Fernando “Chino” Rosúa dijo que trata de “no pensar tanto” en el agobiante calor del verano rosarino “para que no se haga más pesado el día a día”. El precandidato a intendente por el Movimiento Evita no se tomó vacaciones y priorizó la campaña electoral camino a las primarias abiertas de abril. En una entrevista con El Ciudadano, el dirigente del kirchnerismo local repasó los ejes de la agenda proselitista con la que busca convencer a los vecinos de que su propuesta es la mejor opción para conducir los destinos del municipio. Remarcó que las demandas sociales que escucha son variadas pero que el tema más preocupante es la problemática de la inseguridad y la violencia que sacude a la ciudad, al tiempo que responsabilizó y criticó duro a las gestiones socialistas de la Intendencia y la provincia. “Hay decisión de ser gobierno y de cambiar esta realidad”, sostuvo el postulante al Palacio de los Leones, cuya lista lleva como primer precandidato a concejal al diputado provincial Eduardo Toniolli.
—La consigna de campaña del Movimiento Evita es “hay decisión”. La pregunta sería hay decisión ¿de qué?, o ¿para qué?
—Hay decisión de cambiar la realidad que vive Rosario. Es una realidad compleja, con un clima social de miedo, desesperanza, de falta de rumbo. Esto se cambia con decisión política. El problema más grave es que hay una gestión municipal y otra provincial que se han alejado de los reclamos sociales. Hay decisión de ser gobierno y de cambiar esta realidad.
—La problemática de la inseguridad y la violencia narco aparecen de antemano como temas centrales de la campaña…
—Sí, la inseguridad atraviesa a todos los sectores sociales, a todos los barrios. Partimos de un error de diagnóstico de parte del gobierno provincial y por lo tanto una política equivocada. La provincia ensayó una reforma policial que no resolvió la cuestión de fondo. Creó la Policía Judicial, la Policía Comunitaria, la Policía de Acción Táctica. Estas nuevas áreas no tienen la gestión cotidiana de la seguridad, que sigue en manos de la comisaría y el Comando Radioeléctrico. La convivencia de dos estructuras y tradiciones distintas de gestión policial hace que el vecino tenga los mismos problemas, agravados por el desmanejo de la fuerza por parte del gobierno provincial que generó niveles de anarquía, indisciplina y autonomía nunca vistos en la historia de Santa Fe. Este combo impacta en un aumento de delitos y los niveles de violencia.
—¿Qué mirada tiene sobre el rol que cumplió Gendarmería?
—La Gendarmería trajo alivio. A la Gendarmería se le tiene respeto, cosa que no sucede con la Policía. Además, Gendarmería controlaba a la Policía. La presencia de Gendarmería ayuda pero no es una política de seguridad de fondo. Para eso se necesita otro tipo de Policía. La clave pasa por una reforma profunda de la institución policial.
—¿Qué propuestas tiene para encarar esa reforma? ¿Piensa que desde el municipio se puede hacer algo?
—Planteamos crear una Policía de prevención que dependa del intendente. Y hacer una reforma de la Policía de Investigaciones (o Policía Judicial) con fiscales por distrito; treinta fiscales repartidos en el territorio con una Policía Judicial dependiente de los fiscales. Con este esquema sumado a la Policía de prevención con cien comisarías en cien barrios y conducida por el intendente se podría revertir la actual situación. Y el intendente de Rosario tiene que tener un rol principal, porque hoy la conducción de la Policía está en Santa Fe y necesitamos una conducción de cercanía. Sumado a eso, la Policía tiene que tener buenos sueldos y no más de cinco jerarquías; estamos a favor de la agremiación policial, con ocho horas de trabajo y capacitaciones permanentes. La ciudad debe ser gobernada a partir de la gestión del territorio. En cada barrio se sabe quiénes son los que están en el delito, quiénes venden droga, quiénes son los pibes que están en problemas. A esto hay que sumarle políticas de obras y servicios, políticas sociales y de empleo. Sería un modelo de gestión diferente al actual.
—¿Cómo caracterizaría el actual modelo de gestión municipal?
—Es un modelo centralizado, de laboratorio, donde se piensa en un gabinete qué hay que hacer y se largan las ideas. La mejor agenda de gobierno es escuchar a los vecinos, que saben lo que necesita el barrio, pero este gobierno es autista. Está bien que se haga un acuario, pero… ¿Cuánta gente habrá pedido que se invierta en un acuario? La remodelación de la plaza San Martín demanda una inversión de 17 millones de pesos. A la Municipalidad le parece que eso junta votos, pero no escucha la demanda social, que pasa por otro lado.
—¿Qué otras inquietudes cosecha de los vecinos?
—A Rosario le falta obra pública en los barrios. Se nota el abandono y la falta de inversión en infraestructura urbana. Otro tema que emerge es la crítica al mal servicio de transporte. Estamos ante una oportunidad, porque en agosto próximo vencen los contratos de licitaciones. Vemos que el modelo de concesión a privados está agotado. El transporte no es rentable, hoy más del 40 por ciento del boleto está subsidiado. El Estado tiene que tomar el control total de la gestión y desarrollar un servicio de calidad, con condiciones de accesibilidad, financiado con un presupuesto mixto: fondos nacionales, provinciales, municipales y el aporte del boleto. No se puede buscar rentabilidad empresarial en el transporte público. Entonces los empresarios presionan para el aumento del boleto porque no cierran los números. Y si no consiguen aumentar el boleto, el ajuste viene en la calidad del servicio, en la frecuencia, en la antigüedad de los colectivos, sin rampas para discapacitados y sin aire acondicionado.
La lista y el escenario provincial
Rumbo a las Paso, Fernando Rosúa, precandidato a intendente por el Movimiento Evita, dijo que espera conformar una lista “con distintos sectores del Frente para la Victoria y partidos aliados”. Hasta el momento, Rosúa competirá en la interna kirchnerista de la categoría intendente con el actual concejal Roberto Sukerman. “El que gane va a recibir el acompañamiento del resto, no tengo dudas. Las Paso son muy buenas para definir candidaturas si no se puede llegar a un acuerdo previo”, sostuvo el Chino.
—Hace un tiempo hubo una reunión entre usted, Eduardo Toniolli y Alejandro Ramos (secretario de Transporte nacional y precandidato a gobernador). El otro día Jorge Taiana (precandidato presidencial del Evita) se sacó una foto con Florencio Randazzo (ministro de Transporte de la Nación y también precandidato a la Rosada). ¿Hay que hacer una lectura política-electoral de esos encuentros o forman parte de las conversaciones lógicas entre dirigentes de un mismo espacio político, en este caso el kirchnerismo?
—A Ramos fuimos a consultarlo por el tema del tren, porque estamos convencidos de que en los próximos años en Rosario habrá un tren metropolitano y queríamos conocer los proyectos en este sentido del gobierno nacional. Y por supuesto hablamos de política. Venimos hablando con todos los sectores. En el Frente para la Victoria hay un piso ideológico común, que más allá de los matices permite tener un nivel de acuerdo en las grandes líneas. Lo de Taiana con Randazzo va en el mismo sentido.
—¿Cómo imagina al PJ en el escenario electoral de la provincia?
—Es un buen escenario. Hay un desgaste del Frente Progresista y el malestar social hacia la gestión Bonfatti es alto, fundamentalmente por el problema de la inseguridad y la falta de resolución de problemas cotidianos. El PRO aparece como opción poco sólida porque en situaciones de gravedad como la actual entregarle el gobierno a Miguel Del Sel es un voto castigo, pero castigo para uno mismo. Me parece que está el lugar exacto para que lo ocupe el peronismo, con una propuesta seria, con experiencia de gestión, con hombres y mujeres con trayectoria que conocen la cosa pública y que cuando estuvieron (en el gobierno) lo hicieron muy bien.