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“Hay toda una cultura política de paz que hay que defender y reivindicar”

La nueva directora de Derechos Humanos y Memoria, Cecilia Vallina, habló sobre las continuidades y desafíos de la gestión que inicia en la Municipalidad y analizó algunas coordenadas de la época
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“El movimiento de derechos humanos en la Argentina construyó dinámicas de lucha y de participación que fueron modelo para otras”, es una de las definiciones de la actual directora de Derechos Humanos y Memoria de la Municipalidad de Rosario. Cecilia Vallina es licenciada en Comunicación Social por la UNR y su recorrido laboral intersecta comunicación, periodismo, derechos humanos y  cultura. Desde fines de septiembre es la directora del área que forma parte de la Secretaría de Género y Derechos Humanos. Hasta ese momento, había coordinado específicamente el área de Memoria.

Vallina resume el trabajo de la Secretaría de Género y Derechos Humanos, de la cual depende su dirección, como un área “de diseño de políticas públicas donde justamente se intersectan derechos humanos y memorias, género, diversidad, pueblos originarios y empoderamiento de víctimas”. 

Compartió con El Ciudadano uno de los aspectos que más le interesan de trabajar en una gestión de gobierno: “Que las cosas perduren. Hoy lo performativo es muy importante y valioso, pero me interesa que no sea sólo eso. Siempre me interesó que quedaran proyectos que pudieran perdurar más allá de la gestión. Ya sea una película, un ciclo documental o un mapa con contenidos, porque son producciones culturales comunicacionales que pueden ser usadas por otros que vienen después. Me parece que también es una forma de pensar la gestión más allá del impacto del momento, de la acción”.

Una de las acciones más importantes de la dirección es el Programa Señalética de Marcas de Memoria que consiste en un trabajo de visibilización de lugares a lo largo y ancho de toda la ciudad. Se colocan carteles “que conviven con la actual señalética urbana y aportan información sobre la historia de protagonistas, lugares e hitos de la memoria colectiva de Rosario”, indica la web donde se pueden ver todas estas marcas. Hay 20 señaléticas terminadas y cuatro en proceso.

“Es un programa que ha visibilizado las luchas por la memoria, la verdad y la justicia pero también fueron pensadas desde antes de la construcción de esta consigna. Pensadas en relación a lo que son las luchas políticas, sociales, culturales, por los derechos de los trabajadores y de los estudiantes y tantas conquistas que se han construido en esta ciudad a través del tiempo para que puedan ser leídas, para que tengan una legibilidad en el espacio público”, contó Vallina.

La mirada sobre los hechos históricos de la ciudad se conforma teniendo en cuenta que “hay aspectos de esa historia que se siguen construyendo en el presente”, por lo que “la dirección viene a recuperar y a darle continuidad a construcciones de colectivos y organizaciones de la sociedad civil en articulación con el Estado”. Justamente la selección de los lugares resulta de un trabajo de investigación y colaboración con organismos de derechos humanos, instituciones, organizaciones, especialistas y grupos de vecinas y vecinos. 

Identidades en construcción

En tiempos donde las identidades se constituyen como ejes nodales en las militancias pero también en los vínculos afectivos o laborales, la funcionaria propone: Difundir la herramienta digital permite la visión integral de la ciudad y entender que uno vive en la ciudad y no solamente que te toca lo de tu barrio sino que también te pertenece tu propia historia, cultura, territorio y las distintas historias de los distintos barrios. La idea es poder entrecruzar eso para no volver tan rígidas las identidades”.

Las luchas se van tramando y cuanto más podamos articular distintas identidades sin que eso tenga que ser excluyente vamos a sentirnos más libres para avanzar”, apuesta.

Además, considera particularmente importante pensar la identidad en una dimensión temporal “porque si hay algo que hoy sí es preocupante es el uso de las redes sociales muy en el presente. Hay una cultura de la presentificación, tenemos que pensar cómo darle temporalidad y darle dimensión hacia atrás y hacia adelante. Enlazar pasado y presente”. En definitiva, “trabajar un poco la identidad de un modo más amplio y más flexible” y “no cerrar la participación de las personas en distintas instancias de lucha”.

“El movimiento de derechos humanos en la Argentina construyó dinámicas de lucha y de participación que fueron modelo para otras: para los feminismos, las disidencias pero también antes del movimiento de derechos humanos hubo impresionantes luchas sindicales y de trabajadores en esta ciudad como el Rosariazo o la lucha de los trabajadores del Swift en la década del 30”, repasa.

Habla también de cómo se pueden enriquecer las diferentes lucha a través del tiempo y que es importante prestar atención a cómo es la transmisión de estas militancias, “no todas las luchas terminan en una construcción de derechos, a veces las luchas son  formas de organizarse, son formas de reivindicar identidades que se van ensamblando”

Y sobre esto último ejemplifica: “Yo soy mujer, soy trabajadora, soy feminista, pero también defiendo valores como la libertad que hoy parece que es un valor que es sólo de la derecha. ¿Cómo nosotros no vamos a estar reivindicando la libertad si hemos luchado siempre por la libertad? En contra de las dictaduras no sólo de la última sino de la dictadura del 66, del 55 y del 30. Anarquistas, socialistas, radicales, peronistas, troskistas y también aquellos que en su momento no podían expresarse como el movimiento como el Frente de Liberación Homosexual que fue súper reprimidos por los mismos compañeros porque no podían pensarse esas dimensiones”.

Trabajo transversal del Estado

La Dirección se ocupa también de trabajar en conjunto con los distintos niveles del Estado para reunir en un mismo lugar información sobre acceso a derechos que puede ser muy útil para los ciudadanos. 

“Hay una gran dispersión entre todos los Estados que dan muchos servicios pero a veces es muy difícil coordinarlos y entregar una herramienta. Ahí hay un trabajo por hacer, mejorar esa mediación con los distintos tipos de servicios que da el Estado para acceder a derechos, denunciar hechos y solicitar ayuda”.

Justamente hace poco presentaron una campaña de difusión Mi historia, Mi derecho, para personas que buscan conocer su origen biológico. Si bien es la provincia la que reúne la información, la Municipalidad de alguna manera sirve de puente, además de dar a conocer este derecho. “Es una tarea de visibilización y ordenamiento de todos estos servicios, estamos articulados entre los tres estamentos en distintos temas para justamente viabilizar”, planteó. En el trabajo de señaléticas, incluso, también trabajan en conjunto con el Concejo municipal.

Por otro lado, tienen un trabajo pendiente con Nación para llevar a cabo antes que termine la gestión: “Tenemos que señalizar el cementerio La Piedad, a partir del trabajo que hizo el Equipo de Antropología Forense. El cementerio es municipal y nos corresponde a nosotros hacer la señalización que corresponde y que tienen todos los sitios de memoria del país”, explicó en referencia a los restos de personas desaparecidas por la última dictadura hallados en ese cementerio. En Rosario, ya están señalizados lugares como el ex Servicio de Informaciones (Dorrego y Santa Fe).

El espacio debe preservarse, señalizarse y “tiene que tener también algún tipo de intervención memorial para que pueda ser recorrido justamente como espacio de memoria”.

Fenómeno 1985

En el último tiempo las discusiones públicas incluyeron diversos temas entre los cuales dos tuvieron especial relevancia. Uno tiene que ver con los discursos de odio, enunciado una y otra vez para explicar el contexto político social que vivimos. Y el otro es la especial atención que tuvo el estreno de la película “Argentina, 1985”, su audiencia masiva y las críticas y halagos que recibió.

Sobre estos temas también habla Vallina: “Sin duda que el fenómeno es muy interesante porque abre discusiones políticas, por ejemplo si no está demasiado expuesto el trabajo de la Conadep o si le falta una parte pero más allá de los debates que creo que son muy necesarios, rescato que cuando la gente aplaude en el cine está aplaudiendo básicamente que en este país se juzgaron a los responsables de un genocidio”.

“En este país se han hecho procesos de memoria, verdad y justicia en paz, sin violencia y eso es un gran ejemplo para tomar en este momento donde pareciera que esta sociedad puede pasar a tomar como si nada un discurso de odio. Yo digo: no, para nada, creo que todavía hay gran parte de esa ciudad que rechaza ese discurso. Puede que haya una atmósfera mediática que infle mucho esa idea de discursos de odio y eso no contribuye a retomar lo que ha costado tanto construir. No contribuye y creo que hay que combatirlo”

En este país, subrayó la directora, los procesos de memoria post genocidio fueron siempre pacíficos y de respeto a la ley. “Hay toda una cultura política que hay que defender y reivindicar. Una cultura de paz, de no violencia, que ha que ha trabajado siempre para que la Justicia investigue y juzgue a los culpables del terrorismo de Estado”.

Finalmente, Vallina se refiere a la violencia específica que se sufre en Rosario, en particular en los barrios de la ciudad, desde aquella vinculada a los crímenes de narcotráfico hasta aquella que tiene que ver con el no acceso a derechos y servicios fundamentales.  

“Hay desigualdades estructurales en la ciudad que es necesario atender. El derecho al agua también es un derecho fundamental y no está garantizado en todos los barrios. Pareciera que en algunos sectores nos olvidamos de que hay derechos básicos que no están. Hablamos del derecho de la educación sexual integral, que es urgente, pero también tenemos que hablar de algo tan básico como el derecho al agua. Como dirección también tenemos que acompañar esos reclamos”.

Y esto mismo enlazó con el plano de las luchas políticas: “Como ciudadana, como mujer política y desde una dirección de Derechos Humanos no tenemos que dar nunca por naturalizado que los derechos una vez conquistados se sostienen solos: se sostienen con políticas, con decisión”. “Los derechos no surgen de la nada, surgen por las luchas de la sociedad”, concluyó.

 

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