La investigación sobre el asesinato de un empresario cordobés radicado en el Chaco perpetrado anteayer en un semáforo de zona sur se perfila para intentar dar con los autores intelectuales de la salidera, en tanto los dos detenidos acusados de la autoría material del crimen serán imputados en la mañana de hoy en los Tribunales provinciales.
A las 16 del viernes, dos motociclistas armados emboscaron a Víctor Hugo Garnero, de 53 años, en bulevar Oroño y Gaboto, donde la luz roja le había hecho detener la marcha.
Con un dato preciso, los atacantes le dispararon en las piernas y fueron directo al baúl, de donde sacaron un bolso con más de 300 mil pesos en efectivo. Minutos más tarde, dos muchachos fueron detenidos en la zona oeste de Rosario con esa suma de dinero, además de medio millón en cheques y el pasaporte de la víctima. Ahora, la causa busca dar con los responsables de la “logística” del golpe y sus colaboradores, dijeron voceros de la investigación. En ese sentido, el fiscal de la causa informó ayer que Garnero había realizado una operación comercial en la firma Rosental SA, una de las financieras más importantes de la ciudad. Ayer, efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales allanaron sus instalaciones de Córdoba 1441, incluida la playa de estacionamiento de Corrientes al 800 y el local comercial donde funciona la librería Ateneo (también sobre la peatonal), e incautaron material fílmico. A la vez la Fiscalía Regional solicitó una lista completa de los empleados de la firma y se tomó declaración testimonial al hombre que efectuó la compra de maquinaria agrícola a la víctima. Operación que según voceros de la pesquisa se efectuó dentro de la financiera.
Autores materiales
A las 10 de hoy se realizará la audiencia imputativa de los tres detenidos. Nelson C., un ex convicto de 28 años con antecedentes por salideras, está acusado de ser quien disparó contra Garnero y Juan José R., de 21, de conducir, la moto Honda Tornado en la que se desplazaban. Ambos serán imputados del delito de homicidio calificado por el uso de arma de fuego y criminis causa, como se encuadra el asesinato para asegurarse la impunidad en la comisión de otro delito, en este caso robo. La calificación penal prevé, en caso de condena, prisión perpetua.
En tanto, Magalí Andrea R., de 23 años y hermana de uno de los acusados, quedará imputada por resistencia a la autoridad y podría también ser acusada de encubrimiento o participación secundaria, dijo un vocero judicial. La joven estaba en el tercer piso del Fonavi de Rouillón y bulevar Seguí donde fueron detenidos, una hora después del crimen, los dos sospechosos que en su poder tenían el botín de la víctima. Según la Policía, Magalí insultó a los uniformados y entorpeció su desempeño. Más tarde se comprobó que la joven tenía un pedido de captura por lesiones graves culposas –por un accidente de tránsito, dijo un vocero policial– que había emitido el Juzgado Correccional de San Lorenzo. Además, que cuenta con antecedentes por delitos contra la propiedad.
Fuentes policiales dijeron que los efectivos del Comando Radioeléctrico que realizaron las detenciones en zona oeste llegaron allí alertados por un llamado al 911 que denunciaba una maniobra sospechosa de una moto que ingresó al barrio a toda velocidad.
En busca del cerebro
Si bien la autoría material del crimen está para los investigadores esclarecida, la Fiscalía de Homicidios Dolosos intenta desentrañar la inteligencia de la salidera, ya que los asaltantes contaban con datos específicos. No sólo que el empresario acababa de realizar una transacción de alto valor económico, sino también porque sabían que llevaba esa suma en efectivo en el baúl del vehículo, un Volkswagen Vento de su propiedad.
“Estaban conectados con una persona que les suministraba datos muy específicos”, dijo ayer un vocero judicial, quien resaltó la importancia del material fílmico secuestrado ayer con el que intentarán detectar actitudes sospechosas. “Alguien aportó datos de la operación y para eso también se están realizando pericias telefónicas en los celulares incautados a los sospechosos”, agregó.
Garnero tenía 53 años y era oriundo de la ciudad cordobesa de Las Varillas. Allí había fundado su propia empresa de maquinaria agrícola que mudó a la localidad chaqueña de Las Breñas, según informa la página web de su firma. Tras el homicidio, la Policía encontró en su vehículo un boleto de compraventa de la transacción que había realizado momentos antes en el centro rosarino, documentación crucial para reconstruir los últimos movimientos del empresario antes de su asesinato. Esta fuente dijo que el hombre con la que realizó la negociación por un valor superior al millón de pesos fue localizada por los investigadores, quienes ayer le tomaron declaración testimonial. La causa está a cargo del fiscal Florentino Malaponte, con apoyo de la brigada de Homicidios de la UR II.
Otros dos casos con un final trágico
Dos casos policiales con final trágico ya tuvieron en la mira de la Justicia a la firma Rosental, ambos ocurridos en octubre de 2012. Por un lado, el crimen del entrerriano Julio Bereciartu, asesinado luego de retirar dinero de la financiera mientras se trasladaba en camioneta por Santa Fe y Cafferata junto con Juan Pablo Baggio, hijo del dueño del dinero, un empresario de la ciudad de Gualeguaychú. Por otro, la desaparición y posterior homicidio de Walter Serra, cuyo cuerpo apareció meses después en la localidad de Andino: la última vez que se lo vio con vida fue tras retirar dinero de esta firma. En ambas acciones no está claro con cuántos billetes se fueron las víctimas ya que se presume que ambas operaciones fueron en negro.
En el caso de Bereciartu, el juez de Instrucción Javier Beltramone llamó a indagatoria a “a quien resulte responsable o titular” de la firma Rosental y a Rufino Baggio, padre de Juan Pablo. Bereciartu fue alcanzado por un disparo el 10 de octubre de 2012 mientras se trasladaba en camioneta por calle Santa Fe y el vehículo fue abordado por motociclistas.
Testigos afirman que primero se escuchó un disparo, que se presume fue para amedrentar, y luego un segundo, que causó la muerte de Bereciartu. Como Juan Pablo Baggio llamó primero a su padre y luego se negó a bajar de la camioneta, como si estuviese cuidando el dinero que los ladrones no pudieron llevarse, fue procesado por encubrimiento agravado. El magistrado dejó asentado que también la financiera y Baggio padre pusieron obstáculos reiterados para la investigación. Pero luego la Cámara Penal apartó al magistrado de la investigación y revocó el procesamiento de Juan Pablo Baggio.
En el caso de Serra, su último rastro se perdió el 24 de octubre de 2012 en Jujuy al 1700, donde apareció su moto. Había dejado a su mujer en España y Córdoba y había quedado en encontrarse con ella más tarde. Su celular se activó por última vez en la zona norte y luego no hubo más noticias hasta el 23 de junio de 2013, cuando apareció su cadáver en un descampado de la localidad de Andino. Según la investigación, Serra fue a Rosental tras dejar a su mujer y de allí se fue con dinero. Según reveló su hermana Paula, eran 20 mil dólares de su propiedad que había sacado para convertir en pesos, con un hombre que está identificado, y hacer una operación. Pero Paula Serra sospecha que quienes se llevaron y mataron a Walter pudieron haber tenido un dato erróneo: según dijo, el día anterior su hermano había sacado “una suma importante” que no era de su propiedad. Y los captores se lo habrían llevado cuando ya esos billetes no estaban en su poder.