Heartstopper es una novela gráfica escrita en clave LGTBIQ+ por la joven inglesa Alice Oseman que empezó como un webcómic autopublicado en la red social Tumblr, se convirtió en un fenómeno literario que tiene su correlato en la serie que estrenó recientemente Netflix donde es una de las más vistas de la plataforma. La propuesta, que ya anunció una segunda temporada, aborda temas como la salud mental, las relaciones familiares o el abuso escolar, y donde el proceso conocido como “salir del closet” no es abordado como una situación traumática, anormal o solitaria.
La obra encuentra su origen en un webcómic que Oseman publicó continuando la trama de dos personajes secundarios de su primera novela, Solitaire: Charlie Spring, quien se siente pequeño e invisible y Nick Nelson, un chico que no tiene problemas con demostrar sus sentimientos. Publicados finalmente en papel a partir de 2018, los cuatro volúmenes que integran Heartstopper se centran en la historia de estos dos adolescentes que comienzan a experimentar sentimientos profundos entre ellos, aunque su relación se presenta como punto disparador para pensar otras temáticas como “la salud mental, las relaciones familiares, el abuso escolar y todo aquello que hace a un adolescente se plantea con respeto, cuidado y desde un lente optimista pero real”, detalló la editora del sello ficción juvenil VRYA -un desprendimiento de la editorial V&R-, Melisa Corbetto.
“Es todo esto en conjunto, sumado a la sensibilidad natural de la autora y su forma de ver al mundo, lo que hace que los adolescentes puedan identificarse pero también sentirse acompañados y esperanzados. Porque el principal mensaje que da Alice en todos sus libros es siempre ese: no estás solo y todo va a estar bien”, apuntó la editora.
Oseman nació en Kent, Reino Unido, en el año 1994 y pronto se convirtió en ilustradora y escritora. Heartstopper logró convocar a un público lector masivo que recomienda y comparte sus experiencias de lecturas en plataformas como Instagram y TikTok, donde el libro es uno de los más recomendados dentro del género. “La simpleza de Heartstopper tiene algo que cautiva. Es una historia que puede ser la de cualquier adolescente, en la que sexualidad y diversidad se introducen de forma natural, acorde a la edad, sin convertirlas en problemáticas hiper dramáticas ni mucho menos en un fetiche”, reflexionó la editora de la novela gráfica.
La editora de Heatstopper en Argentina conoció la novela mediante los fans. “Hace unos cinco años no era el fenómeno que es ahora, claro está, pero ya empezaba a hacer ruido. Había visto en Twitter y Tumblr algunas imágenes, algunas viñetas. Y me había llamado la atención”, recordó Corbetto. Sin embargo, la editora no accedió realmente al texto hasta un tiempo después en una Feria del Libro. “Estaba viendo el catálogo de un agente y en las páginas finales había un recuadro minúsculo en blanco y negro que ofrecía los derechos, ya que ahora la autora tenía un agente e iban a publicarla mediante editorial”, recapituló la editora y relató que, al instante, se acordó de los fans de Twitter. “Lo pedí para evaluar y fue amor a primera leída”, dijo.
Aunque Corbetto ya había editado libros en la temática de LGTBIQ+ -una de las características que distingue a V&R Editoras- señala que al trabajar con Heartstopper se encontró con un “panorama bastante diferente a lo que venía haciendo y con una historia muy cotidiana en la que se abraza la diversidad y las problemáticas típicas adolescentes desde un lente poco dramatizado, que invita a la integración y la esperanza”.
La particularidad de la novela gráfica es que su eje central es el amor en vez de la tragedia, a diferencia de la mayoría de las historias de amor entre personas del mismo género que aparecieron en el siglo XX y XXI, donde los contextos sociohistóricos eran más represivos con las ideas de la diversidad sexual y el amor sin importar el género. Heartstopper comienza con Charlie Spring, un estudiante de 15 años quien no esconde su orientación sexual a pesar de haber sufrido bullying por parte de sus compañeros y de haber tenido que superar el conflicto con ayuda de sus familiares, profesores y alumnos mayores. La novela alienta a que el proceso conocido como “salir del closet” no deba experimentarse como una situación traumática, anormal o solitaria. Por otro lado, presenta a Nick Nelson, un compañero popular y atlético quien se asume plenamente heterosexual hasta que conoce a Charlie y la atracción que le despierta hace que se formule nuevas preguntas frente a una identidad que consideraba acabada y resuelta. A medida que Nick y Charlie empiezan a conocerse y su química resulta evidente, el primero busca en donde busca todo aquel que necesita respuestas rápidas: Google.
“Se trata de una historia donde nada se siente forzado y en la que todo el tiempo necesitás seguir leyendo, porque te hace sentir bien”, dijo Corbetto.
Una de las frases que promociona el libro sea “el amor es sencillo. Enamorarse es complicado” y así, la pregunta que aflora es qué concepción del amor se puede encontrar en Heatstopper. ¿Cuál es el hilo que teje la trama de este nuevo fenómeno literario? “El amor no solo es romántico, no lo puede todo y eso está bien -analizó Corbetto-. Alice hace mucho hincapié en que el amor que nos vende Hollywood es una utopía tóxica a la que hemos estado expuestos durante toda nuestra vida, e intenta darle a los jóvenes una perspectiva más abierta, sana y realista”.
El éxito de la novela gráfica captó la atención de Netflix, que decidió crear una adaptación audiovisual con la participación de la autora Alice Oseman como guionista. La serie se estrenó recientemente en la Argentina y por su gran repercusión la plataforma ya aseguró el lanzamiento de dos temporadas más de esta historia que cerrará en febrero de 2023 con Joe Locke y Kit Connor como protagonistas. El ciclo respeta la clave LGBTIQ+ en la que está escrito el libro al hacer parte del elenco a una actriz trans, Yasmin Finney, quien hace el papel de Elle en la serie. Pero además, para ayudar en la promoción de la positividad LGBTQ+ en el elenco, la plataforma incorporó a la organización benéfica de derechos LGBT Stonewall para brindar asesoramiento al set en cuestiones de género y disidencias sexuales.
De esta manera, la adaptación recorre un proceso de identificación sexual de forma empática donde se normaliza, a lo largo de los episodios, el hecho de desear a una persona del mismo sexo y además, crea en la ficción un lugar seguro para poner de relieve sentimientos que en la realidad están plagados de prejuicios y discursos de odio. “La serie adapta los dos primeros tomos de la novela gráfica. Los primeros tres capítulos se centran en el primer tomo y logran trasladar el lenguaje, la narrativa, de una forma espectacular, a veces cuadro a cuadro”, precisó Corbetto y acota que el resto de los episodios se centran en el segundo tomo “con algunos extras y agregados, además de algunas modificaciones en la trama que fueron mayormente bien recibidas ya que, al ser escritas por la misma Oseman, capturan a la perfección (o casi) la esencia de la novela gráfica”.
“Los fanáticos se están haciendo una fiesta en redes compartiendo los paralelismos y las imágenes calcadas del original y la adaptación”, observó la editora.