Los haitianos lloraron ayer al casi cuarto de millón de muertos que dejó hace un año un sismo devastador, y rezaron para que su castigado país pueda enfrentar la adversidad y logre salir adelante.
Una multitud acudió a la misa católica prevista en la destruida catedral de Puerto Príncipe en la mañana de ayer para orar por los 220.000 muertos por el terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter, registrado el 12 de enero de 2010.
Cabe destacar que la bulliciosa vida callejera típica de este país caribeño dio lugar a momentos de sobria reflexión, con un minuto de silencio a la hora en que se produjo el sismo, cuando se lanzaron globos blancos y tras lo cual culminaron las ceremonias conmemorativas.
Haití comenzó anteayer la conmemoración del primer aniversario del terremoto con la visita de altos funcionarios del gobierno del presidente saliente, René Preval, a una fosa común situada en las afueras de Puerto Príncipe, donde reposan numerosas víctimas del terremoto.
Doce meses después de la catástrofe, el país más pobre de América sigue sin recuperarse. Los cerca de 800.000 refugiados lo corroboran. El país está sumergido en una crisis económica y las infraestructuras están destruidas. A ello se suma una epidemia de cólera desatada a mediados de octubre de 2010 que, según los últimos datos del ministerio de Salud Pública, causó la muerte de 3.759 personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad no alcanzó aún su pico.
Por su parte, el ex presidente estadounidense Bill Clinton, coordinador de la ayuda extranjera para Haití, llegó el martes pasado a la capital haitiana y se declaró “frustrado” por la lentitud de la reconstrucción del país.
En tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, llamó a la “comunidad internacional a continuar apoyando al pueblo haitiano”. Por otra parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, instó a su vez a la comunidad internacional a cumplir con sus promesas de ayuda a Haití, y aseguró que Estados Unidos se mantenía como aliado “fiable” de Puerto Príncipe. Estas 48 horas de homenajes tienen lugar en medio de una crisis política por la impugnación de los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el 28 de noviembre en Haití.
La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció que la entrega del crucial informe sobre los comicios, donde recomienda el retiro del candidato oficialista, quedó en suspenso para no perturbar la solemne conmemoración de ayer.