Acompañada por una lista íntegramente compuesta por dirigentes radicales, la concejala María Eugenia Schmuck buscará revalidar su banca en el Concejo Municipal. La lista Arriba Rosario deberá enfrentar en las internas del 19 de abril a otras opciones del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) como la de Miguel Ángel Zamarini y la de Horacio Ghirardi.
En diálogo con El Ciudadano, Schmuck indicó que apuesta por la “renovación” dirigencial en el frente y por un mayor “protagonismo” de la Unión Cívica Radical en la coalición de partidos progresistas.
—Desde distintos sectores del FPCyS se está exigiendo renovación; la lista de concejales del oficialismo que encabeza Ghirardi cuenta con dirigentes jóvenes. ¿Cree que se tomó en cuenta que hay que motorizar una renovación?
—Creo que no y que es el principal argumento por el que nosotros nos sentimos firmes en la idea de encabezar una lista conformada por militantes jóvenes que provenimos de distintos sectores de la UCR. Hay un radicalismo que a nosotros no nos representa, que sigue haciendo política como hace 30 años y nosotros estamos construyendo un nuevo radicalismo, que hace política al lado de la gente, construye en los barrios, está en la universidad y que también expresa lo que los rosarinos nos estaban reclamando: que los mismos funcionarios no pueden ser eternamente candidatos a todo. Ghirardi fue candidato a concejal hace 12 años, después fue funcionario de (Álvaro) Gaviola, fue uno de los que designó a (el ex jefe policial Hugo) Tognioli. Hoy el máximo problema es la inseguridad y él fue parte del problema. La gente está esperando nuevas ideas porque muchas veces estar 20 años recorriendo distintas funciones te alejan de caminar los barrios y a veces en los propios vecinos está la solución: no hace falta estar sentado en un escritorio alrededor de 10 mil técnicos. El socialismo hace rato que ha dejado de caminar la ciudad.
—Siempre pensando que la herramienta es el Frente Progresista.
—Yo no me resigno a que el socialismo se apropie del FPCyS. El radicalismo ha sido un partido fundamental para el frente, porque tiene un desarrollo territorial en toda la provincia, la mayor cantidad de intendentes y concejales. Soy parte de una generación que no se resigna a que el socialismo conduzca los destinos del frente y en la ciudad más importante de la provincia, como es Rosario, estamos apostando a que haya una alternancia.
—Esa alternancia, ¿se gana con votos?
—Se gana con votos porque ellos no están dispuestos a generar reglas de juego que permitan la alternancia. En cualquier frente político del mundo hay reglas de juego, la alternancia se mide por dos períodos consecutivos para un partido, dos períodos para el otro, internas donde todos los partidos tienen la obligación de presentar candidatos. Hay distintas reglas de juego: acá el socialismo nunca estuvo dispuesto.
—¿Una materia pendiente es institucionalizar el frente?
—Exacto. Y no lo van a hacer hasta que pierdan. Y cuando nosotros le ganemos la provincia y la ciudad, allí van a querer institucionalizar el frente. Nosotros lo vamos a hacer porque somos respetuosos de las instituciones.
—¿Por qué cuesta tanto unificar al radicalismo detrás de una sola postura?
—A los viejos radicales les cuesta, todos los jóvenes están en nuestra lista y somos los que apostamos a que para algunos radicales, que tienen esas viejas prácticas que tan mal le han hecho a nuestro partido, sea la última elección en la que tengan protagonismo. Apostamos a ser el radicalismo que viene y lo vamos a conquistar a fuerza de votos, que es lo único que te da legitimidad en una democracia.
—¿Cómo se hace para ser opositores a la conducción del socialismo sin que esa crítica dañe al propio frente o a la posibilidad de seguir gobernando?
—Es más una responsabilidad del que conduce que de los que acompañamos, porque es muy importante que los partidos que han ayudado a ganar a ese frente le exijan al que conduce abrir las puertas, escuchar las demandas de los vecinos. Mónica Fein, hace ya casi 4 años, ante la primera crítica nos dejó de invitar a las reuniones del frente y recién sobre el año pasado, en un período casi preelectoral, se retoman las conversaciones. Es un estilo del gobierno de Fein de no escuchar a los partidos que componen el frente, a la oposición ni a los vecinos. Es un estilo que es propio de la soberbia que tiene un partido que hace 20 años que conduce la ciudad y que cree que tiene la fórmula para solucionar todos los problemas. Y no las tienen porque la ciudad sigue adoleciendo de un montón de cosas, está hundida en un problema enorme de inseguridad. Que a los rosarinos les digan que no es un problema que les compete cuando todos los días hay un muerto en la ciudad, ya no es una respuesta para dar. Hay que involucrarse, hay que generar los espacios y dejar de decir que no es nuestra responsabilidad. Yo soy concejal y jamás le he contestado a un vecino que no es nuestra responsabilidad: llamo al ministro de Seguridad, genero reuniones, acompaño a las víctimas a Fiscalía, hablo con la Corte. A lo mejor no lo puedo resolver, pero puedo tocar las puertas de aquellos que sí pueden. Eso es lo que esperaba de la intendenta, más con un gobernador de su propio partido: que hubiera tenido la firmeza para reclamar las medidas necesarias para solucionar los problemas. No lo ha hecho.
“Vivienda, transporte y seguridad”, ejes a abordar desde el Concejo
—¿Por qué busca la reelección en el Concejo? ¿Qué temas viene trabajando que cree que hay que continuar o cuáles son los desafíos que pretende llevar al recinto?
—Busco cuatro años más y basta; creo que como reclamo de alternancia y renovación ocho años es un montón de tiempo en cualquier espacio de construcción y responsabilidad política. Quiero ocupar este espacio, si la gente me renueva la confianza, porque creo que hay algunos temas que todavía no he podido lograr ni siquiera que se discutan. Tienen que ver con temas complejos que quizás no sean temas cotidianos del Concejo pero que he tomado el desafío de instalar y se pueden hacer muchas cosas desde allí. El tema de la trata no era un tema que fuera competencia del Concejo ni de la ciudad y hemos logrado instalar y discutir: hoy la sociedad rosarina sabe lo que es la trata de personas. Creo que la ciudad debería hacer lo mismo con el narcotráfico. Si uno puede combatir humildemente algunos nodos de algunas redes de una economía delictiva como la trata, es inexplicable que no lo podamos hacer con el narcotráfico porque son dos economías delictivas absolutamente complementarias. La trata es una economía mucho más profesional y compleja que el narcotráfico: para encontrar un lugar de trata personas hay una larga investigación; acá los búnkers sabemos dónde están, no es que es difícil de conocer, pasa que hay intereses creados. La verdad es que nadie ha tenido los huevos para hacerlo. Y esa es la cuestión. Sobre la primera vivienda tengo tres proyectos presentados, elaborados con cámaras empresarias, el Banco Municipal, incluso con funcionarios del municipio y la provincia. Son proyectos que se pueden aplicar: tienen la ventaja de tener viabilidad técnica y política y todavía no hemos logrado que se discutan. Son proyectos para créditos hipotecarios para laburantes que no tienen un sueldo que les alcance para el sistema crediticio tradicional y que podría complementar lo que hoy está haciendo el Procrear a nivel nacional. Me desvela porque es el principal problema que tienen dos o tres generaciones de rosarinos que no logran acceder a su primera vivienda aun pudiendo pagarla mensualmente, porque pagan alquileres altísimos. Es un problema que se puede resolver con voluntad política en el Concejo. El otro tema que me desvela es el transporte, que le cambiaría la vida cotidiana a la gente. El municipio tiene que dejar de verlo como un gasto y empezar a sentirlo como una inversión. Así como en su momento el socialismo apostó a invertir el 25 por ciento del presupuesto en salud para que esta ciudad se destaque, y ya la provincia se hace eco y es parte del esfuerzo del presupuesto provincial, creo que es el momento en que el municipio invierta en transporte. Y dejar de pensarlo como un negocio rentable para un empresario privado, que va a venir un empresario salvador que nos va a resolver los problemas: hay que destinar una gran parte del presupuesto a transporte.
“No comparto lo de Boasso”
Consultada sobre cómo tomó la decisión de su correligionario y compañero de bloque radical en el Concejo Municipal Jorge Boasso de acompañar a Miguel Torres del Sel en la fórmula del PRO para la Gobernación de Santa Fe, la concejala María Eugenia Schmuck señaló: “Bien porque con Jorge hemos construido una amistad y él lo venía conversando con nosotros. Si bien nosotros no coincidíamos con su estrategia política, respetamos mucho sus decisiones porque es un gran concejal, es muy laburante y él creyó que era válida esa opción. Sinceramente no compartimos ni en su momento ni ahora esa estrategia, sí la respetamos, pero nosotros creemos que la apuesta está adentro del partido, es el camino más difícil, el más largo pero es el que siempre estuvimos convencidos”.
