemplo, que sólo puede acudir a sus lugares de trabajo el que está afectado a tareas de cuidado. O las mudanzas, que no se permitirán nuevas, pero hay unas 200 este fin de semana que ya se habían autorizado. Estos últimos días fueron bastante particulares, porque hace una semana había una protesta de los gastronómicos, reclamando contra el horario de cierre de las 19.30, que al final terminó siendo una medida menos dura que la que vino después, que es la del cierre por 14 días, permitiendo sólo el envío a domicilio y el llamado “take away”.
—¿Hay diálogo con los empresarios de bares y restaurantes, así como los comerciantes que han sido afectados por la decisión?
—Por supuesto. Hay diálogo permanente y con todos. Tengo entendido además que en los primeros días de esta semana habrá anuncios complementarios del gobernador Perotti, con ayudas económicas. Y se sancionó una Ley a nivel nacional, que entre otros rubros incluye a la la gastronomía y que es importante operativizar. Yo quiero ser muy claro. No es que hay rubros que hoy no funcionan porque allí es especialmente adonde haya habido contagios. Si el virus circula es porque circulamos nosotros. Y adonde circulamos, llevamos el virus. Esta enfermedad tiene la característica de los asintomáticos, que muchos la portan sin saber. Entonces, por 14 días, necesitamos disminuir la circulación de las personas por la ciudad lo máximo posible.
—En Buenos Aires y en La Plata, las universidades emitieron un documento alertando sobre el cansancio del personal de salud. ¿Cómo estamos acá?
—Ese fue otro de los motivos que nos llevó a tomar las medidas. A medida que aumentan los casos y las internaciones, también tenés el riesgo de que suban los contagios del personal de salud. Y lo más irreemplazable es el recurso humano. Entonces, bajar la velocidad de reproducción del virus es también cuidar la salud de los que deben atender a los pacientes.
—Si alguien tiene síntomas, o es contacto estrecho de un caso positivo y cree que debe hisoparse para evacuar las dudas de un contagio, ¿cómo debe hacer? Porque en las últimas horas hubo personas que dijeron haber tenido dificultad para comunicarse al 0800 del covid.
—Lo primero que tiene que hacer esa persona, si tiene, es comunicarse con su obra social. Ese es el primer nivel de cobertura. En segundo lugar, aislarse. Teniendo dos de los síntomas y en este contexto, lo más factible es que sea positivo de covid. Entonces la recomendación es aislarse y comunicar a sus contactos estrechos, para que hagan lo mismo. Tengamos en cuenta que no siempre se hace el hisopado inmediatamente. Y si aparecen síntomas de complicación, comunicarse con la obra social nuevamente, con alguna institución sanitaria o acudir a una guardia, con todas las recomendaciones del caso.
—En la visita de Ginés González García a la ciudad, ¿qué medidas se coordinaron con Nación además de los equipos que se darán en comodato para la salud privada allí adonde falten?
—También se decidió que haya cobertura para quienes tengan que atenderse en el sector privado y no tengan cobertura, que será a través del Programa Cuidar. Y obviamente, analizamos las medidas que se iban a anunciar. Nosotros ya lo decíamos cuando no teníamos casos: el virus llega. Y ha llegado ya a todos los países, lo importante es ir midiendo velocidad de contagios, la disponibilidad de camas y la situación del sistema sanitario. Nosotros optamos por abrir todo el tiempo que pudimos hacerlo, mientras había capacidad de atender. Y esta pausa de 14 días nos permitirá aliviar al sistema. Me da bronca, como a todos, este virus. Pero es una pandemia a nivel global. Y en este esfuerzo largo y cansador, la prioridad es poder atender a quien lo necesite.
—El nivel de ocupación de camas hoy, ¿cuál es?
—En el sector público fluctúa en el orden del 80 por ciento, un poco más bajo en el sector privado. Pero el tema es que con el covid el paciente crítico tiene internación larga. A veces más de dos semanas. Entonces, el problema no es la foto, sino lo que podía pasar de aquí en más. Si no reducíamos la velocidad de contagios, no iba a haber camas para todos. Y si además se va contagiando el personal de salud, tenemos que aislar gente que debería estar atendiendo.