La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, está siendo tratada con anticoagulantes y premanecerá internada al menos 48 horas más en el Hospital Prebisteriano de Nueva York.
“Durante el transcurso del examen de seguimiento, los médicos de Clinton descubrieron que se había formado un coágulo sanguíneo, a partir de la conmoción que sufrió hace varias semanas”, señaló uno de sus ayudantes en el departamento de Estado, Philippe Reines.
La jefa de la diplomacia de la Casa Blanca “está siendo tratada con anticoagulantes y está internada (desde el pasado domingo) en el Hosital Prebisteriano de Nueva York para monitorear la medicación en las próximas 48 horas”, agregó en declaraciones divulgadas por las cadenas de televisión estadounidenses.
“Los médicos seguirán evaluando su condición incluyendo otras situaciones asociadas a la conmoción. Ellos son los que van a determinar si se requiere cualquier otra acción”, afirmó.
Clinton, de 65 años, dejó de ir a su oficina desde que regresó de su último viaje al extranjero el 7 de diciembre, pero continuó trabajando desde su domicilio.
Sus mayores detractores aseguran que la secretaria de Estado intenta eludir testificar en la investigación del Congreso sobre el ataque contra el Consulado de Estados Unidos en Bengasi, Libia.
Este mes, el Departamento de Estado había informado que Clinton había contraído una infección estomacal durante un viaje de cinco días a Europa.
Una semana más tarde, los médicos dijeron que la funcionaria había sufrido una severa deshidratación debido a la infección y que se había desmayado, caída que le provocó una conmoción cerebral.
Desde entonces se le recomendó reposo y descanso durante el mes de enero. Clinton, conocida por su gran capacidad de trabajo en los cuatro años que lleva el puesto, se convirtió en la secretaria de Estado que viajó más en la historia del país: visitó más de 112 países y pasó más de 400 días a bordo de un avión.
Su estado de salud le impidió testificar el 20 de diciembre ante los representantes estadounidenses por el ataque al consulado en Libia el 11 de septiembre pasado.
En esos hechos murió el embajador estadounidense Chris Stevens y otros tres funcionarios norteamericanos, lo que desató una tormenta política en Estados Unidos, y críticas de los republicanos que pedían que Clinton testificara ante el Congreso en enero.
Uno de los puntos criticados por los republicanos es que no había seguridad suficiente en la delegación diplomática y preguntaron por qué no se movilizaron fuerzas especiales y apoyo aéreo desde bases cercanas al lugar.
En 1998, cuando Clinton era primera dama de Estados Unidos durante el gobierno de Bill Clinton, había sufrido un coágulo en su pierna.
La ahora secretaria de Estado dicho en aquella oportunidad que había sido “el mayor susto médico de su vida”.
Clinton, quien dejará su cargo a principios de 2013, se mantuvo alejada de la Casa Blanca la semana pasada cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, nombró a quien será su sucesor, el senador John Kerry. La funcionaria emitió un comunicado para elogiar a Kerry.
