Hoy Central está sumergido en su tristeza y lo primero que se impone en un momento de gran calentura es buscar culpables. ¿Por qué pasó? ¿Se compró mal? ¿Se eligieron técnicos equivocados? Y las preguntas pueden seguir. En el medio también quedaron las inoportunas declaraciones del presidente Norberto Speciale: “Si no ascendemos renuncio”, fue una de máxima.
Con el fracaso consumado el presidente admitió que aquello fue “un exabrupto propio de un hincha, ya está. Ahora hay que seguir poniéndole el pecho a la situación”.
Es lógico que debe haber mucha gente queriendo cobrar aquella máxima, pero con qué sentido. Hoy es tiempo de especuladores, de oportunistas que pueden pedir a gritos por una renuncia masiva en la que está incluida la del mánager Gonzalo Belloso. Por éste tipo de situaciones Central está como se lo ve. Terminó en la B Nacional por un proceso que empezó la gestión de Pablo Scarabino y culminó Horacio Usandizaga. Muchos inversores de aquel momento confiaron en los directivos de turno y hoy le niegan una entrada, siendo económicamente perjudicados en cifras millonarias.
Hoy se llevará a cabo una marcha de la bronca. El Crece cuenta con los 4.000 votos que consiguió en la última elección y pide algún tipo de explicación o participación. Claro que también aparecen el ingeniero Alberto Joaquín, quien ni siquiera alcanzó a juntar mil avales para presentarse, y Ricardo Milicic, otro que amagó con presentarse y no consiguió lo mínimo indispensable.
Es perentorio exigir que las cosas se hagan bien y que la oposición diga civilizadamente presente. También que los integrantes de la actual comisión directiva comprendan que no se puede seguir probando, tendrán que agudizar su ingenio para no equivocarse más. Lo de Omar Palma fue políticamente correcto, debe ser su último error, basta de “nadie quiere venir”, “no había otro”, “es un ídolo, la gente lo va a aguantar”. Basta de “trajimos todo lo que quisieron los técnicos”, por Héctor Rivoira y Reinaldo Merlo.
No hay lugar para seguir con los lamentos del tipo “Central no perdió la categoría, perdió la divisional”, otra de Speciale. A diferencia del año anterior hay tiempo para reordenar la cosa, “refundar a Central”, como pidió Palma. Ahora sí no se puede fallar.