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Homicidio en Zona Cero: sonó el teléfono, salió a la calle y le llovieron balas

Desconocidos le dispararon en la puerta de su casa con armas de grueso calibre. Una investigación lo vinculó a laderos de Esteban Alvarado. Con él es el tercero de los nombrados en la causa Medina que fue asesinado aunque nunca fue imputado por el doble crimen

Le sonó el teléfono, salió a la calle y le llovieron las balas. Leonardo Nicolás Ponce tenía 34 años y lo ejecutaron este lunes pasadas las 21 con armas de grueso calibre. Ponce era un conocido de las crónicas policiales, en algún momento su nombre resonó junto al de Darío «Oreja» Fernández por el doble crimen de Luis Medina y su novia Justina Pérez Castelli, aunque la investigación en su contra nunca prosperó. En 2017 firmó un abreviado por robos cometidos tres años antes. Aceptó una condena a cinco años y medio y ofreció indemnizar a una de las familias que fueron víctimas de entraderas violentas. En aquella oportunidad, dijo que estaba arrepentido y prometió terminar la escuela secundaria. La muerte lo encontró en la puerta de su casa.

Leo Ponce vivía en el barrio conocido como Zona Cero, en el noroeste de la ciudad. Más precisamente en calle Oncativo al 2900. A las 21.30 su celular sonó y salió a la calle. En la vereda fue acribillado a balazos. Los policías encontraron vainas calibre 45 y 9 milímetros, mientras que algunos testigos hablaron de un auto que llegó al lugar y quien bajó remató a Ponce cuando ya estaba malherido, de acuerdo a lo que indicaron fuentes policiales y judiciales.

La víctima había sido nombrada por pesquisas en la investigación por el crimen del empresario Luis Medina y su novia Justina Pérez Castelli, causa que se reactivó con la caída de Esteban Alvarado. El doble homicidio se produjo dos meses después del ataque a tiros a la casa del entonces gobernador Antonio Bonfatti. Hasta ese momento ni Medina ni Alvarado contaban con causas penales en el fuero federal, pero se los sindicaba como hombres vinculados al narcotráfico. Medina murió sin investigaciones federales en su contra, mientras que Alvarado fue procesado recién a finales de 2019 como presunto organizador del tráfico de casi 500 kilos de marihuana en noviembre de 2017 en Río Negro.

En aquella época se los vinculaba como socios y antes del asesinato de Medina, Alvarado cayó en desgracia en Buenos Aires como líder de la banda de «Los Rosarinos», y fue condenado a seis años y medio mediante un acuerdo abreviado por el robo de autos de alta gama.

Medina y Pérez Castelli

El crimen del prestamista Lucio Maldonado se cometió en noviembre de 2018 y tiene imputado como instigador a Alvarado, quien además fue acusado de comandar una asociación ilícita y ser el instigador de varios atentados a edificios públicos. El caso llevó a los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación a reabrir la causa Medina-Pérez Castelli. En este expediente había dos versiones sobre el posible móvil del doble crimen que se perpetró el 29 de diciembre de 2013 en avenida Circunvalación y Ayolas: algunos comentarios que provenían del círculo cercano al empresario decían que Medina había maltratado a un ladero de Alvarado: el Oreja Fernández, primo del asesinado Emanuel «Ema Pimpi» Sandoval.

Tras la afrenta, esos trascendidos hicieron hincapié en que el Oreja había pedido permiso para terminar con Medina. En esa oportunidad y siguiendo esta versión, la cual no fue confirmada por fuentes oficiales, Oreja se habría mostrado desde un vehículo en movimiento y Medina al conocerlo aminoró la marcha dando posibilidad a los tiradores para abrir fuego. Oreja fue torturado y asesinado en diciembre de 2015. Su cuerpo apareció mutilado en un descampado de la zona norte. Por ese tiempo contaba con un pedido de captura por el crimen de Elías Bravo, un adolescente al que le pegaron más de 30 tiros en la cuadra de un búnker, en French al 2100.

En tanto, la otra hipótesis sobre el móvil del doble asesinato trata sobre un quiebre en la sociedad entre Medina y Alvarado por el manejo de los quioscos de ventas de drogas en la zona noroeste. Según un informe de inteligencia, tres días antes Medina habría amenazado a la pareja de Alvarado.

Si bien la investigación por el doble crimen no tiene imputados, como tampoco nunca se dieron a conocer precisiones de cuántas personas intervinieron en el ataque, sí trascendieron otros nombres, además del apodo del Oreja.

Esa misma madrugada del doble crimen de Medina y Pérez Castelli fueron mencionados un tal Joni -quién según dato que brindaron los fiscales en audiencia visitó a Alvarado en la cárcel-; Sergio «Timi» Juárez -asesinado a balazos en Miller al 1100 en octubre de 2018, en una supuesta disputa territorial entre Ema Pimpi y una mujer ligada al narcotráfico identificada como Olga «Tata» Medina-, y Leo, a quien identificaron como Leonardo Ponce, según describieron viejos investigadores, aunque ninguno de ellos fue imputado en la causa.

Leo

En julio de 2017 y después de estar preso dos años, Leo Ponce aceptó su responsabilidad en hechos de entraderas y aceptó una condena cinco años y medio por robos cometidos entre 2014 y 2015. Reconoció un atraco violento y otro que quedó en grado de tentativa, a lo que se le sumó una condena previa condicional a dos años de prisión por tenencia ilegal de arma y otra a cuatro años y medio por portación. Uno de los robos se cometió en Acebal, donde cinco hombres ingresaron armados a una casa en septiembre de 2014.

Por este hecho, Leo Ponce ofreció 70 mil pesos en concepto de indemnización, pidió perdón y prometió terminar la escuela en la cárcel. Leo salió en libertad y no se supo si logró completar el secundario. Allegados contaron que hacía unos meses que vivía en Zona Cero con su familia hasta este lunes por la noche, cuando un llamado a su celular lo sacó de su casa y fue acribillado a balazos.

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