El Club Atlético Olímpico, ícono del barrio Domingo Matheu, conjuga todo lo que se necesita para crecer, aprender y compartir valores. Emplazado entre los distritos Sur y Sudoeste, este gran espacio comulga además el fuerte espíritu amateur de los deportistas, que realizan a diario diversas actividades desde prácticamente su fundación el 1° de octubre de 1946, en Doctor Rivas 1104.
La canchita de la feria
“Todo comenzó por unos muchachos que jugaban al fútbol en un espacio al que todos conocían como la canchita de la feria, ya que en la esquina de Sarmiento y Presidente Quintana había una feria municipal. Para todo el mundo, ese lugar era la canchita de la feria”, contó el actual tesorero, Ego Rubinich.
Con los años, un grupo de vecinos compró un terreno en la esquina de Dr. Rivas y Sarmiento con la intención de tener un espacio para actividades sociales. «Lo hicieron para poder juntarse y reunirse porque no tenían donde hacerlo”, señaló Rubinich y agregó: “El club se armó con una casilla de chapas. Incluso, según los relatos de los antiguos vecinos y fundadores, cada vez que se largaba alguna tormenta fuerte, todos se colgaban de los tirantes para que el viento no les volara el techo”.
Con respecto al origen del nombre institucional, el tesorero comentó: “Surgió porque venían los Juegos Olímpicos (Londres 1948). Ahí nació Olímpico. Nuestro querido Olímpico”.
Cambio de fisonomía
En sus orígenes, el club era solo un pequeño salón y luego gracias al aporte de personas interesadas y de directivos que impulsaron obras de ampliación y de edificación, fue crecieron hasta ser lo que es hoy.
“En un período, una nueva generación se largó a hacer obras. Se construyó un salón grande, se mejoró la cancha de bochas y la de fútbol 8. Mientras que en el año 68, Central Córdoba cambió sus luces y les donó las que tenía a Olímpico. Recuerdo que se hizo un torneo nocturno llamado Gabino Sosa y vino el mismísimo Gabino. Fue una fiesta total”, contó Rubinich.
Como muchos clubes de barrio, tuvo también algunas etapas de crisis donde los directivos tomaron otros rumbos y la institución perdió empuje. “Por suerte el club tuvo varios directivos como José Luis D’Amico, Adrián Ruiz Hidalgo y Juan Carlos Sveglia, entre otros, quienes siempre buscaron la manera de mantener en pie a este gigante del barrio”, rescató el tesorero.
La historia además marca que al principio solo había fútbol. Incluso los vecinos expresaron con orgullo que el club era conocido porque ganaba campeonatos en los barrios. Pero con el correr del tiempo fue transformándose en un gran espacio deportivo y social.
Fusión temporaria
Hubo un momento en la historia del club donde se unificaron el equipo de fútbol de Olímpico con otro del barrio que se denominaba Triunfante, donde jugaban los hermanos Jorge y Eduardo Solari. Esa formación temporaria se llamó Olímpico Triunfante y participó de algunos torneos hasta su disolución.
Rabinich sostuvo además que «en 1968 se sumó como directivo Sveglia, un jugador de Triunfante, y con el paso del tiempo se erigió en uno de los dirigentes más importante de la institución con un mandato de 12 años». Según el tesorero, durante la administración de Sveglia, el club logró crecer en todos los niveles y tener toda la documentación en regla.
Directivo, vecino y lo que viene
“Entré a colaborar en la década del 70 y no me fui más. Soy del barrio y me crie acá adentro. Es imposible no querer o no apropiarse del Olímpico si sos de Domingo Matheu”, declaró Rubinich.
Con respecto a las actividades que ofrece la institución, que tiene dos ingresos (uno por calle Sarmiento y la otra por Doctor Rivas), el tesorero fue puntual: “El club ofrece patín artístico para infantiles y juveniles; también hay gimnasia artística para juveniles e infantiles, taekwondo, aikido y zumba. A eso hay que sumarle el movimiento folclórico Renacer de mi Patria que ensaya desde hace un buen período”.
Por su parte, en la tradicional esquina de Sarmiento y Rivas sobresale el histórico buffet. Ese mismo donde los socios y vecinos se congregan a diario para socializar y compartir un vermut.
“Olímpico siempre apunta a lo recreativo. A lo social. Todos los días abrimos las puertas para que los chicos del barrio no estén en las calles. Les dejamos el playón libre para que jueguen acá dentro. No queremos que haya nadie afuera. La idea es que se apropien del lugar”, apuntó Rubinich.
Sobre los proyectos que tienen en carpeta a futuro, el directivo sostuvo: «Siempre estamos haciendo obras en la medida que podamos. El techo parabólico lo hicimos gracias al aporte que nos hizo la provincia dentro del entonces Plan Abre. Ahora estamos cerrando todo el resto del espacio con recursos propios. Incluso queremos tirar el paredón que da a calle Sarmiento para hacer algo más moderno. La meta es que se vea hacia adentro para que sea una tentación para los vecinos».
“Otro tema a resolver es que queremos un ascensor porque los salones están en la planta alta y hay mucha gente grande que no viene porque le cuesta subir las escaleras o no puede hacerlo”.