El pasado viernes por la noche los ciudadanos de Portland (Oregon), en Estados Unidos, se pusieron a buscar partes de un avión con destino Ontario (Canadá) al que se le desprendió parte del fuselaje y tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad estadounidense 30 minutos después del despegue. La parte perdida fue hallada en el patio trasero de una vivienda particular en Portland, pero no es lo único que se ha encontrado del vuelo de Alaska Airlines.
Dos personas encontraron en el lateral de una ruta dos teléfonos celulares. Uno de ellos, un iPhone, fue hallado encendido y en perfecto estado. Un diseñador de videojuegos, Seanathan Bates, reconoció de inmediato al verlo que era el móvil de un pasajero del avión, ya que en la pantalla podía leerse un correo eléctronico del recibo de facturación de las valijas del desafortunado vuelo.
Según las fotografías que compartió Bates, el teléfono está en perfecto estado a pesar de haberse caído desde casi 5.000 metros de altura, y se aprecia que tiene puesto un cable de cargador roto que sigue conectado al móvil. “He encontrado un iPhone en el lateral de la carretera… Todavía está en modo avión con la batería a mitad y tiene abierto un reclamo de equipaje para Alaska Airlines ASA1282 ¡Sobrevivió perfectamente intacto a una caída de 16,000 pies (4876,8 metros)!”, indicó Bates en su publicación.
El hombre confirmó que cuando llamó a una agente de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB) esta le confirmó que era el segundo teléfono que se encontraba. Bates aclaró en su cuenta de X (ex Twitter) que realizará una entrevista en una televisión local de Portland (KPTV) para enseñar en que parte de la carretera encontró el móvil y tratar de convencer a aquellas personas que aún no se crean esta increíble casualidad.
Según reveló el astrofísico Duncan Watts del Instituto de Astrofísica Teórica de la Universidad de Oslo, consultado por el Washington Post, una de las claves para que el iPhone no teminara hecho pedazos fue «la resistencia del aire».
«Después de un período de tiempo en caída libre, el celular alcanza una velocidad terminal, lo que significa que no puede acelerar más rápido debido al efecto de la resistencia del aire», explicó el catedrático.
«Para un teléfono de esas características la velocidad terminal es de aproximadamente 48 kilómetros por hora si cae boca abajo, o alrededor de 160.93 km/h si cae perpendicular al suelo. Como no hay certezas de la posición, se supone que estaría dando vueltas, por lo que es probable que estuviera cerca de la velocidad mínima», aclaró el científico.