El pabellón nacional, ya flamea en la Isla Sabino Corsi, ubicada frente al puerto de la ciudad de Rosario precisamente en el lugar alusivo donde se emplazó el primer monumento a la Bandera en el año 1872, y donde el gobierno de provincia, decidió poner en valor el sitio, para erigir un eco-monumento histórico con fines educativos, sociales y turísticos respetando completamente a la naturaleza de la zona.
El gobernador de la provincia, dio la autorización para que se enarbole el pabellón nacional en ese sitio, delineando un singular episodio sin antecedentes en la historiografía política provincial. Perotti tenía previsto realizar una visita a primera hora de este domingo 20 de junio en dicha zona, pero no pudo efectuarla por las condiciones climatológicas.
Horas más tarde, autoridades del Ente Administrador del Puerto de Rosario (ENAPRO), encabezadas por el director de Asuntos Jurídicos, Marcelo Terenzio izaron en la isla Sabino Corsi, el lugar alusivo donde un 12 septiembre de 1872 se comenzó a levantar el primer monumento a la Bandera Nacional del que se tenga conocimiento y que fuera impulsado por iniciativa y con recursos de la provincia de Santa Fe, la municipalidad de Rosario y vecinos de la ciudad. Un episodio histórico que el próximo año cumplirá 150 años de acontecido.
Una iniciativa innovadora, que posibilitará darle visibilidad al inicio de tareas para un nuevo emplazamiento referencial e histórico donde se conjugan –entre otras cosas- el recordatorio del primer monumento a la bandera como disparador educativo, social y turístico, en un emprendimiento inclusivo y sustentable, emplazado en un ámbito natural que será respetado a rajatabla. Como señala el reconocido historiador e investigador del Conicet, Miguel De Marco (h), la primera iniciativa para honrar al emblema patrio con un monumento, “surgió por la voluntad de un grupo de vecinos de Rosario, a través del ingeniero municipal Nicolás Grondona, un 1 de septiembre de 1872. Y si bien, no puede precisarse con exactitud el lugar elegido para levantar el modesto monumento a la Bandera en la zona de islas, tampoco se conocía con precisión donde se levantó la Batería Independencia. Sí se conoce que el 12 de septiembre de 1872 se puso la piedra basal y comenzaron a trasladarse los materiales necesarios. Así fue cómo devino el primer monumento a la bandera argentina del que se tenga conocimiento”.
De Marco (h) es miembro de la Academia Nacional de Historia y miembro del Instituto Belgraniano en Santa Fe, expresó entre otras consideraciones que “esta decisión del gobernador Perotti, es altamente valorable, y nos encontramos agradecidos por este izamiento de la enseña patria durante el Día de la Bandera. Porque será el puntapié inicial de algo completamente novedoso. Hay allí uno de los primeros monumentos eco-sustentables del país, y será en las costas del río Paraná, frente a la ciudad de Rosario, frente al puerto rosarino. Porque en ese lugar, la gente podrá ver un mástil de madera –no de metal- y sobre un importante basamento cuadrado de madera. No habrá nada intrusivo respecto de la naturaleza de la zona”.
Para el reconocido historiador rosarino e investigador del Conicet concluyó señalando que “se vienen los 150 años de la construcción del primer monumento, y otras celebraciones históricas. Pero esta actividad y la puesta en valor del nuevo emplazamiento dará trascendencia nacional a la lucha por la Emancipación y la memoria belgraniana. Contribuirá a la relación entre los habitantes, su río, el puerto y el entorno natural. Incorporará un nuevo bien turístico, educativo, social”.
De Marco (h) se permitió recalcar que Perotti con su decisión y las acciones en concreto de su gestión en este tema “permitirá impulsar el Programa de Patrimonialización del Enapro del Río Paraná, completando así un camino blanco y celeste, en una zona sensible y de tránsito nada menos que de la Hidrovía, irradiando los valores de convivencia que inspiraron la vida de Belgrano. No hay que olvidar que Manuel Belgrano, quién tanto hiciera por sumar a la causa de la Independencia de Paraguay y el Alto Perú (Bolivia), supo formar un vínculo estrecho con las poblaciones del litoral y la Mesopotamia y también fue uno de los primeros en proponer la exploración fluvial, para mejorar la navegación de los ríos Paraná y Bermejo”.