Después del asesinato de Sandra Cabrera, el 27 de enero de 2004, las compañeras de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) Rosario dejaron de militar. Tenían miedo de terminar con un tiro en la nuca como lo hizo Cabrera después de denunciar la corrupción policial. Este domingo se cumplieron 15 años del crimen, por el que aún no hay condenados. Sus compañeras la recordarán con la proyección del documental de Lucrecia Mastrángelo Sexo, dignidad y muerte este lunes a las 19 en el Centro Cultural La Toma (Tucumán 1349). El mejor homenaje lo harán al retomar la lucha que Cabrera encabezó. Para las trabajadoras sexuales, la crisis económica las hizo volver a la calle donde aumentó la violencia policial. Por eso también piensan organizarse nuevamente como sindicato para defender su derecho a trabajar.
“El asesinato de Sandra fue una forma de aleccionar al resto. Las compañeras decidieron reorganizar Ammar Rosario porque quedaron en deuda con ella y con el resto de las compañeras. Con el aumento de la represión policial hacia las trabajadoras es importante estar organizadas”, opinó a El Ciudadano Georgina Orellano, secretaria general de Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar).
La referente participará del homenaje junto con Myriam Auyeros, fundadora de Ammar Rosario y compañera de Sandra Cabrera.
En aumento
Orellano aseguró que la crisis económica provocó que muchas ex trabajadoras sexuales volvieran a la calle para llegar a fin de mes. “Son las que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad. Salen a trabajar por necesidad y tienen que lidiar con la fuerza de seguridad que no las deja usar el espacio público. Santa Fe es una de las pocas provincias que tiene derogados los artículos del Código de Faltas que criminalizaban la prostitución y el travestismo en la vía pública. Parte de la tarea es darle herramientas a las compañeras para que conozcan la legislación y la experiencia sindical”, explicó Orellano.
En Rosario, las ex compañeras de Cabrera y otras trabajadoras que no pudieron conocerla quieren reorganizarse. Reunidas en Ammar Rosario hablan con Orellano y con representantes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) para que el sindicato vuelva a representarlas. Lo harán desde una oficina que funcionará en el Centro Cultural La Toma y contará con el apoyo de otros espacios políticos.
“No tuvimos la oportunidad de conocer a Cabrera. En un homenaje que hicieron hace unos años vimos el documental y cuando supimos quién era y el nivel de violencia que vivieron muchas trabajadoras sentimos la responsabilidad de seguir militando. Las compañeras se acercan a las trabajadoras que dejaron de ejercer para hacer asambleas y formar a las más jóvenes. Queremos articular el trabajo con otros sectores y fortalecer la organización sindical para no sentirnos tan solas”, opinó Orellano.
Para ella visibilizar el asesinato de Sandra es importante no sólo para denunciar la impunidad con la que se llevó a cabo, sino para mostrar la necesidad de que las trabajadoras luchen por sus derechos. “Es importante acercarse al sindicato no sólo cuando hay un problema en la calle, sino militar para que no haya ninguna muerte como la de Sandra y para que las compañeras tengan una vida digna y puedan trabajar sin que la Policía las hostigue”, concluyó Orellano.
Impune
Sandra Cabrera fue asesinada el 27 de enero de 2004. Su cuerpo apareció con un tiro en la nuca frente a una vivienda de Iriondo al 600, a dos cuadras de la Terminal de Ómnibus, zona en la que trabajaba. Días antes había denunciado a la Policía por la complicidad en el crimen organizado y la explotación sexual de jóvenes en ese barrio. Había sido amenazada, al igual que su hija Macarena, entonces de 8 años. Desde el primer momento, sus compañeras aseguraron que por eso la mataron. El único imputado en el homicidio fue Diego Víctor Parvluczyk, ex subjefe de Drogas de la Policía Federal en Rosario, pero lo absolvieron por falta de pruebas y en 2007 quedó sobreseído.
Las declaraciones en su contra no tuvieron validez para la Justicia por estar en boca de trabajadoras sexuales.
Cuando se cumplieron 13 años de su asesinato el Concejo municipal aprobó un proyecto presentado por los ediles Eduardo Toniolli y Celeste Lepratti para que una plazoleta de Córdoba al 3600 lleve el nombre de Cabrera, en homenaje por su lucha y militancia.