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Historia secreta de cumbre Cobos-Macri

Luego de reunirse con Macri, Cobos anunció que se bajaba de la presidencial.

Un análisis más minucioso sobre el pasado inmediato de Julio Cobos y Mauricio Macri ayuda a echar luz sobre el hermético proceso de acuerdo entre la Unión Cívica Radical y el Peronismo Federal de Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires. En la clandestinidad, el vicepresidente se reunió con el titular de PRO el pasado miércoles 6 en una dependencia del gobierno porteño. Ese encuentro que las partes acordaron mantener en reserva sólo tuvo como testigo al operador presidencial del PRO, Emilio Monzó. Al día siguiente de esa reunión clandestina con Macri, el jueves 7, Cobos sorprendió al anunciar que renunciaba a la candidatura presidencial.

Poco trascendió del contenido de ese cónclave, donde Macri le ratificó a Cobos la necesidad de armar un frente amplio opositor para enfrentar a Cristina de Kirchner. Ambos realizaron el mismo diagnóstico sobre el escenario electoral y alertaron sobre la superposición de candidatos y en la urgencia para consensuar políticas de Estado entre todos los partidos. También coincidieron en la vital importancia de lograr un candidato opositor competitivo en la provincia de Buenos Aires, teniendo en cuenta que en la Capital Federal el macrismo contaba con posibilidades de retener la Jefatura de Gobierno porteña y, en Santa Fe, el socialismo de Hermes Binner se mantiene fuerte. Fue un repaso exprés por los cuatro principales distritos electorales del país.

En aquel momento, cuando todavía transcurría la primera semana de abril, Ricardo Alfonsín estigmatizaba a Cobos como una amenaza al perfil progresista que su linaje familiar pretendía imprimirle al radicalismo. Y rechazaba cualquier tipo de acercamiento con Unión PRO. La renuncia de Cobos a la candidatura presidencial, justificada a través de débiles argumentos, hizo cambiar de opinión a Alfonsín, quien pocos días más tarde, en un encierro en Pilar, levantó el veto al diputado-empresario que derrotó a Néstor Kirchner en Buenos Aires en las elecciones legislativas de 2009. ¿Por qué utilizó Cobos el pretexto de la previsible consagración alfonsinista en el Comité UCR si le quedaba todavía el reaseguro de las primarias del 14 de agosto?

Aunque la principal aspiración actual del vicepresidente es unificar el partido en Mendoza para recuperar la gobernación, el cobismo sigue trabajando a nivel nacional. El martes, a unos 200 kilómetros de Capital Federal se reunieron dos operadores, uno de Cobos y otro de De Narváez. “Las conversaciones con el radicalismo están paradas por ahora. Ya sabemos lo que quieren y ellos saben lo que necesitamos. Hay que esperar a Mauricio y después estar atentos a las internas de Santa Fe del 22 de mayo”, advirtió el enviado del jefe de Unión PRO.

La apuesta, tanto radical como del peronismo disidente, es un traspié de Binner en la interna del partido socialista. Una derrota de su delfín, Antonio Bonfatti, debilitaría la figura del gobernador santafesino, barrería con el fantasma de un polo de centroizquierda liderado por Binner, Pino Solanas y Margarita Stolbizer y dejaría el camino liberado para un acuerdo entre Alfonsín y De Narváez. Macri no está todavía excluido de esa foto en caso de buscar la reelección en la Capital Federal. El ala bonaerense de la UCR que apostó a la candidatura presidencial de Ernesto Sanz, liderada por Federico Storani y Rubén Lanceta, presiona para que Alfonsín incluya al PRO como socio accesorio en la ciudad de Buenos Aires.

“Cada elección tiene un escenario distinto y hay que ver cómo se resuelve. También hay que ver lo que piensa De Narváez, ver si está interesado en lograr un acuerdo con el radicalismo. Si están dadas las condiciones para llegar a un acuerdo, si hay coincidencias en lo programático, en el modelo de país y lo que requiere la provincia de Buenos Aires, en valores por los que siempre bregó el radicalismo –como la educación y el respeto para las instituciones–, no veo por qué puede ser un obstáculo lograr un acuerdo con De Narváez. También hay que ver si hay voluntad de él en adherir a un acuerdo en tal sentido. En síntesis, tenemos que trabajar de acuerdo con lo planificado, primero compartir un plan de gobierno y, a partir de ahí, ver si se puede lograr un acuerdo”, explicó Cobos al término de un seminario electoral en el Senado. Casi un ruego para que De Narváez dé una señal explícita, más allá de su sugestivo silencio y las publicaciones periodísticas.

Pero también hubo un pedido para Alfonsín: “Cuando nos presentamos en el comité, la semana pasada, fue para retomar lo que se había iniciado en diciembre y por eso, ahora, el radicalismo tiene que definir su plataforma electoral. Todos los partidos o espacios políticos que adhieran a esa plataforma podrán formar parte de un acuerdo”.

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