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¿Hasta dónde llega el deseo de ser mamá?

En el Día de la Madre, El Ciudadano charló con el especialista en fertilidad Julio Colabianchi. Explicó que la mujer a los 36 años comienza a bajar su capacidad reproductiva y los motivos por los que hoy se posterga la búsqueda de un hijo.

¿Cuál es el límite para ser madre? ¿Hasta dónde llega el deseo? Para muchos ser padres se convierte en un camino inalcanzable: embarazos que nunca llegan, que se detienen y no prosperan. No todos consiguen lograrlo de forma natural. Algunas parejas cuentan los días y las horas para poder obtener el gran título de ser padres, otros ya cansados de recorrer centros de fertilización y especialistas, dan por perdida la batalla. Y otros, devastados ante el dolor y la angustia que le calan los huesos, siguen proyectando la llegada de un hijo. Para las mujeres el tiempo es tirano: a partir de los 36 años comienza a bajar su capacidad reproductiva. Pierden la reserva de óvulos y no puede aumentarse de manera artificial.

Cada mujer nace con un millón de folículos ováricos. A los 30 años disminuyen a 300 mil y a los 40 sólo quedan 50 mil. Los 36 años son claves porque comienzan a decaer los niveles de fertilidad y, por lo tanto, sube la tasa de abortos. Es decir, a medida que pasan los años, aumentan las probabilidades de pérdidas.

Julio Colabianchi, especialista en fertilización asistida, explicó a El Ciudadano que una pareja que decide comenzar un tratamiento sufre desajustes tanto en el hombre como en la mujer.

“Está el tratamiento de infertilidad rutinario y el de fertilización asistida, que se divide en alta y baja complejidad. La primera es la inseminación intrauterina que consiste en colocar los espermatozoides dentro del útero y la segunda es el ICSI (Intra Cytoplasmic Sperm Injection), es decir, una técnica que permite fecundar el óvulo mediante la microinyección de un solo espermatozoide”, detalló Colabianchi.

El especialista dijo que la edad condiciona la maternidad. En los hombres los cambios comienzan a los 65 años. “Desde el punto de vista médico, la capacidad reproductiva de la mujer comienza a declinar a partir de los 36. No debe perder el tiempo para ser madre. A los 43 años, inexorablemente, la mujer debe recurrir a la ovodonación. Hay casos excepcionales, por supuesto”.

La ovodonación es una técnica de reproducción asistida que se asimila a la fecundación in vitro, sólo que en vez de utilizar los ovocitos de la paciente, se usan ovocitos de una donante anónima. Es decir, la donante cede sus óvulos para que éstos puedan ser fecundados con el semen de la pareja de la mujer que los recibe, o de otro donante.

Colabianchi especificó que de 100 parejas, 18 no se pueden embarazar espontáneamente. Las mujeres que tienen abortos recurrentes deben realizarse los estudios correspondientes: de las glándulas tiroides (si tiene enfermedad celíaca), de trombofilia, reserva ovárica, cariotipos (el patrón cromosómico de una especie expresado a través de un código) y la cavidad uterina, entre otros.

El especialista especificó que actualmente las mujeres postergan la maternidad. “Uno de los factores es que no hay madurez a cierta edad. Otro de los puntos es el factor económico. Por ejemplo, no conseguir un medio habitacional. Hay muchos que todavía están bajo el ala de los padres y viven con ellos”.

Y agregó: “En otro gran porcentaje se privilegia el trabajo, poder irse de vacaciones solos o con sus parejas, adquirir bienes de consumo, que aparentemente es más gratificante, en vez de tener la responsabilidad de criar un hijo”.

Colabianchi contó que también hay un crecimiento de parejas homosexuales y de mujeres solas que deciden tener hijos.

“Las más comunes son las parejas de mujeres. Por ejemplo, si una mujer tiene buena reserva ovárica y es joven, recurre a un banco de semen. Caso contrario, tiene que ir a la técnica de ovodonación y espermodonación, es decir, embriodonación”, explicó.

El especialista aseguró que hay muchas mujeres que deciden congelar sus óvulos. Lo ideal sería que lo hagan cuanto antes ya que a partir de los 36 años disminuye la reserva ovárica.

No corre la misma suerte para las parejas de hombres. “Se necesita el semen de alguno de los dos y una mujer recipiente que disponga del útero con un ovocito donado. En Argentina el vientre subrogado está prohibido. Se podría hacer pero con un juicio previo que lo establezca. El Código Civil dice que la madre es la que lo parió. El problema en Argentina es conseguir la persona que subrogue el vientre”, explicó.

Colabianchi atiende diariamente muchas historias de vida y aseguró que el instinto materno es el más puro porque es el que preserva nuestra especie. “Eso nos enseña que todavía tenemos algo bueno”, concluyó.

Aunque para algunas parejas perder un embarazo se transforme en algo común, muchas siguen apostando a la mejor de las noticias: un “beta positivo”.

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