Juan Pablo Sarkissian
Cada 24 de marzo, el fatídico aniversario de la dictadura cívico-militar-eclesiástica más brutal de Argentina y América Latina, se recuperan historias. Historias de dolor y de tragedia, que no hacen más que recordar el feroz accionar del terrorismo de Estado.
Con el batallar incansable de Madres y Abuelas, la recuperación de la democracia y el ya mítico Nunca Más; no solo se construyó (y se construye) memoria, sino también se cimenta la esperanza.
Y como fue tan brutal aquella dictadura, en los 24 de marzo entran todos y cada uno de las demandas por una sociedad más justa. Se marcha por lo que pasó y para que el Nunca Más se haga carne en toda la ciudadanía; o mejor, el pueblo asumiéndola como una bandera propia. Pero también se marchó por derechos negados a las mujeres, por el fin del patriarcado, por los excluidos, los precarizados. Marcharon los trabajadores registrados por sus salarios, y también se marchó contra el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero si de esperanza hablamos marcharon, por primera vez, las pibas y los pibes de la Escuela de Educación Secundaria Orientada (EESO) N° 514 de Rosario “Madres de Plaza 25 de Mayo”.
El día especial donde se marchó
“Desde el Centro de Estudiantes nos preparamos para ir a la marcha del 24 con muchas ganas y alegría. Con las profes y las chicas y chicos de 4to. y 5to. año preparamos carteles y pañuelos. Es muy lindo el entusiasmo que le ponen todas y todos para ir a la marcha. A mí, en particular, me pone muy contenta que la escuela toda se interese por esta marcha”, dijo Aylin Roets de 4to. B, referente del centro de las y los estudiantes, poco antes de la movilización
“Este 24 de marzo es muy especial porque marchamos, porque somos parte de esta historia. Nuestra escuela se encuentra en pleno corazón de barrio Triángulo, en el oeste de la ciudad. Marzo es el mes de la Memoria, cada docente desde su cátedra va trabajando sus contenidos durante este mes basados en la pedagogía de la memoria. Desde hace semanas preparamos pancartas, pañuelos y la bandera que encabezará nuestra columna y que reza «Hasta que todo sea como lo soñamos», para nosotras es una emoción enorme”, señaló Velquis Ramírez, docente y delegada de Amsafe previo a la marcha.
Y agrega: “El centro de estudiantes que se volvió a constituir el año pasado tiene un espíritu de lucha que impacta, tanto es así que su bandera dice “PRESENTES en cada unx de nosotrxs”, haciendo referencia a aquellxs estudiantes que fueron torturados y asesinados por la última dictadura cívico-eclesiástico-militaren nuestro país”.
Un presente con historia
Y claro, este presente tiene una historia. Corría el año 2008 y, tras varias vistas de las Madres para trabajar con las pibas y los pibes la problemática de los derechos humanos, se fue instalando la necesidad darle un nombre a la escuela, que hasta ese momento era sólo un número: 514.
Es que en ese edificio funciona una escuela primaria, que cuando se instauró la EGB pasó a tener 8º y 9º años. Con el paso del tiempo se separó la secundaria de la primaria, la Nº 518 se llama Fray Mamerto Esquiú y la secundaria quedó sin nombre.
La presencia de las Madres en la escuela no era ni casual ni azarosa; el gremio docente pagó con vidas de maestras y maestros la disputa por una sociedad más justa. Las Madres de la Plaza 25 de Mayo, con humildad pero tenazmente, curaban las heridas del desamparo en plena dictadura.
Así, poco a poco se fue instalando que el nombre de la escuela podía tener relación con los derechos humanos. Y el de Madres de Plaza 25 de Mayo aparecía como más que factible. Sin embargo, meses después, un grupo de docentes propone el de Rodolfo Walsh.
Sin conflictos, porque ambas propuestas remitían a una misma raíz conceptual, comenzó el debate y la participación de la comunidad educativa en pleno.
En efecto, la elección del nombre de la escuela se debió al trabajo realizado por alumnos y docentes en la materia Espacio de Definición Institucional (EDI) que giraba en torno a los derechos humanos.
El desarrollo de dicha materia incluyó charlas con las Madres de Plaza de Mayo en pos del reconocimiento de su lucha, la preservación de la memoria, el reclamo de justicia, y el rol protagónico en la historia de la ciudad.
En paralelo, se presentaron trabajos en relación a la vida, obra y militancia de Rodolfo Walsh.
Con los dos proyectos plasmados y tras varios debates, las dos miradas se sometieron a una votación donde se impuso el “Madres de Plaza 25 de Mayo”.
Trabajo constante sobre los derechos humanos
Así, toda la escuela 514 se puso a trabajar. Hubo campañas de difusión, charlas, reuniones, debates; cada uno con su propuesta. “El proceso fue abierto a la comunidad educativa y se fusionó todo porque para los chicos fue la oportunidad de vivir en carne propia cómo se lleva adelante un acto eleccionario», recuerdan las y los docentes que participaron de la votación.
Con todo, recién en 2013 el Ministerio de Educación provincial homologó el nombre que ostenta la escuela de barrio Triangulo, donde se destaca la lucha de las Madres de Plaza 25 de Mayo por ser “un ejemplo de resistencia y de valor, y su conducta ética y respeto por las leyes, lo es de civismo y dignidad”.
En esa misma resolución se destaca la participación de la escuela por “el trabajo constante sobre derechos humanos, tendiente no sólo a conocer el pasado, sino a reconocer en el presente los derechos y obligaciones que corresponden a cada ciudadano”.
Sostener el derecho a la educación pública
En actualidad, Gabriel Auel, director, y Adrián Méndez, vicedirector, mantienen vivo el legado de esta historia reciente.mY sostienen el derecho a la educación pública de las maestras, maestros, alumnas y alumnos. Con problemáticas más mundanas pero no menos importantes.
La escuela de las Madres fue y es el epicentro del reclamo de la comunidad educativa por la construcción de aulas y la creación de cargos necesarios.
En efecto, la construcción de al menos dos aulas y cargos que acompañen el aumento de matrícula de la escuela, son los principales reclamos que muestran la urgencia de esta comunidad, ya que la falta de inversión para solucionar estas demandas hace que la situación sea más grave cada año. También para esto se marchó el 24.
En aquel hoy lejano 2013 se realizó un acto donde se imponía el nombre “Madres de Plaza 25 de Mayo” a la Escuela de Educación Secundaria Orientada N° 514.
La ceremonia se desarrolló –ante más de 400 personas– en un clima emotivo y de reconocimiento dada la presencia de las madres de Plaza 25 de Mayo Elvira Finsterweld, María Adela (Lila) Panelo de Forastello, Elsa (Chiche) Pozzi de Massa, Norma Birri de Vermeulen, Matilde (Chocha) Espinosa de Toniolli y Noemí Johnston de Vicenzo.
Ninguna de ellas pudo acompañar físicamente la marcha, pero queda el legado, el nombre y sobre todo las pibas y los pibes del Centro de Estudiantes que marcharon “Hasta que todo sea como lo soñamos”.