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Hito científico: extrajeron rocas del manto terrestre, la capa sobre la que flotan los continentes

El logro fue de una expedición marítima internacional en el buque científico Joides Resolution al llamado Macizo de Atlantis. Aprovecharon una "ventana tectónica" para extraer las muestras inéditas con una perforación de 1267,8 metros bajo el suelo marino

Un hito histórico para la ciencia: una expedición marítima internacional al llamado Macizo de Atlantis consiguió extraer muestras del manto terrestre sin contaminar por primera vez. El estudio de este material permitirá una visión inédita del pasado del planeta y encontrar evidencia de la vida primitiva durante su formación. Las entrañas de la Tierra son fuente de tanto interés y reservan tantas sorpresas como el espacio exterior.

Desde hace décadas, los geólogos intentan penetrar en la corteza terreste para tomar muestras de lo que se encuentra debajo: el manto, que es responsable de la dinámica de las placas tectónicas y con ello de la formación de montañas y valles, volcanes y terremotos, además de explicar la deriva de los continentes.

El equipo de investigadores que consiguió el logro integra la expedición del buque de altamar Joides Resolution, que perfora y recopila información debajo del fondo del océano, lo que permite vislumbrar el desarrollo de la Tierra y entender ente otros temas el cambio climático y ambiental a lo largo de la historia planetaria, lo que se conoce como paleoclima.

 

Joides es un acrónimo de Joint Oceanographic Institutions for Deep Earth Sampling (Instituciones Oceanográficas Conjuntas para el Muestreo Profundo de la Tierra), una asociación original de universidades que buscaban explorar la geología debajo del fondo del océano pero que ahora utilizan científicos de cientos de universidades de todo el mundo.

La expedición fue al Macizo de Atlantis, un macizo submarino de gran tamaño en el Atlántico Norte, una región en forma de cúpula de unos 16 kilómetros de ancho y una elevación sobre el fondo del mar de 4.267 metros.

El taladro del equipo científico alcanzó una profundidad final de 1267,8 metros bajo el suelo marino, tras un mes de perforación. “Este es el sitio de ensueño para los geólogos oceánicos”, señaló Margot Godard, geoquímica de la Universidad de Montpellier.

Así, los científicos consiguieron extraer un codiciado material que nunca antes se había obtenido: pedazos del manto rocoso de la Tierra. La novedad es que se trata de material sin contaminar con la atmósfera o el mar, como el que se expulsa, por ejemplo, en la erupción de un volcán.

 

Para conseguir esas rocas, la expedición aprovechó una «ventana tectónica» del Atlántico norte donde no hay que taladrar demasiado profundo para encontrar estos materiales. En estas ventanas, las rocas del manto son empujadas cerca de la superficie gracias a que el fondo del océano se separa lentamente en la cercana dorsal del Atlántico medio. El pozo, bautizado como U1601C, comenzó a ser perforado el pasado 1 de mayo y concluyó el 2 de mayo.

 

El manto, clave para las primeras formas de vida

 

El manto es una capa intermedia de los planetas terrestres o cuerpos planetarios rocosos, que se encuentra entre el núcleo –la capa más interna– y la corteza, la más externa. Está compuesto principalmente por silicatos. Para que se forme un manto, el cuerpo planetario debe ser suficientemente grande para haber pasado por el proceso de diferenciación de su masa. En el Sistema Solar, son la Tierra, Venus, Marte y Mercurio, la Luna terrestre, dos de los satélites de Júpiter (Ío y Europa) y el asteroide Vesta.

El manto terrestre supone aproximadamente el 84% del volumen del planeta. Se extiende desde cerca de 33 kilómetros de profundidad desde la corteza continental, y alrededor de 8 en las zonas oceánicas, hasta los 2900 kilómetros, donde se ubica la transición al núcleo. Se formó hace cerca de 3800 millones de años.

 

Lo que sigue: años de investigación

 

Los investigadores esperan que las muestras ayuden a descubrir cómo las reacciones químicas entre las rocas del manto y el agua dieron lugar a la vida en el planeta. En la perforación se obtuvieron una gran cantidad de tubos de piedra oscura y muchos de ellos, dijeron los científicos, «sorprendentemente completos».

«Hemos logrado un hito que ha mantenido expectante a la comunidad científica desde hace muchas décadas», expuso al The Washington Post Andrew McCaig, codirector científico de la expedición. El especialista recordó que desde 1960 se buscaba hacer una perforación de esa magnitud en el manto.

Los núcleos de las rocas del manto extraídas están dominados por la peridotita. Es un material que ya se había observado, pero muy alterado por la exposición al agua del mar.

El hallazgo fue posible al cabo de seis décadas de avances tecnológicos en la perforación minera en aguas profundas, impulsados en gran medida por la industria petrolera. En particular, por las mejoras en las brocas, herramientas e instrumentos de perforación, ahora más resistentes al calor y la presión extrema. Otro aporte es el de los satélites de posicionamiento global (GPS), claves para mantener el Joides Resolution en la misma ubicación exacta en aguas profundas.

El núcleo de roca extraído mide más de un kilómetro de largo. Según la biogeoquímica de la Institución Oceanográfica Woods Hole y codirectora de la expedición, Susan Lang, el material gris verdoso es único. «Estos son los tipos de roca que hemos estado esperando recoger durante mucho tiempo», se alegró.

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