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Hay pesimismo en que Nación pueda torcer el rumbo económico

En la previa de los anuncios de este lunes, especialistas dudan que Macri logre salir pronto del atolladero y cambie su estrategia. “Cada vez que la gente ve a Peña o Dujovne sale a comprar dólares”, dice Salvador Di Stefano. Sus colegas Esteban Guida y Hernán Letcher son aún más fatalistas

 

Mientras el gobierno nacional prepara una batería medidas, que anunciará este lunes, y el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne viaja a Washington para renegociar el acuerdo con el FMI, economistas de distintas vertientes no creen que las “buenas nuevas» vayan a cambiar el sombrío panorama para la mayoría de los argentinos.

“El rumbo económico no lo va a cambiar el gobierno porque todo está atado al FMI. Argentina necesita financiarse y la única opción del gobierno es el FMI”, indicó el economista Esteban Guida de la Fundación Pueblos del Sur a El Ciudadano.

Con respecto a un factible movimiento en el Ministerio de Hacienda, Guida sostuvo que “un cambio no modificará nada. Es tarde, el daño ya está hecho. Acá se requiere un sustancial giro de la política económica y el gobierno no está dispuesto a hacerlo”.

“Prácticamente no se le contabiliza un acierto en materia económica al gobierno. Devaluaron salvajemente, abrieron las importaciones indiscriminadamente, y encima dejaron el dólar a tiro de cualquiera. No hubo protección al trabajo ni a la producción. El colapso económico está entre nosotros. La situación de los números es parecida a la del 2001. No así la política, que es la que debe definir el rumbo”, sentenció el economista.

El pantallazo final de Guida está muy lejos de ser optimista: “Con la actual economía vamos en camino hacia un país cada vez más pobre, con mayor indigencia y con una disminución muy pronunciada del nivel de vida de la mayor parte de los argentinos. Y como siempre ha ocurrido la concentración económica será cada vez más manifiesta”.

 

“Problema estructural”

El economista Hernán Letcher del Centro de Economía Política Argentina (Cepa), no avizora cambios a la actual política del gobierno. “El problema es estructural, y el andamiaje económico se sostiene sólo con más deuda”, explicó.

Con relación al posible cambio de nombres en la estructura de quienes manejan la economía, Letcher consideró que “es sólo un cambio de figuritas. El plan seguirá por los mismos carriles”.

Letcher definió que “vamos camino al 2001. Si bien las reservas son mayores, sólo falta una pequeña corrida bancaria que no sería resistida. El escenario es muy malo”.

El economista fue más allá: “Cuando gobernaba el kirchnerismo desde Cambiemos no se cansaban de criticar los precios cuidados, las retenciones, entre tantas otras cosas. Resulta que todo lo que se cansaban de demostrar que no servía, ahora están aplicando medidas similares para intentar de resolver la crisis”.

Para ejemplificar lo que se viene, Letcher comentó que en las próximas audiencias públicas para establecer las nuevas tarifas de gas la empresa Metrogás (ciudad de Buenos Aires) solicitará un incremento del 100%; en tanto que Fenosa, que provee del fluido a la provincia de Buenos Aires, pedirá una suba del 200%.

 

Chau “confianza”

“Se rompió la confianza desde el 28 de diciembre cuando el jefe de Gabinete Marcos Peña se entrometió en la economía”, inició el economista Salvador Di Stefano el diálogo con El Ciudadano.

“A partir de aquí comenzó una imparable devaluación sin que el gobierno tuviera un plan que marcara el rumbo. Esta depreciación del peso se trasladó casi simultáneamente a las tarifas sin tener en cuenta el retraso de los salarios y las jubilaciones”, comentó el especialista.

Con respecto los posible cambios en el Ministerio de Economía, Di Stefano no quiso aventurarse hasta tanto no conocerlos. Pero de lo que sí está seguro es que “los que son parte del problema no son parte de la solución”, dando a entender que un recambio generaría, al menos, una bocanada de confianza para el mercado. Y remató: “Cada vez que la gente ve a Peña o Dujovne sale a comprar dólares. A pocas palabras buen entendedor”.

“Aquí se cambiaron las reglas de juego y eso se paga caro. Esto generó menos inversión y más desempleo”, advirtió Di  Stefano.

Contrariamente a lo que muchos suponen que con un dólar de casi 40 pesos los grandes beneficiarios fueron los productores agrícolas, el economista señaló que una eventual reposición de las retenciones al trigo, maíz y el posible incremento al de la soja no haría otra cosa que reducir la producción. “Los costos están dolarizados y no es lo mismo aquel que produce en la región núcleo que en Entre Ríos o Córdoba. Los rindes son muy diferentes y a iguales costos”, agregó.

A manera de anticipo, Di Stefano indicó que el gobierno cancelará desde este lunes el registro de operaciones de exportaciones de trigo, maíz y soja, lo que implica que es el paso previo a la aplicación de las retenciones.

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