La Argentina no es el único país de América latina donde es un problema la inflación, aunque junto con Venezuela sea el más perjudicado. En la región se registra un alza general de precios del 0,4 por ciento en promedio por mes, según la última medición del JP Morgan de octubre. Y si la escalada de valores que experimentan los commodities agrícolas se traslada al valor de los alimentos que se consumen domésticamente (como ya sucede en algunos países de la región), los riesgos de que la situación empeore son mayores.
En un informe recientemente elaborado por el JP Morgan, se muestra que las cinco economías de la región reflejan la tendencia. En el grupo conformado por México, Brasil, Chile, Perú y Colombia se aceleró la inflación al 4,3 por ciento en octubre, aún cerca del rango del 3,8 por ciento o al 3,9 por ciento que mantiene desde mayo, pero acompañada por algunos factores que permiten pensar que seguirá el alza. “Las dinámicas inflacionarias son diferentes a través de la región, lo que hace difícil hablar de un proceso latinoamericano. Mientras la aceleración en los promedios regionales fue claramente conducida por las subas registradas en Brasil y México, los factores que contribuyeron en otros países para contener un alza del –conjunto- como el impacto deflacionario sobre los bienes que produjo en Chile la apreciación en el tipo de cambio o el sorprendente descenso en los precios de los alimentos en Colombia y Perú– no pueden hacer confiar en tener la inflación controlada”, explica el JP Morgan.
Más allá de que algunos países están encarando esfuerzos para prevenir la apreciación de sus tipos de cambio y para evitar que su capacidad de producción llegue al límite (en Brasil ya está pasando, lo hará en Perú llegando fin de año y Chile, Colombia y México lo harían el año próximo), hay otros factores de riesgo más importantes vinculados al traspaso de los aumentos de precios de los commodities hacia los de los alimentos. Esto ya es algo evidente en Brasil y que se estima podría pasar también en otros países en los próximos meses. Esta dinámica además podría exacerbarse por el impacto del plan implementado por la Fed (el QE2, una recompra amplia de bonos del Tesoro) sobre los precios de los commodities, particularmente si los del petróleo arrastran en esta escalada a otras materias primas más volátiles.
Éstos son los principales datos que muestra el informe del JP Morgan que asegura que “mientras los pronósticos de inflación para 2011 todavía sugieren que los bancos centrales de América latina cumplirán con sus objetivos inflacionarios del próximo año, creemos que hay un riesgo potencial de que se registren mayores incrementos”:
Los valores de las materias primas agrícolas en moneda local están muy por encima de los registrados en 2008, por lo que el riesgo de inflación en los próximos meses aumenta. Pero los aún tímidos precios de la energía limitan preocupaciones más extendidas.
En Brasil, los valores de los alimentos en alza y una reaceleración en la inflación relacionada con los servicios llevó al IPCA (índice oficial) en octubre bien arriba de la media de la meta, lo que provocó que revisáramos el pronóstico de inflación para todo 2010 al 5,6 por ciento, de los 5,4 por ciento originales.
En México, la inflación se aceleró en octubre basada en mayores precios en alimentos de los esperados. Todavía proyectamos que la inflación se acelere más avanzado el cuarto trimestre del año.
En Chile todavía la inflación continúa siendo baja ya que en octubre alcanza un modesto 2 por ciento, muy cerca del piso de la meta del Banco Central de ese país.
El índice de precios en Colombia mostró otro mes de deflación en octubre, principalmente por menores precios en bienes y servicios, lo que llevó a bajar al 2,5 por ciento la estimación de inflación para todo el año desde el 2,7 por ciento.