El hallazgo del cuerpo de un niño de 12 años –que era buscado desde hace una semana– semidesnudo y en el interior de una heladera en desuso, ocurrido anteanoche en un descampado del departamento Santa Lucía, en la provincia de San Juan, derivó en una feroz protesta de vecinos del pequeño, que incluso golpearon a personal policial ante lo que diagnosticaron como “inacción”. Pero durante la madrugada de ayer, el caso dio un brusco giro cuando, por orden judicial, la madre, el padrastro y un hermano del fallecido fueron detenidos por su presunta relación con el hecho, en tanto se hallaron rastros de sangre en una casa vecina a la del chico.
El juez del Primer Juzgado de Instrucción Benito Ortiz dijo que dispuso la detención de “varias personas cercanas al lugar del hallazgo y de sus familiares directos”, alrededor de una decena, entre quienes se encuentran la madre del niño, Alejandra Silva; la pareja de ésta, Franco Sifuentes, y el hermano mayor de la víctima.
Ocho de esos detenidos ya declararon, en tanto que para indagar a los más comprometidos el magistrado aguardará a contar con el resultado de la autopsia.
Ariel Tapia, de 12 años, fue encontrado muerto anteanoche dentro de una heladera en desuso de un taller metalúrgico ubicado en un descampado vecino a su casa y si bien hasta el cierre de esta edición no se había realizado la autopsia el juez dijo que “se trabaja en la peor de las hipótesis”, la del homicidio.
El magistrado explicó que si bien el estudio forense se iba a realizar en la mañana de hoy, ya que “lo ideal es darle al cuerpo unas cuarenta y ocho horas de frío”, a última hora de ayer se decidió comenzar con los peritajes al cuerpo del pequeño y además enviar muestras a un laboratorio ubicado en la provincia de Salta.
El niño estaba desaparecido desde el sábado pasado, cuando salió de su casa para buscar a un amigo, al que no encontró.
Tras la denuncia de su desaparición, la Policía provincial lo buscó durante cinco días con la ayuda de efectivos de la Policía Federal y de la Gendarmería, que realizaron varios allanamientos.
Finalmente, el cuerpo fue hallado dentro de la vieja heladera, “en posición fetal, apoyado en su costado izquierdo, en calzoncillos, con una media en uno de los pies y tenía alrededor dos zapatillas y un reloj chiquito sin la malla”, dijo el juez.
El magistrado aclaró que, según los especialistas, no se descarta que el niño haya sido metido con vida en la heladera y haya muerto allí.
“Comprobamos que la heladera no se podía abrir desde el interior y sólo se activaba el dispositivo de apertura tirando una manija desde afuera”, agregó.
El juez también dijo que para los policías “la heladera no fue plantada, sino que calculan que siempre estuvo en ése lugar”.
Para Ortiz, lo más importante ahora es establecer qué provocó la muerte del niño, si fue golpeado, atacado o si murió asfixiado.
La Policía realizó ayer varios allanamientos en casas vecinas a la que vivía Ariel y en una de ellas se hallaron rastros de sangre. Uno de los procedimientos se efectuó en una vivienda ubicada baldío de por medio con la del chico, donde reside una amiga íntima de la mamá de Ariel, que resultó detenida junto con su pareja.
Según dijeron fuentes policiales, la casa fue marcada por una de las perras de la división Canes, llamada Abril, que insistió en olfatear lo que podría ser un rastro en esa casa.
Los policías contaron que la prueba de Luminol “detectó muchos rastros de sangre en el lugar, en un picaporte, en un zócalo del antebaño y en una habitación”, entre otros sitios.
Además, en ese lugar “se secuestraron una computadora de escritorio, una netbook y una notebook”, según dijeron.
En tanto, el juez de la causa realizó una inspección ocular en el descampado donde el niño fue encontrado, a sólo 50 metros de su casa de la Villa Angelita, y tenía previsto tomarle declaración a los familiares del chico en las próximas horas.
Disturbios
Cuando la novedad del hallazgo trascendió, los familiares directos del chico y vecinos se agolparon con intenciones de ingresar al predio donde se encontró la heladera. Como la Policía les impidió el paso, se produjeron los primeros disturbios, con piedrazos a los uniformados, porque les impidieron el paso para preservar la escena del crimen, indicó el Diario de Cuyo.
En pocos minutos, el lugar se fue poblando de vecinos de distintos barrios, que apuntaron contra el personal de la comisaría a cargo de la pesquisa, ya que según los vecinos no se había rastrillado esa zona tan cercana a la casa del niño. “Nunca actuaron bien los de la comisaría”, disparó Luis Silva, abuelo materno de Ariel.
Durante la madrugada de ayer, mientras personal médico forense retiraba el cuerpo del pequeño, vecinos quemaron neumáticos, arrojaron piedras y golpearon a varios policías en la puerta de la comisaría, y lo mismo ocurrió con los agentes que estaban custodiando el lugar del hallazgo.