Mía, la hija de seis años de la mujer asesinada el lunes pasado junto con su hijo de tres en su casa de la localidad bonaerense de El Palomar, fue encontrada ayer sana y salva en la terminal de micros de la ciudad de Junín junto al principal sospechoso del doble crimen, quien quedó detenido.
La niña se reencontró en la tarde de ayer con sus familiares, quienes viajaron hasta dicha ciudad del noroeste bonaerense y horas después regresaron en un helicóptero policial a su domicilio, mientras que el acusado, identificado como Enrique Alcaraz (25), fue llevado por tierra a Morón, donde hoy será indagado por los fiscales de la causa.
Raúl González, maletero de la empresa Pullman General Belgrano, dijo que minutos antes de las 10 de ayer él se encontraba en la terminal de micros de Junín con un compañero de trabajo, con quien justamente hablaba sobre el doble crimen de El Palomar. “En ese momento, apareció un hombre con una nena en brazos. Llamaba la atención porque era raro ver a una nena de seis años en brazos de un adulto, era demasiado grande, a cualquiera le hubiera llamado la atención”, dijo el maletero, quien precisó que la niña tenía parte del rostro cubierto con una capucha pero en un momento se la corrió y le dijo: “Hola”.
“Ahí le vi la cara y me di cuenta que era la nena, porque la acababa de ver en la foto del diario”, explicó González y agregó que ante esa situación decidieron con su compañero avisarle a su supervisora, Mirta Guevara, quien les indicó que alertaran a la Policía. Por su parte, Guevara contó que, tras recibir la denuncia, los efectivos montaron un operativo y en la esquina de Falucho y Rivadavia detuvieron a Alcaraz y rescataron a Mía.
Las fuentes policiales precisaron que este empleado de carnicería era buscado intensamente como principal sospechoso del doble crimen de Sabrina Martín (24) y su hijo Ian (3), y que al momento de su captura dijo a los efectivos que se dirigía a una dirección inexistente en Junín, negó llamarse Alcaraz y dijo que la niña era su hija. Un jefe policial confirmó que en poder del sospechoso se secuestró un cuchillo que será peritado para determinar si es la misma arma blanca empleada en los homicidios y que no fue hallada en la escena del crimen.
Tras ser detenido, Alcaraz fue llevado a la sede de la Coordinadora Departamental de Investigaciones (CDI) de Junín donde fue revisado por los médicos. Alrededor de las 17 salió de la sede policial esposado, con la cabeza cubierta con la capucha de su buzo verde y custodiado por policías que los subieron a un auto particular para llevarlo a Morón.
En tanto, los fiscales a cargo de la causa, Claudio Oviedo y María Cecilia Corfield, viajaron al mediodía a Junín con familiares de Mía en dos helicópteros de la Policía Federal puestos a disposición por el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
“Se encuentra muy bien”, dijo ayer a la prensa el fiscal Oviedo respecto del estado de Mía, al tiempo que señaló que el acusado Alcaraz estaba desde “ayer a la noche” con la niña en Junín, a donde había arribado en tren, y que “pretendía seguir en colectivo a Santiago del Estero”. Según las fuentes, el imputado tomó un tren de Ferrobaires en la ciudad de Mercedes, que partió a las 20.29 de anteayer con destino a Junín.
Los voceros consultados señalaron que Alcaraz tiene antecedentes penales desde que era menor de edad, registra varias fugas de hogares, entre ellos, de la Fundación Felices Los Niños, su madre lo había denunciado por abuso de un hermanastro y es fanático del animé japonés. En tanto, su padre contó a los pesquisas que su hijo pasó el lunes al mediodía –cuando ya se había cometido el doble crimen– por su casa de Arenales al 2500 del barrio El Palomo de la localidad de Libertad, partido de Merlo, para pedirle prestados 300 pesos. De hecho, anteanoche la Policía había realizado allanamientos en esa zona pero no pudo localizarlo.
Según uno de los investigadores, Alcaraz conoció a Martín en un cíber de El Palomar donde ella trabajaba, se hicieron “amigos” y “ella a veces lo dejaba dormir en su casa y solía pedirle que se quedara al cuidado de sus hijos, por lo que de esa manera creó un vínculo muy especial y cercano con la nena”.
Los pesquisas incluso pudieron determinar que, cuando pasaba la noche en la casa del doble crimen, en Murillo 484 de El Palomar, Alcaraz dormía con Mía, en la cama de la niña.
Aparte de salir a cartonear con un carro, Alcaraz había logrado conseguir un empleo en la carnicería La Central, ubicada en José Bianco al 1900 y la rotonda de la plaza de El Palomar, donde el dueño contó que él “adoraba” a la nena y que solía llevarla al trabajo.
Por su parte, Noelia, hermana de Martín, dijo que el hallazgo de Mía “es una alegría, en medio de tanto dolor”, al tiempo que negó que el acusado haya mantenido algún tipo de relación sentimental con la joven asesinada.