The Witcher, la serie de fantasía épica basada en la muy popular saga literaria que sigue a un brujo cazamonstruos en un universo plagado de hechiceros, criaturas peligrosas y seres mitológicos, presenta en Netflix el segundo volumen de su tercera temporada, con el que acabará oficialmente el camino del británico Henry Cavill en el rol protagónico.
Que el actor también conocido por encarnar a Superman en las últimas adaptaciones cinematográficas dejaría el papel de Geralt de Rivia ya era sabido: lo comunicó a fines de 2022 en sus redes sociales, al tiempo que le daba la bienvenida a quien lo reemplazará desde la cuarta temporada, el australiano Liam Hemsworth.
Los fanáticos de la serie, muchos también seguidores de la densa saga de relatos cortos y novelas enhebrados por el escritor polaco Andrzej Sapkowski, o de la muy exitosa línea de videojuegos que adaptan y extienden esas mismas narrativas de los libros, preferirían que el día nunca llegue. Incluso llegaron a recolectar firmas para que la decisión se revirtiera.
Es que Cavill es -él mismo lo reconoció en muchas ocasiones- un fanático más. “Tan pronto como escuché que se iba a hacer la serie supe que era exactamente el tipo de programa del que quería ser parte. Era genuinamente un sueño hecho realidad”, dijo ante la prensa el actor nacido en la isla de Jersey en su paso por Buenos Aires, en 2019, a días de estrenar la primera temporada.
“Hice que mi agente llamara a Lauren (Schmidt Hissrich, la showrunner de la serie), cada semana, cada día, hasta que me ofrecieron audicionar”, graficó Cavill su fanatismo.
El porte de 1,85 metros de puro músculo del británico, completado por la larga melena blanca del personaje provista por el equipo de maquillaje, lo volvían un candidato natural; su pasión por la saga lo hizo ineludible. Sin embargo, ese mismo amor por The Witcher llevó a que, años después, decidiera alejarse en desacuerdo con las decisiones creativas de los responsables del programa.
Tras el estreno de los primeros cinco episodios de la tercera entrega a final de junio, el desembarco de la segunda parte, compuesta por tres capítulos más, ofrece a Cavill una despedida nutrida de salvajes combates a pura espada, traiciones y magia negra que quizás puedan ayudar a recuperar parte del 30 por ciento de visualizaciones que -dijo el sitio especializado TheGamer– perdió en esta tercera temporada.
La trama, ambientada en el ficticio Continente, tiene a Geralt y a la poderosa bruja Yennefer (Anya Chalotra) desesperados por proteger a su hija adoptiva, la princesa de raíces élficas y mágicas Ciri (Freya Allan), a quien buscan capturar monarcas, magos y bestias.
La salida de Cavill del rol se dio casi en simultáneo con la confirmación de que DC Studios, ahora administrado por James Gunn y Peter Safran, toma una nueva dirección para su franquicia audiovisual de superhéroes. Eso significó que también debía colgar la capa del «Hombre de Acero», otro rol que adoraba.
Esto no deja a Cavill desempleado ni mucho menos, ya que tiene en etapa de posproducción para estrenar en 2024 dos películas que lo reafirman como figura de acción: Argylle, film de espías a cargo de Matthew Vaughn, y The Ministry of Ungentlemanly Warfare, la nueva película de Guy Ritchie.
También seguirá ligado a la pantalla chica con un proyecto en el que reluce su lado “geek”, que es la serie que adaptará para Amazon Prime Video el juego de miniaturas Warhammer 40.000, que combina elementos de ciencia ficción y fantasía, en la que no solo será protagonista sino también productor ejecutivo.