Tras varios meses de investigación, un equipo de guardaparques del Centro de Conservación de Medellín, Colombia, logró determinar que el animal que habían encontrado tiempo atrás en Amalfi, uno de los núcleos de deforestación del noroeste colombiano, es un ocelote, uno de los típicos felinos silvestres de Colombia, junto al jaguar, el puma, el margay y el yaguarundí.
Según explicaron los especialistas la tarea de identificar a esta hembra fue muy difícil porque, generalmente, para ello se utilizan las dimensiones del cuerpo y los colores de la piel y, al momento de ser encontrada, su tamaño muy pequeño los llevó a pensar que se trataba de una gata de raza desconocida.
Sin embargo, gracias a los estudios que se llevaron a cabo en los laboratorios de la Universidad de Antioquia y de la Policía Nacional de Colombia finalmente la identificaron como una leopardus pardalis, más popularmente conocido como ocelote.
Así, el particular color de su piel la convirtieron en en el primer ejemplar de ocelote albino del mundo. “Este fenómeno está directamente vinculado con la pérdida de los bosques, como consecuencia del cambio climático, las poblaciones de ocelotes se están aislando cada vez más y ocurre una endogamia, una reproducción entre miembros estrechamente emparentados», explicó Jorge Abaud, el director del mencionado parque.
«Su mutación genética no hace más que sacar a la luz una realidad preocupante que es el albinismo y que en este caso puntual se da porque tenemos un problema de fragmentación de los bosques tropicales donde habita la especie”, agregó el biólogo colombiano.
Según los expertos, este ejemplar de casi 13 kilos no podría sobrevivir en su hábitat natural debido a que su particular coloración blancuzca lo convierten en una presa muy fácil para sus depredadores. A eso hay que sumarle que en este caso particular la ocelote está completamente ciega, lo que hace más difícil aún su supervivencia.
“Hace un año era una cachorra muy débil, muy frágil y las esperanzas de vida eran muy pocas, pero, hoy esta ocelote hembra es capaz de ubicar a las presas que dejan en su hábitat artificial gracias a sus demás sentidos y exhibe un comportamiento totalmente normal para su especie», afirmó Ana Ligia Mora, directora de Corantioquia, el máximo organismo ambiental de Colombia.
Mucho más pequeños que los jaguares y que los pumas, el hábitat natural de los ocelotes se extiende desde el suroeste de Estados Unidos hasta la Argentina, en tanto que según un reciente estudio elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se estima que su población ronda apenas los 40.000 individuos en todo el mundo, como consecuencia de la ganadería extensiva, del acaparamiento de tierra y de los incendios forestales, entre otros motivos.