Trabajadoras y trabajadores del call center Hey Latam resolvieron levantar el acampe con corte de calle que mantenían frente a las oficinas de la firma, en Buenos Aires al 1400, como gesto de buena voluntad a la espera de que avancen las negociaciones entre sus representantes, la directiva de la Asociación de Empleados de Comercio y los directivos de la empresa. La decisión se tomó este miércoles en asamblea, al día siguiente de un despliegue policial que los presentes interpretaron y denunciaron como una intimidación; aunque de igual modo mantienen una carpa –esta vez en la vereda– con una guardia rotativa, a modo de custodiar los bienes de la empresa, ante el temor a un vaciamiento de las que a la vez eran sus herramientas de trabajo, y para mantener el reclamo por el pago del aguinaldo y el mantenimiento de los 300 puestos laborales en la firma. Este lunes convocarán a una conferencia de prensa para exponer cuál es su situación y cómo continuarán con el reclamo.
Los empleados recibieron la Navidad en la calle, donde medio centenar de personas se reunió para una comida de Nochebuena. Tras el brindis una treintena más se sumaron a la vigilia y se desarmaron las estructuras que se habían ido completando a lo largo de 22 días de protesta, buena parte de ellos bajo una conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de Santa Fe que no se llegó a implementar: nunca se les asignaron tareas, según denunciaron.
Este viernes el campamento se había reducido a las guardias que, mantenidas por menos de una decena de personas por turnos, mantenían la evidencia de que el reclamo continúa hasta forzar algún avance: hasta ahora no tuvieron novedades del medio aguinaldo, ni tampoco garantías de que se reiniciarán las tareas con todos y todas adentro. “Exigimos al empresario Martín Stauffer que antes de fin de año cumpla con lo adeudado, y nos pague el aguinaldo correspondiente, ya que es nuestro derecho por haber trabajado todos estos meses, y anunció contar con los recursos para hacerlo. En el caso de no verse depositado, nos veremos obligados a volver a la calle a acampar”, expresaron los trabajadores en un comunicado. En el mismo texto agradecieron “la solidaridad brindada” por organizaciones de derechos humanos, sindicatos, centros de estudiantes, abogados, partidos políticos, legisladores: “Les pedimos que nos sigan apoyando. Y a la prensa les agradecemos por difundir nuestro reclamo”, marcaron.
Con menos amabilidad apelaron a las autoridades santafesinas y de la ciudad: “Exigimos que nos atiendan y que dejen de tolerar a estas patronales ilegales que dejan que pasemos Navidad en la calle. Exigimos que intercedan para que se resuelva nuestro reclamo por trabajo en una empresa que no puede acreditar crisis”, insistieron los trabajadores.
También pidieron al gobernador Omar Perotti; al ministro de Trabajo de la provincia, Roberto Sukerman, y al intendente Pablo Javkin garantías “frente a cualquier situación de violencia institucional” que los tenga como víctimas: “Volvemos a decir basta de hostigamiento policial, ya que en varias oportunidades se han acercado de parte de la Unidad Regional II de la Policía santafesina, sin ninguna orden, para intentar que nos corramos. Volvemos a exigir el cese del amedrentamiento y el respeto elemental a los derechos humanos, porque tenemos derecho a la protesta”.
Con todo los empleados también recordaron las causas legítimas de su pelea: “En el medio de una pandemia nos hemos visto empujados a abandonar nuestros hogares para salir a luchar por algo que nos corresponde, como es el puesto de trabajo de 300 personas. Estamos convencidos que tenemos que seguir firmes para que nos reincorporen, porque necesitamos volver a trabajar y llevar un plato de comida a nuestras casas, ayudar a nuestras familias”.
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