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Hallan restos de un dinosaurio desconocido en Neuquén

Se trata de un herbívoro de unos tres metros de largo, considerado un "eslabón perdido" entre dos especies. Habría vivido hace unos 150 millones de años.

Científicos del Conicet descubrieron restos pertenecientes a una especie hasta ahora desconocida de dinosaurio, un herbívoro de unos tres metros de largo, mientras exploraban rocas del período jurásico, en la provincia de Neuquén.

El «nuevo» espécimen fue bautizado como Leonerasaurus Taquetrensis y parte de sus restos fueron descubiertos en la sierra de Traquetrén, en la zona central de esa provincia patagónica.

Los trabajos se realizaron en el marco de un proyecto de investigación en el yacimiento de Las Leoneras, llevado a cabo con el auspicio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

El animal, cuyo descubrimiento fue publicado en la revista científica PLOS One, es considerado como un «eslabón perdido», entre los antiguos prosaurópodos y los gigantescos saurópodos, los gigantes más grandes que se hayan desplazado por la Tierra.

Los prosaurópodos vivieron hace más de 180 millones de años, en el jurásico inferior, podían medir entre dos y nueve metros de largo, tenían cuello alargado, eran bípedos, con cráneo bajo y dientes con márgenes aserrados.

Los saurópodos, en tanto, evolucionaron en el jurásico medio, a partir de los 160 millones de años, eran cuadrúpedos, tenían cuello mucho más largo y cráneo corto, con dientes en forma de cuchara, sin márgenes aserrados.

Eran gigantes que oscilaban entre los 15 y 35 metros de largo, con nombres célebres como el Argentinosaurus, el Patagosaurus y el Amargasaurus -hallados en territorio argentino- o sus «parientes» norteamericanos: el Brachiosaurus, el Camarasaurus y el Diplodocus.

Diego Pol, uno de los científicos que participó del grupo encargado del hallazgo, dijo en cuanto al Leonosaurus que «detalles de su dentadura y anatomía pélvica sugieren que se encuentra mucho más próximo al origen de los saurópodos que los prosaurópodos conocidos previamente».

El animal, describió el experto, «era pequeño, de tres metros de largo, y poseía un cuello ligeramente alargado, como las formas primitivas».

Sin embargo, el Leonosaurus también «tenía cuatro vértebras sacras en la pelvis», además de dientes con «características intermedias: los de adelante, como los de los saurópodos, en forma de cuchara y sin márgenes aserrados, y los de atrás, parecidos a los de los prosaurópodos, aserrados y planos».

Los restos del Leonerasaurus fueron excavaron entre 2005 y 2007, luego en 2008 se prepararon los fósiles en el laboratorio del Museo Paleontológico Egidio Feruglio y durante el 2009 y 2010 se realizó el estudio de los fósiles.

Los trabajos estuvieron a cargo de Pol, quien es investigador del Conicet en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio; Alberto Garrido, un geólogo de la Dirección de Minería de la Provincia de Neuquén; e Ignacio Cerda, becario del Conicet en la Universidad Nacional del Comahue.

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