Atenderse en el Pami parece ser una odisea. Son cada vez más las situaciones de mala prestación que se denuncian. Cecilia Pesce tiene 86 años. Es afiliada a la obra social y estuvo una semana peregrinando por varios sanatorios para que le puedan hacer una serie de estudios porque en el policlínico de Sarmiento al 300 “no cuentan con asistencia médica integral”, según contó su hijo.
“La internaron hace más de una semana por un gran dolor sacro lumbar. No tienen tomógrafo, entre otras cosas, y al día siguiente la derivaron al centro de salud Ipam. Mi mamá estuvo más de cinco horas arriba de una camilla porque hasta tercerizan el traslado en ambulancias”, resumió Héctor Gutiérrez.
El hijo de Pesce contó que a raíz de la dolencia a su madre le aplicaron morfina, entre otros medicamentos, «sin un diagnóstico previo». Y «debido a eso estuvo dos días seguidos durmiendo».
El periplo siguió. “A través de un mail nos enviaron el resultado de la tomografía, que según determinaron, tenía una infección en una vértebra de la columna. La derivaron a un neurocirujano. Y nuevamente había que trasladarla a otro lugar para hacerle los exámenes correspondientes. En esa instancia ya nos negamos”, explicó.
Luego del resultado de la tomografía a Pesce la vio un especialista para tratarle el dolor. Según este médico la mujer no tenía ninguna infección en los huesos.
“Los problemas del Pami son muchos. No tienen ambulancias de traslado, tienen todo tercerizado. Y le aplicaron morfina a mi mamá sin tener un diagnóstico certero”, señaló Gutiérrez.
No conforme con la situación que estaba pasando su madre, el hombre pudo dialogar con la vicedirectora que le recomendó que la traslade a otro sanatorio con cobertura de Pami.
“Mi mamá también tuvo mucho dolor en la muñeca. Le sacaron el suero y le tenían que hacer una radiografía. Pero fue allí que nos dijeron que no tenían aparatos portátiles de rayos X. Después tuvo una febrícula y le dieron antibióticos por una supuesta neumonía. Aunque no le sacaron ninguna placa”, contó Gutiérrez.
Este lunes los médicos le informaron al hijo de Pesce que su madre estaba relentilizando el habla. Tenían que descartar que padeciera un accidente cerebro vascular.
“Tuvimos que hacerle otra tomografía. La trasladaron con la ambulancia del Pami al sanatorio Delta, y volvió al policlínico. Anoche (por el lunes) la derivaron a terapia intensiva. Este martes estuvo consciente, recuperó el habla, pero uno de los médicos le recomendó que no era necesario que se quede allí porque podía contagiarse de un virus intrahospitalario”, explicó Gutiérrez.
El hijo de Pesce dijo que los médicos «hacen lo que pueden», pero no está conforme con las respuestas por parte del policlínico. “La mayoría de los estudios tienen que hacerse a través de interconsultas y prácticamente ninguna se hace en el Pami”, aseguró.
Gutiérrez advirtió así que todos los estudios se tercerizan y que ante la falta de recursos derivan todo tipo de exámenes a sanatorios privados.