Por Gastón Rodríguez, Tiempo Argentino
El 19 de junio, más de 50 días después de la desaparición de Facundo Astudillo Castro, la Policía Bonaerense realizó el primer rastrillaje en Mayor Buratovich, donde agentes de la misma fuerza lo habían demorado e impuesto una infracción por violar el aislamiento obligatorio. Desde esa jornada, Cristina Castro sabe que su hijo nunca llegó a Bahía Blanca. “Estando ahí sentí que Facundo no había salido de Mayor Buratovich, que algo malo le hicieron en ese lugar, me lo dice mi corazón de madre”, le había dicho a Tiempo antes de que el caso adquiera relevancia nacional.
“Hasta ahora hay nueve policías que están realmente comprometidos con sus propios testimonios o por terceros que han declarado en su contra”, confirmó este lunes el abogado Luciano Peretto, quien, junto a Leandro Aparicio, representa a Cristina Castro como particular damnificada.
Por su parte, Aparicio insistió que “las tres declaraciones testimoniales que se tomaron no han hecho más que confirmar que Facundo Astudillo Castro fue desaparecido por la Policía de la provincia de Buenos Aires, y que después de la desaparición se activó un protocolo para lograr el encubrimiento”.
Aparicio detalló que “ese plan de encubrimiento tiene distintas etapas; la primera es el día de la desaparición; la segunda es al momento en que se empiezan a recibir las primeras denuncias en la comisaría de Pedro Luro; y la tercera, con posterioridad al rastrillaje que se debió haber realizado en Mayor Buratovich y que no se pudo realizar por motivos que ya se conocen”.
Con respecto al último punto, el abogado se refiere a lo que él considera una maniobra “típica” de encubrimiento. “Durante el rastrillaje en Mayor Buratovich, casualmente cayó una policía (en referencia a la agente Siomara Flores) y dijo que ella había llevado a Facundo hasta Teniente Origone; entonces todo el operativo se mudó para allá. Lo típico es que aparezca un testigo y diga que vio a la víctima en otro lado para desviar la investigación”.
La propia madre de Facundo ya había instalado sus dudas sobre la versión policial: “Ese día se me acercaron dos efectivos. La oficial Flores que me dijo que le había hecho el acta a mi hijo y que después lo llevó a Teniente Origone, y otro policía que me dijo que él también lo había visto, pero que lo dejó irse caminando. Después me enteré que había declarado que lo vio subirse a una camioneta Duster Oroch color plata. Por si faltaba algo para sospechar, este mismo policía se acordaba de memoria, un mes después, la dirección exacta que le había dado mi hijo cuando le preguntó dónde iba. Me estaban tomando el pelo”.
Fake news
Durante el fin de semana y a través de su cuenta de Twitter, Cristina se quejó de que “vengo sufriendo noticias falsas del expediente que supuestamente está reservado” y denunció que tanto la Policía Federal como el fiscal Ulpiano Martínez “investigan hipótesis contrarias a la que sostiene la querella e informan a ciertos medios que se enteran de todas las pericias antes que la madre”.
En ese sentido, Aparicio detalló que que “se filtran datos desde la Fiscalía Federal que son aprovechados por los medios con la finalidad de desviar la investigación y de sostener pruebas inconducentes que buscan la impunidad de la policía”.
“En este contexto –agregó– debemos mantener la reserva y, si bien somos prudentes, necesitamos también que quedé muy claro que hoy tenemos a nueve policías individualizados en la desaparición de Facundo y en el posterior encubrimiento”.
Facundo, de 22 años, salió de su casa en Pedro Luro el 30 de abril. Varios testigos lo vieron subir a una camioneta de la Policía Bonaerense en Mayor Buratovich. Desde entonces su paradero es un misterio.