Una epidemia de cólera ha provocado 220 muertos en Haití, según informaron el sábado las autoridades de salud, que intentan impedir la extensión de un mal que se desató diez meses después del sismo que devastó al país más pobre de América.
Algunos días después de su aparición, la catástrofe sanitaria nacida en varias regiones del norte de la isla parecía acercarse a la capital, Puerto Príncipe, donde sobreviven en tiendas de campaña centenares de miles de víctimas del terremoto.
Dieula Loussaint, titular del departamento de salud regional, dijo que otros doce decesos fueron confirmados en el departamento de Artibonite (norte), que sumados a los anteriores 194 elevaron el balance local a 206. Más temprano, el director general del ministerio de Salud Pública, Gabriel Thimoté, había anunciado un saldo parcial de 194
muertes en Artibonite y 14 en el centro del país. «No podemos seguir tratando el cólera en esta estructura donde también se tratan otro tipo de pacientes», dijo Loussaint. «Necesitamos establecer centros específicos de tratamiento», añadió.
Cerca de 3.000 personas están internadas en hospitales y centros de salud, que a menudo se ven superados por la falta de medios, según cifras suministradas el sábado por las autoridades sanitarias.
Más de 50 reclusos de una prisión del centro del país contrajeron el cólera y tres reos fallecieron, indicaron funcionarios. «La situación está bajo control, la población no debe entrar en pánico, es necesario, por el contrario, respetar las medidas de higiene», recomendó por su parte el doctor Jocelyne Pierre-Louis, funcionario del Ministerio de Salud.
Por su parte, el presidente haitiano, René Preval, y el ministro de Salud, Alex Larsen, emprendieron el sábado una gira de inspección por las regiones afectadas por la epidemia, anunció el director general de la cartera, Gabriel Thimoté. Además se están tomando medidas para distribuir agua potable a la población, agregó.
El ministerio pidió el viernes a la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah) hacerse cargo de la distribución de medicamentos suministrados por organismos internacionales. El gobierno canadiense ofreció un hospital militar en Haití, mientras que Estados Unidos propuso entregar grandes tiendas para montar hospitales de campaña.