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Herrera se retiró por la puerta grande: de titular y capitán

El Chaqueño jugó su último partido como profesional y lució el brazalete desde el arranque. El delantero de 36 años convirtió muchos goles recordados por los hinchas canallas

Titular y capitán. En su despedida, Germán Herrera fue homenajeado por los hinchas y por sus compañeros, que le dieron la cinta en reconocimiento a su gran aporte a la camiseta canalla.

El Chaqueño que no es chaqueño. Germán Herrera, el de la camiseta número 17. El que “está loco” y mete goles de “taquito”. Un jugador que se hizo desde abajo y que nunca fue un jugador imprescindible, pero que cada vez que le tocó ingresar desde el banco de suplentes cumplió con creces. Actitud, tal vez sea la palabra que mejor lo defina dentro de la cancha.

El Chaqueño que nació en Ybarlucea el 19 de julio de 1983 y que con 36 años anoche en el Gigante le bajó el telón a su carrera. Una carrera que construyó a fuerza de trabajo y esfuerzo, lejos de los flashes y de perfil bajo, evitando siempre cualquier tipo de polémica hasta el final de su carrera.

Las declaraciones del lunes fueron tan poco comunes como legítimas. Le pidió a Diego Cocca poder jugar de titular en el partido de anoche, algo que había hecho nunca en su carrera. Ese deseo de despedirse del fútbol en su casa y ante su gente en un partido oficial, a pesar de que los puntos ya no sirvan por la eliminación de Central de la Libertadores. El delantero no quiso armar un partido despedida con amigos, algo que también se sale de lo común.

El Chaqueño que nunca estuvo en el centro de la escena de los hinchas, pero que fue artífice de alguno de los goles más gritados por el pueblo canalla en los últimos tiempos. Goles que le permitieron afianzarse en el corazón de los canallas en su segunda etapa en el club de Arroyito.

El Chaqueño que comenzó a patear la pelota en el club El Torito de calle Boedo al 2300 en el noroeste de la ciudad y a pocos kilómetros de su ciudad natal. Y que a los 12 llegó a Central para cumplir el sueño de debutar en Primera División de la mano de Miguel Ángel Russo, un 22 de febrero de 2003, en el triunfo auriazul ante Lanús por 1-0.

Y se quedó en Arroyito hasta que fue comprado por San Lorenzo en el 2004. Dos temporadas estuvo en el Cuervo y convirtió 10 goles que le permitieron dos años más tarde mudarse a Brasil para jugar en Gremio a préstamo. Y ahí el goleador se despachó con 13 tantos que le valieron cruzar el charco un año más tarde. Real Sociedad, que en ese momento luchaba por su permanencia, fue su destino. Luego de 19 partidos, a mediados de 2007 volvió a San Lorenzo.

Sólo disputó dos partidos y se marchó a Gimnasia, que tenía a Julio César Falcioni como técnico. Sin goles en el Lobo, fue contratado por Corinthians en 2008 a pedido del entrenador Mano Menezes con la intención de volver a primera. Y se convirtió en un jugador clave en el ascenso del Timao, con 14 gritos en 24 encuentros.

Con 26 años decidió continuar en el fútbol brasileño y firmó para Gremio por una temporada. A principios de 2009, cerca de 200 hinchas lo recibieron en el aeropuerto de Porto Alegre como muestra de cariño hacia el delantero en su regreso al club. Luego pasó a Botafogo, donde se mantuvo durante tres temporadas y formó una dupla ofensiva con el Loco Abreu y consiguió ganar el Campeonato Gaucho en 2010. En 2012 arregló para ir a jugar a los Emiratos Árabes Unidos, donde se coronó campeón en su primera temporada. Y volvió al fútbol brasileño en 2015 para defender los colores de Vasco Da Gama.

El Chaqueño que en el 2016 recibió el llamado de Eduardo Coudet para volver al Canalla. Y no lo dudó. Volvió, rindió y convirtió. Primero fue el gol ante Boca por la Copa Argentina 2016. Luego fue el tercer tanto sobre el final del encuentro en el Clásico que Central, como visitante, le ganó a Newell’s por 3-1 el 14 de mayo de 2017, con Paolo Montero como técnico. Y el 10 de diciembre, con Leo Fernández al mando, Herrera, que jugó como titular por la sanción que pesaba sobre Fernando Zampedri, anotó el tanto con el cual el Canalla derrotó 1-0 a la Lepra en el Gigante en el inicio del partido. Y se terminó de ganar su lugar cuando marcó el gol de taco en Sarandí en el Clásico rosarino por la Copa Argentina, torneo en el que semanas después Central pudo volver a gritar campeón.

Y así, silbando bajo, fue como se metió en la historia del Canalla. Y tuvo su merecida fiesta de despedida.

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