Search

«Hack&Pop», una serie para repensar los alcances de la virtualidad en un momento de extremo consumo 

El envío que aborda el universo hacker y busca desenredar la complejidad del universo virtual, más evidente en tiempos de cuarentena, se puede ver en el canal de YouTube del colectivo cultural cooperativo La Vaca. "Puede que sea el momento de pensar qué internet queremos", postulan sus creadores

La serie web documental Hack&Pop, que aborda el universo hacker para derribar el sentido común y busca desenredar la complejidad que se hace evidente en tiempos de coronavirus con el incremento del consumo virtual, estrenó este martes su tercer capítulo y se puede ver en el canal oficial de YouTube del colectivo cultural cooperativo La Vaca.

La dupla creativa conformada por Martina Perosa y Bruno Ciancaglini decidió que el contexto de cuarentena era ideal para estrenar la miniserie, «ya que el aumento del consumo del mundo virtual hizo que ciertas discusiones en torno de los intereses ocultos detrás de las tecnologías se pusieran en evidencia”, según explicó Perosa en una entrevista con la agencia de noticias Télam.

Hack&Pop se compone de cinco capítulos, de cinco minutos de duración cada uno, construidos sobre entrevistas y documentación de archivo, en locaciones que rompen con el imaginario que se tiene de un hacker, “como una persona encapuchada y fóbica”, según describió Ciancaglini. Y a través de un lenguaje coloquial que se fusiona con aspectos técnicos, el material logra un muy buen combo para abordar temas complejos sin que ningún espectador se sienta expulsado de la trama.

“Cuando comenzamos con el proyecto –recordó la directora–, los entrevistados nos hablaban de un universo distópico, de la posibilidad de que la virtualidad desplace la territorialidad y de un congreso virtual. Nos parecía poético, casi un cuento de ciencia ficción, pero es lo que pasa ahora. Lo que comenzó como la intuición de que en esa comunidad hay un faro que nos permite desenredar la complejidad de esta época, hoy se confirma”.

Perosa retomó a Cypher, creador de Taringa! y uno de los protagonistas: “La tecnología no debe pensarse sólo como un aparato represivo porque es lo que le permitirá a generaciones venideras tomar el control”. Y convocó: “Puede que sea el momento de pensar qué Internet queremos, responsabilizarnos por dar datos sin cuestionar y saber que también es un espacio que se puede tomar, desarmar y rearmar con una lógica diferente”.

“Lo más atractivo del universo hacker son las personas”, apuntó Ciancaglini. Y detalló: “Detrás de ese saber «sofisticado» de la programación hay gente que mantiene un espíritu lúdico, de la cultura gamer o geek, y que se percibe a cada instante. Varios se conocen hace años y comparten mucho tiempo juntos, pero no saben de qué trabajan o cuáles son sus apellidos, ni siquiera dónde viven. La vinculación se da por otro lado, que no tiene que ver con el trabajo, el nombre propio u otros «valores» sociales sobre los que se suele construir la identidad, y eso es una potencia muy interesante que se ve en la práctica cotidiana, más allá de los discursos”.

En ese sentido, para Perosa, “también hay algo gracioso y es que siempre que se habla del futuro luego queda viejo. Va todo tan rápido que es imposible anclarse en el hoy”.

Sociedad y tecnología

Respecto de la relación existente entre la sociedad actual y la tecnología, Ciancaglini señaló que “hay un gran desconocimiento respecto de las tecnologías que son usadas”. Y explicó: “Las aplicaciones y plataformas están tan incorporadas a nuestra vida cotidiana que a veces incluso nos olvidamos que detrás de ellas hay empresas privadas. En algunos casos, al tomar conocimiento del uso que hacen las aplicaciones con la información privada, se impone el sentido común: «No tengo nada que ocultar, no cometo ningún delito, ¿qué importa lo que hagan con mis datos?». No tiene que ver con hacer algo bueno o malo, con ocultar o exhibir, sino con preguntarse si realmente es deseable este modelo que se da entre proveedores/usuarios y si es posible imaginar dinámicas distintas”.

“Por eso llamamos a la reflexión sobre el uso de las redes sociales, de la protección de datos, de la «algo-cracia», del reconocimiento facial y del anonimato como un derecho, y abrimos el debate: ¿Queremos que esa tecnología esté?, ¿con qué características?, ¿qué problemas soluciona y cuáles otros nos trae?, ¿cómo diseñar un nuevo porvenir?”, introdujo Perosa.

Finalmente, Ciancaglini. habló acerca de cómo hacer para que las plataformas sean herramientas de liberación y no de vigilancia: “Eso deberían responderlo los hackers; pero por lo que aprendimos, las herramientas que provee el software libre, con códigos abiertos y transparentes, son claves para generar otras dinámicas donde el usuario no quede sometido a que sus datos sean vendidos como mercancía. Como dice uno de los entrevistados: «La tecnología es una invención nuestra, así que depende de nosotros/as volver a tomar el control»».

10