El presidente de la empresa nacional Arsat, Matías Bianchi, informó que a partir de ayer el primer satélite de comunicaciones argentino, el Arsat-1, alcanzó un nuevo hito en su debut mundial y se comanda íntegramente desde Argentina, por lo que suspendió el contacto con otras antenas ubicadas en distintos países y usadas para alcanzar su órbita a 36.000 kilómetros de la Tierra.
“Cada paso es importantísimo y emocionante, porque se viene cumpliendo con éxito como estaba planeado. Ayer (por el domingo pasado), se realizó la quinta maniobra de puesta en órbita; hoy (por ayer) se deja de usar la red de antenas usadas desde el despegue del 16 de octubre, y comienza el comando exclusivo desde la Estación Terrena Benavídez de Arsat”, explicó Bianchi.
La puesta en órbita se hizo en cinco maniobras desde las diferentes antenas –entre las que también estuvo la de Benavídez–, que recibían datos y enviaban órdenes a una antena independiente del satélite, distinta a las que se habilitarán para el servicio.
Esta operación se hizo con el satélite orbitando en torno a la Tierra hasta llegar al punto de órbita geoestacionaria en un punto fijo a la par del planeta que conservará durante su vida útil.
En ese sentido Bianchi contó que el satélite desplegará hoy las antenas principales y los paneles solares, y que en breve comenzarán los testeos de su carga útil, con las primeras transmisiones televisivas, de telefonía IP, tráfico de datos y otros usos que forman parte de sus futuros servicios.
Para las pruebas será ubicado en la Posición Orbital 81 y luego será llevada a la Posición Orbital 72, donde estiman que en diciembre próximo sus servicios comenzarán a ser usados por los primeros clientes, por lo menos por los próximos 15 años, el tiempo de vida útil.
La operación es realizada en conjunto por expertos de Arsat, acompañados por el equipo de la empresa estatal Invap, que fabricó el satélite íntegramente en Bariloche, quienes trabajan juntos desde que el aparato fue trasladado de Bariloche a Guayana Francesa para su lanzamiento.
“Estamos muy conformes porque todo marcha como fue planeado. Cada paso es importante, lo hacemos por primera vez en la historia, y es un paso trascendente hacia el comienzo de la prestación del satélite”, añadió.
El Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones –del que el Arsat- 1 es el primero–, implica el diseño y fabricación de tres satélites propios y su puesta en órbita y operación, para incrementar las capacidades del país en la materia, defender las posiciones orbitales asignadas al país e impulsar el desarrollo de la industria espacial.
El diseño de la huella del Arsat-1, que concentra su potencia máxima sobre el territorio nacional –incluyendo las bases antárticas e Islas Malvinas– permitirá brindar conectividad de igual calidad a todas las regiones del país, lo que lo enmarca en las políticas públicas para reducir la brecha digital.
Arsat, la empresa estatal creada en 2006 para desarrollar ese sistema, actualmente está a cargo de otros importantes proyectos de telecomunicaciones. El 98 por ciento de sus acciones pertenece al Ministerio de Planificación, Inversión Pública y Servicios, y el 2 por ciento restante al de Economía y Finanzas Públicas.