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Historias de vida a bordo del ARA San Juan

La primera submarinista de Sudamérica, un cabo que planeaba casarse y un comandante tucumano: algunas vivencias de los 44 tripulantes del submarino

La primera submarinista de Sudamérica, un cabo que planeaba casarse y un comandante tucumano: algunas historias de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan desaparecido hace un año y encontrado este viernes a unos 900 metros de profundidad en el océano Atlántico.

Mujer de armas

Eliana Krawczyk soñaba con ser ingeniera industrial pero una tragedia familiar la llevó a dar un golpe de timón a su vida y convertirse en la primera submarinista sudamericana.

Oriunda de Oberá, en Misiones, Eliana recién conoció el mar a los 21 años.

La muerte de un hermano en un accidente y de su madre por un infarto le cambió la vida. Se inscribió en la Escuela Naval y en 2012 se convirtió en submarinista, la primera en Sudamérica. Con 35 años al momento de la desaparición del San Juan, era la jefa de Armas del submarino.

Sobre su vida embarcada, decía que se sentía a gusto. «Soy la única mujer a bordo y me siento bien, contenta y feliz», había contado en una entrevista.

El comandante

El capitán de fragata Pedro Martín Fernández era el comandante del submarino y tenía 45 años cuando el incidente.

Nacido en Tucumán, estaba casado y tenía tres hijos adolescentes.

El 2 de marzo de 2015 se había mudado a la ciudad costera de Mar del Plata, 400 km al sur de la capital, apostadero del ARA San Juan y donde residía casi toda la tripulación.

Fue quien envió el 15 de noviembre el último mensaje desde el submarino, en el que reportó el ingreso de agua de mar por el sistema de ventilación de baterías, que ocasionó un cortocircuito y principio de incendio. Sin embargo, en el mismo contacto, dio por superada la avería.

No era el único tucumano de la tripulación, también lo era el cabo principal Luis Esteban García, de entonces 31 años.

Marinos al altar

Al cabo primero Luis Niz, de entonces 25 años, lo esperaba en Mar del Plata la cabo primera Alejandra Morales, música.

Todo estaba listo para la boda. El 7 de diciembre de 2017 era la fecha fijada para contraer matrimonio.

Nacido en La Pampa, Niz egresó en 2016 como destacado de su promoción, lo que le permitió ser destinado al ARA San Juan.

El teniente Renzo Martin Silva, de 32 años, también tenía previsto ir al altar en 2018. Había ingresado a la Escuela Naval a los 18 años y soñaba con ser submarinista desde su niñez en su natal San Juan, una provincia recostada en la Cordillera de los Andes.

Vivía en pareja con María Eugenia Ulivarri Rodi, militar como él y quien sería su futura esposa.

Papá Fernando

Fernando Santilli, de entonces 35 años, era submarinista desde 2010. Ingeniero de profesión, dejó muy joven su Mendoza natal, para buscar su sueño de ser submarinista.

Su pequeño hijo Stefano aprendió a decir «papá» mientras él estaba desaparecido en alta mar, contó su esposa Jessica Gopar.

«No nos dejen solos», había implorado Gopar ante los medios cuando perdió la esperanza de encontrar con vida a su «primer amor».

«Fue mi gran amor, estuvimos siete años de novio, seis de casados y tenemos un hijo, Stefano, que nos costó mucho que Dios nos mandara», contó entonces.

La última vez que se vieron fue el 17 de octubre de 2017, antes de que se embarcara en un viaje que hizo escala en Ushuaia, 3.200 km al sur, desde donde se comunicó por última vez antes de salir al mar de regreso a casa. Nunca llegó.

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