Lo felicitó el propio presidente Mauricio Macri. Fue noticia nacional y su heroísmo se esparció hasta en el exterior. Durante mucho tiempo fue reconocido y saludado en la calle e incluso recibió una invitación, con todo pago, para viajar a Mar del Plata y ayuda para operarse y sanar, de una vez, la rodilla que se había dañado todavía más. Pero al pasar las semanas, los meses el recuerdo se fue desdibujando y al final sólo personas comunes y corrientes le seguían tendiendo una mano: ninguna de las promesas oficiales de trabajo, de vivienda de ayuda para su familia se habían hecho realidad. Y este fin de semana el “Héroe de Tucumán” o el “Héroe de Concepción”, Walter Monzón, el humilde trabajador de 32 años que hace diez meses se arrojó desde un puente de 12 metros para rescatar de la correntada de un río a una nena que se había caído, se suicidó, sin plata y sin changa, en Mendoza, donde había ido a ver si aparecía algo en los viñedos.
Medios de Mendoza y de Tucumán confirmaron la triste noticia con testimonios de amigos de Monzón, entre ellos el de quien hizo conocer su historia. El pasado 11 de enero, Natalio Danzo, un residente en la ciudad de Monteros, pasaba con su camioneta cuando vio caer un cuerpo desde el puente que cruza el rio Gastona, en Concepción. Pensó que alguien se había suicidado y vio una desmalezadora apoyada sobre el puente y a dos nenes mirando para abajo, hasta que se dio cuenta de que se trataba de un rescate. Monzón había visto caer a Tanya, de 7 años, cuando estaba cortando el pasto a pocos metros, y ya estaba en el agua cuando la correntada la arrastraba. “«Vos sos un héroe», le dije. Es que, en verdad, lo que hizo no lo hace cualquiera. A mí me sacudió verlo. No es que me lo contaron; vi todo. Y no es exagerado lo que digo, porque si se demoraba tres minutos, si bajaba caminando al río, la nena se moría”, recordaría después.
Según rememora el portal infoaguilares.com.ar, el rescate a la pequeña aquel mediodía generó promesas de todo tipo: la construcción de un módulo para vivir mejor con su familia, las posibilidades de conseguir un empleo digno en la Municipalidad de Concepción y hasta el llamado del presidente: “Hola, Walter. Soy Mauricio Macri, ¿cómo andás? Te llamaba para felicitarte y decirte que fue muy lindo lo que te sucedió, lo que hiciste, cómo reaccionaste. Es algo muy lindo ver ese espíritu solidario sumado al coraje que tuviste para tirarte de ese puente a buscar a la nena”.
“Le iban a conseguir un trabajo en la Municipalidad, pero el tiempo pasó y no se concretó. Walter estaba muy contento con la llamada, pero pasó el tiempo y todos le soltaron la mano. Eso es lo que siento”, dice ahora Danzo, que estos diez meses entabló una profunda amistad con Monzón y lo ayudó a concretar la operación de la rodilla que se terminó de lastimar cuando se tiró al río Gastona. Ahora organizaba el funeral, que se iba a concretar cuando el cuerpo llegara de Mendoza.
Quien también confirmó la triste noticia fue la doctora Julia Pellene, de la Agrupación de Sordos del Sur, quien lo conocía a Walter desde la niñez. “Nunca voy a olvidar el gesto de salvar esa niña, es lamentable tu pérdida. Con Julia hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance. Te pido perdón si no fue suficiente, descansa en paz mi verdadero héroe. Gracias a todas las autoridades por soltarle la mano y a los policías que lo apretaban por otra razones policiales que no tenían pruebas”, expresó con dolor Danzo en la redes sociales.
Es que Monzón había estado vinculado a hechos policiales. Uno de sus hermanos, a quien apodaban el Chaqueño había estado involucrado en la muerte de un policía federal y lo llevaron a él, a quien lo conocían por el mismo apodo en los lugares en los que solía estar. Los dos, y toda la familia de 12 hermanos más, habían llegado del Chaco a Tucumán empujados por la pobreza.
Y también estuvo preso por otro hecho: una pelea grande y un muerto lo llevaron tras las rejas, desde abajo del mismo puente que después lo convertiría en héroe.
Sin cuentas pendientes, poco tiempo atrás la Policía lo metió preso seis días: “Estaba caminando por la calle buscando trabajo, sin hacer nada. Simplemente porque consideraron que tenía una actitud sospechosa. Eso lo golpeó muchísimo”, recordó Danzo.
Una vez que recuperó la libertad gracias a la abogada Pellene Monzón armó el bolso y le dijo a su familia que se iría a Mendoza a trabajar en los viñedos, a trabajar como jornalero con los cargamentos de uva. “Allá tenía una hermana. Hace 20 días que yo no podía hablar con él porque se le había roto el celular. Quería verlo porque tenía un lindo trabajo para ofrecerle en un emprendimiento de madera. Pero siento que le dio vergüenza seguir aceptando ayuda, trabajo, y cargar con el pasado de su familia. Eso siento. Eso y una gran impotencia, que podría haber hecho algo más”, recordó Danzo.
“Murió una persona que a mí me cambió la vida aquel día. Sé todo lo que sufrió, pero me quedo con el amigo que conocí en el río, con el amigo que conoció el mar. Con ese Walter me quedo. Y a ese Walter me lo llevo en el corazón”, concluyó.
La última vez el mar
Natalio Danzo se puso en campaña a los pocos días del rescate para ayudar a Muñoz. La cadena de favores que inició llegó hasta los oídos de un matrimonio de Mar del Plata, que invitó a Walter y a su familia a conocer el mar, con los pasajes, la estadía y opa para cumplir su sueño. “Bienvenido a Mar del Plata, héroe argentino“. Así fue recibido la familia Monzón en Mar del Plata.
“Walter necesitaba tres cosas: un celular para estar comunicado, la operación de una de sus rodillas que tiene destruida y un trabajo más formal. El celular ya lo consiguió, un vecino de Monteros le compró uno nuevo. Lo de la operación está en proceso y lo del trabajo, lo veremos”, recordaba Danzo en una nota publicada el 20 de enero en La Gaceta de Tucumán. Lo último, el trabajo, es lo que apareció demasiado tarde.