El cuerpo del último de los participantes del trágico cruce del río Paraná que estaba desaparecido desde el sábado 16 de enero pasado fue encontrado en cercanías de la represa de Yacyretá, según confirmaron fuentes judiciales y de la Prefectura Naval.
Los restos hallados corresponden a Manuel Leiva, que tenía 57 años y tripulaba una piragua en el momento de la competencia de aguas abiertas, que debía unir las ciudades de Encarnación, en Paraguay, y Posadas.
Encontrado el cuerpo de Leiva, ya no quedan nadadores desaparecidos tras el fallido cruce, que dejó un saldo de ocho víctimas fatales en la 80¦ edición del evento. Fuentes oficiales dijeron este viernes que familiares de Leiva identificaron sus restos, al parecer por la ropa que llevaba, similar a la que vestía del día de la tragedia, según informó el diario local Primera Edición en su página web.
El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y tras el hallazgo fue llevado hasta el puerto Laurel de Posadas, desde donde se lo trasladó a la morgue de la capital misionera para la correspondiente autopsia.
Los restos de Leiva, que se encontraba desparecido desde aquel fatídico sábado 16 de enero, fue divisado alrededor de las cuatro de la tarde en inmediaciones del embalse de la represa de Yacyretá, en la zona de la isla del Medio.
Justamente allí habían sido encontrados otros cuerpos de los nadadores fallecidos. En la morgue de esta ciudad, María y Valeria Leiva, hermanas del deportista fallecido, identificaron sus restos, según consignó el diario local El Territorio en su página de internet.
Los restos de Leiva fueron encontrados este viernes luego de varios días de intensa búsqueda, interrumpida en ocasiones por adversas condiciones climáticas, no bien se produjo el trágico cruce a nado del río Paraná.
Además de Leiva, perdieron la vida en la competencia Mauro Bacigalupi, Eugenio «León» Seró, Sebastián Rusenski, Víctor Sesa, Luis Saidel, Nicolás Leveki, de 15 años, y Fernando Solé Masés, de sólo 12.
El fatal episodio se produjo cuando se desarrollaban apenas unos 15 minutos de la tradicional prueba náutica, que genera pasión entre los misioneros. En ese momento, numerosos participantes fueron arrastrados por una correntada y luego succionados por torbellinos de agua que se habían formado alrededor de barcazas cargadas con granos en cercanías del puerto paraguayo de Pacu Cuá.
Algunos fueron rescatados, otros lograron salir con vida del río por sus propios medios, mientras que un grupo de nadadores fue «tragado» por las aguas.