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Hiroshima, el dolor de la guerra para conmemorar la paz

La ciudad que recibió el 6 de agosto de 1945 a las 8.15 el primer ataque con Bomba Atómica, no sólo resurgió de los escombros, sino que además ha construido un parque en el que todos los días se rinde homenaje a las víctimas del episodio que fue la antesala del fin de la segunda guerra mundial

Un Mundial lejos está de ser sólo lo que sucede en la cancha, las experiencias exceden lo deportivo, nutren desde todos los aspectos y por eso las coberturas permiten abarcar un crisol de temas, reflejar lugares y situaciones novedosas, en algunos casos marketineras y en otros no.

Imposible no dedicarle líneas a Tokio, a Kioto, a Osaka, lugares de paso obligado en la agenda Puma, pero en medio de la vorágine de trenes estaba la idea de llegar hasta Hiroshima, siempre que tiempos de la Copa del Mundo lo permitiera.  Los astros se alinearon, porque el jueves Los  Pumas atendieron a la prensa por la noche, con lo cual, había tiempo de sobra para ir a recorrer a la ciudad que hace 74 años fue devastada por la primera bomba atómica lanzada sobre una población civil.

Algunos dicen que la generación X tiene conciencia histórica y que la segunda guerra mundial es un hecho que ha marcado a los nacidos en dicho momento. “¿Vas hasta Osaka y no vas a ir a Hiroshima?”, era una de las frases que retumbaban en la mente del periodista, sin importar que había que madrugar, correr en combinación de subtes y por otro lado tener en cuenta el alto costo que significa pagar el pasaje de ida y vuelta (unos 10.000 pesos aproximadamente). Pero el destino valía la pena.

Dos subtes para llegar a tomar el Shinkansen, el famoso tren bala. En dos horas el bólido de acero recorre los 330 kilómetros que separan a Osaka de Hiroshima. Pero para llegar a la zona en la que se encuentra uno de los complejos memoriales más importantes del mundo falta abordar un ómnibus más.

El bus se detiene en la parada número 8, y sin pedir permiso, sin empezar a tomar conciencia del lugar que está por empezar a recorrer, se puede ver la cúpula Genbaku, edificio a 150 metros del lugar donde impacto la bomba, fue uno de los pocos edificios que sobrevivió de pie al impacto del 6 de agosto de 1945 a las 8.15. Ese día la vida y la historia de Hiroshima cambiaron para siempre.

Pero no fue sólo la Bomba, sino que a los 42 días del impacto la ciudad volvió a sufrir un ataque, pero en esta oportunidad fue la naturaleza, un tifón arrasó y se llevó lo poco que quedaba en pie.

Divisar la cúpula de la Bomba Atómica, es la puerta para ingresar al Parque Conmemorativo de la Paz. Luego viene la casa de Descanso, y uno de los primeros momentos emotivos es cuando se llega al Memorial de los niños muertos en el ataque atómico.

La historia no se oculta, ni se cambia. La memoria de los pueblos es un gran tesoro para cualquier sociedad. Innumerables grupos de niños, de edad de escuela primaria recorren como excursión el Parque. Y en el Memorial de los niños, no sólo rinden homenaje, sino que algunos recitan algunas palabras y luego todo el contingente canta canciones alusivas a la amistad y la paz de los pueblos.

Los momentos emotivos no paran, lo único que compensan las emociones que se sienten al caminar por el parque es el silencio, no se escuchan ni gritos ni bocinas, se respira paz que llena el alma.

Pero al recorrido aún le queda mucho más. El Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, es un paso obligado. Todo lo que pudo recuperarse, todas las historias que pudieron sobrevivir, objetivos, fotos, videos, todo está en ese lugar al que se accede luego de pagar unos 200 yenes (cien pesos).

Todo en blanco y negro, no hay historias con finales hollywoodenses. Las fotos y los registros en videos son fuertes, historias familiares que narran en primera persona lo sucedido son desgarradores.

Tras dos horas de caminar dentro del museo, la recorrida llega a su fin con un video alusivo al peligro de las armar nucleares que busca que todos tomen consciencia.

Quedaban dos horas para tomar el tren de regreso a Osaka para poder llegar con anticipación a la conferencia de prensa de Mario Ledesma, para el anuncio del equipo de Los Pumas.

Al emprender el regreso para tomar el bus que tiene como destino la estación de trenes, hubo un parate para ir a ver el monolito donde fue el lugar del impacto. El mismo se encuentra rodeado por edificios y comercios, la vida sigue normal alrededor de un pequeño monumento que fue el blanco que la fuerza aérea estadounidense eligió para lanzar la primera bomba atómica.

La tarde noche terminó de la mejor manera, el tren respetó los horarios y minutos antes que Ledesma empezará a responder preguntas, el contingente de periodistas argentinos estaba en el salón del segundo piso del Hotel New Otani de Osaka, para continuar con la cobertura, pero no todo seguirá igual, la experiencia vivida en la visita Hiroshima, genera movimientos internos, que muchos atribuyen a los que cuentan con conciencia histórica.

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