Ciudad

Homenaje al padre Ignacio

Fue ayer, en la Legislatura santafesina, donde destacaron la labor social del cura. Dijo a la clase política: la voluntad y el talento son importantes pero no sirven de nada sin la humildad.


El Senado de la provincia homenajeó ayer al padre Ignacio, quien dijo sentirse “uno más” entre los santafesinos. El reconocimiento fue promovido por el justicialista Alberto Crosetti, senador por el departamento Belgrano, y también participaron representantes de la Cámara de Diputados. Desde todas las bancadas destacaron la labor social del cura.

“Es hermosa la misión que elegí”, dijo Ignacio en su discurso ante los legisladores, que fue seguido desde las barras por un importante número de público. Los senadores le regalaron dos plaquetas conmemorativas y los diputados un cáliz y un diploma. Al final del acto, el sacerdote bendijo a todos los presentes y se sacó fotos con los legisladores, el personal de las cámaras y los visitantes que se acercaron al Senado.

El cura más popular de la provincia dirigió un mensaje a la clase política santafesina; les dijo que la voluntad y el talento son importantes pero que no sirven de nada sin la humildad.

Además, reflexionó acerca de la necesidad de compartir con los otros. “Yo aprendí algo muy importante: todos nacemos con llantos, el llanto del niño y el de la madre. El llanto a veces trae alegría y a veces tristeza. Y todos terminamos con llantos, así comienza y termina la vida. Todos nacemos de la misma forma. Si todos nacemos y terminamos así, ¿por qué entonces no compartimos también la vida?”.

Comprensión

Con esas palabras, el Padre Ignacio se manifestó a favor de la comprensión y la tolerancia, en medio de un contexto de violencia y desigualdades.

También el Concejo Municipal de Santa Fe reconoció la tarea del sacerdote, quien estuvo en el recinto de sesiones ayer al mediodía, antes de ir al Senado. El Concejo lo declaró “Huésped de Honor”, propuesta de la radical Fanny Jara que contó con el acompañamiento de todos los concejales.

Allí el religioso también destacó “el enorme gesto de recibirme como uno más”. “Me siento argentino, en la Argentina viví más que en mi propio país (34 años) y el pueblo argentino es maravilloso. Sin banderas políticas, sin distinción de razas o lenguas, es muy lindo poder sentir el abrazo de todos para compartir la vida”.

“Mi misión es dar lo que está a disposición para ser feliz a cualquier ser humano. Más allá de las creencias, debajo de las ropas todos somos humanos”, concluyó el Padre Ignacio.

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